Pide gobernador esperar factores técnicos y sociales en Pasta de Conchos

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La Jornada

Ante el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador de iniciar la recuperación de los restos de los trabajadores atrapados desde el 19 de febrero de 2006, en el interior de la mina Pasta de Conchos, el gobernador de Coahuila, Miguel Angel Riquelme Solís, reaccionó con reservas.

“Es un tema que dentro de la garantía de los derechos de cualquier sociedad, en su momento fue explorado por las autoridades en competencia, que no me tocó a mí. Vamos a esperar los factores técnicos y sociales que dentro de ello pueden garantizar o no la búsqueda de los cuerpos y restos de Pasta de Conchos”, expuso.

Dijo que López Obrador estará este fin de semana en Coahuila y hará escala en la región carbonífera, en donde se encuentra la mina que estalló el 19 de febrero de 2006, y que esperará hasta entonces para conocer detalles del anuncio sobre el rescate de los restos de los 63 trabajadores que no fueron recuperados. “Vamos a esperar, él viene a la visita a Coahuila”, indicó.

“Finalmente es el Presidente de la quien lo anuncia. Veremos cuáles son los factores técnicos y sociales que, derivado de esta decisión, se puedan afectar o ser realmente satisfactorios para las familias que tienen la esperanza de encontrar los restos. De eso, a lo técnicamente posible, hay una distancia muy grande”, expuso.

Indicó que en su momento dictámenes técnicos señalaron que no era viable proceder a la búsqueda y recuperación de los cadáveres.

“Había dictámenes dentro de las posibilidades técnicas para saber la viabilidad o no. Recordemos que uno de los factores que hacían tomar la decisión contraria eran las temperaturas de la explosión, que finalmente la posibilidad de poder encontrar restos era muy difícil, salvo los que estaban en la parte de arriba. Sin embargo, es una decisión del Presidente, esperaremos a que defina realmente cuáles son, dentro de la parte técnica y social, las consecuencias de una decisión como la que tomó hoy el Presidente”, mencionó.

Luego del estallido, 13 mineros salieron con vida, pero con quemaduras graves. El 23 de junio de 2006 brigadistas recuperaron el cadáver de Felipe de Jesús Torres Reyna, de 49. El segundo cadáver se recuperó en los primeros minutos del primero de enero de 2007. Se trató de José Manuel Peña Saucedo. Los dos trabajadores fallecidos eran originarios de Palaú, un pueblo minero de la región. De acuerdo con el reporte que en su momento dio a conocer la ahora desaparecida Procuraduría General de Justicia del Estado, murieron aplastados por un derrumbe derivado de la explosión, no por quemaduras.