Alberto Alonso Criollo
Como una auténtica descarga eléctrica, cayó la noticia de que la Comisión Nacional de Honor y justicia de Morena suspendió derechos políticos a 16 diputados de éste partido en nuestro Congreso Local.
La noticia es relevante porque tiene efecto en varios niveles de la vida del partido y manda mensajes trascendentes de reivindicación ética; de recomposición de la correlación fuerzas políticas y de renovación de expectativas sobre el papel del partido como guía de la 4t.
En la práctica, ni para donde hacerse, la sanción implica necesariamente el cambio en la titularidad de la coordinación de la bancada Morenista que debe ser designada por los diputados que mantienen vigentes sus derechos partidarios. De modo consecuente, tendrá que cambiar también la titularidad de la Junta de Coordinación Política.
Y conste que a los diputados sancionados les puede ir peor si se resisten a la medida.
En el fondo, la medida del órgano nacional de justicia partidaria, debería ser un mensaje acerca de que las conductas inapropiadas de los actores al interior del partido serán sancionadas, es decir que tendrán un alto costo político, incluso mayor que al beneficio obtenido en la prebenda. Elevar el costo de las acciones inapropiadas, tendrá el efecto de inhibir estas conductas del agandalle que han sido moneda de curso normal en los partidos de izquierda.
El objetivo mayor de consolidar la institucionalidad y la profesionalización del partido implica, de modo imprescindible, la necesidad de sanear realmente las prácticas políticas internas.
La impunidad en torno a las trampas que varios actores practican con desparpajo, debe terminarse del proyecto nacional de transformación que necesita la fortaleza del partido que tiene en el grupismo a su peor enemigo.
Por supuesto, la medida tiene un gran efecto en la recomposición de la correlación de fuerzas y los equilibrios al interior del partido, porque habrá de permitir la renovación de cuadros y el ascenso de nuevos liderazgos que se sientes agraviados y excluidos por los grupos tradicionales.
En el nivel de militantes y simpatizantes, lo mismo, la medida es observada como positiva porque renueva las expectativas de participación en el proyecto de transformación nacional.
En el escenario más probable, veremos una semana convulsionada por las pretensiones continuistas de los diputados sancionados que, acostumbrados a leer la realidad con los viejos códigos de interpretación, piensan que puede minimizar la resolución, evadiendo su cumplimiento.
Con eso se pondrán en el límite de una decisión catastrófica que ahondará las divisiones en el partido y que pueden terminar en su expulsión.
Mientras más rápido se acepte que hay que aceptar nuevos liderazgos en la cámara e incluso en el partido, se evitarán mayores daños al funcionamiento y a la imagen de Morena Oaxaca que tiene la urgencia de replantear el camino y ponerse efectivamente con profesionalismo e institucionalidad, al frente de la transformación en Oaxaca.