Aumenta tensión por “guerras” de Trump dentro y fuera de EU

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La Jornada

Ciudad de México. El gobierno de Donald Trump desata guerras fuera y dentro de Estados Unidos al nutrir las tinieblas de acciones bélicas para promover cambio el de regímenes en Irán y Venezuela (y con ello en Cuba) así como intensificar la guerra comercial con China mientras que, dentro del país, promovió sus guerras contra inmigrantes, mujeres, el Congreso y la prensa.

Aquí se intensifican los temores de que el gobierno de Trump provoque una guerra contra Irán con la orden el miércoles de evacuar personal “no esencial” de su embajada en Irak alegando supuestas amenazas y acciones iraníes poco precisas y citando imágenes de inteligencia de presuntos misiles colocados en pequeñas embarcaciones en el golfo Pérsico.

Durante las últimas dos semanas Estados Unidos ha escalado la tensión, alertando sobre potenciales ataques de Irán, enviando equipo militar y naves a la región, filtrando que el Pentágono está contemplando enviar una fuerza de hasta 120 mil tropas a esa zona y amenazando con una respuesta feroz ante cualquier “provocación” de Teherán.

Por ahora Washington no está logrando convencer a sus aliados. Esta semana un general británico que es subcomandante de la coalición anti-ISIS en Irak y Siria enfureció a los estadunidenses al comentar que no existe evidencia de una “creciente amenaza” de Irán. Diplomáticos europeos rehusan, por ahora, sumarse al coro bélico dirigido por el secretario de Estado Mike Pompeo y al Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton.

De hecho, hoy se divulgó que ni el propio Trump está convencido de lo que impulsan sus subordinados; el New York Times reportó que el comandante en jefe comentó a su secretario de Defensa Patrick Shanahan que no desea un conflicto armado con Irán como resultado de su llamada estrategia de “presión máxima”.

Mientras tanto, el gobierno de Trump continuó con su esfuerzo para cambiar el régimen venezolano. El miércoles el Departamento de Seguridad Interna determinó que las “condiciones en Venezuela amenazan la seguridad de pasajeros, aeronaves y tripulación viajando hacia o desde ese pais” y con ello el Departamento de Transporte emitió una orden para suspender de inmediato todos los vuelos directos de pasajeros y de carga entre Estados Unidos y Venezuela.

En Washington, la batalla por la embajada de Venezuela culminó este jueves con el ingreso de la policía a esa sede para expulsar a activistas antiguerra que habían residido ahí durante más de un mes bajo la autorización del gobierno de Nicolás Maduro para evitar que los simpatizantes del líder opositor Juan Guaidó tomaran control del edificio. Los antichavistas que han sitiado la sede corearon “USA, USA” al aplaudir la acción.

Por otro lado, Trump continuó intensificando su guerra comercial contra China, a pesar del repudio y criticas de inversionistas y granjeros estadunidenses, y el miércoles emitió una orden ejecutiva para prohibir que empresas de telecomunicaciones estadunidenses instalen equipo fabricado en el extranjero (China, sin decirlo) que podrían representar “un riesgo para la seguridad nacional”.

La guerra adentro

Trump presentó su nuevo plan para una reforma migratoria -elaborado en parte por el yerno del presidente Jared Kushner- disfrazada para que el presidente pueda proclamase “pro-inmigrante” pero que busca sustituir la preferencia para la reunificación de familias que ha imperado durante décadas con una para migrantes “capacitados” y “brillantes” y busca limitar aún más el proceso de asilo e incluye más medidas de seguridad (y por supuesto el muro), o sea, de persecución y castigo de los mas vulnerables.

El plan -el cual no aborda qué hacer con los indocumentados en el país- incluyendo los llamados dreamers- se interpreta más como un documento diseñado para efectos electorales ya que tiene casi nula posibilidad de ser aprobado por el Congreso.

Por otro lado, desde la llegada de Trump, la derecha ha librado una renovada ofensiva contra los derechos de la mujer con varios estados promoviendo leyes contra el aborto. El objetivo real de los impulsores de esta ofensiva legislativa a nivel estatal -con decenas de iniciativas- es lograr provocar una disputa judicial que llegue a la Suprema Corte donde esperan, con la mayoría conservadora instalada por Trump, lograr el sueño ultraconservador de revertir un fallo de hace cuatro décadas conocido como Roe v Wade que reconoce el derecho al aborto.

La extraordinaria guerra de Trump contra sus opositores en el poder legislativo continuó escalando a niveles posiblemente sin precedente. El abogado de la Casa Blanca Pat Cipollone informó el miércoles al Comité Judicial de la cámara baja reiteró que no solo no cumplirán con las solicitudes de documentos y testimonio, sino cuestionó la autoridad del Congreso de investigar a Trump, sobre todo en torno a posible obstrucción de justicia.

El presidente del Comité Judicial, Jerrold Nadler, declaró que “la Casa Blanca está haciendo el argumento desmesurado de que el presidente no puede ser obligado a rendir cuentas… al pueblo estadunidense. Eso es rídiculo”. Otros legisladores indicaron hoy que el presidente, con estas afirmaciones, está cometiendo aún más actos de obstrucción de justicia.

Por último, en un caso relacionado con la guerra contra los medios en este país, hoy un juez ordenó el retornono de Chelsea Manning a prisión después de que, una vez más, ella declaró que no cooperará con ningún gran jurado y que no claudicará sus principios [https://www.youtube.com/watch?v=8-SJByc9gks]. En marzo, la ex analista de inteligencia militar quien fue la fuente de documentos clasificados revelando crímenes de guerra y manipulaciones diplomáticas de Estados Unidos a Wikileaks en 2010 y quien cumplió siete años de prision por eso, fue encarcelada por dos meses por rehusarse a testificar sobre sus interacciones con Julian Assange, ahora perseguido por la “justicia” estadunidense.

“¿Habra algún tipo de guerra que Trump no esté por impulsar?”, preguntó el cómico y conductor del Tonight Show, Stephen Colbert.