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“Ganamos el gobierno, pero debemos ganar el poder”. Así lee el momento político la diputada Dolores Padierna Luna, personaje clave en un Congreso afín al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Vicecoordinadora de Morena en la 64 Legislatura de la Cámara de Diputados, la congresista tiene en la mira la ejecución de la agenda para combatir el modelo económico neoliberal e instaurar la Cuarta Transformación del país.
Esposa de René Bejarano, un líder histórico de la izquierda que ahora conduce el Movimiento Nacional por la Esperanza (MNE), Padierna Luna añade: “El poder se gana cuando todas las instituciones están en línea con el nuevo proyecto de nación”.
De sus 61 años de vida, 40 los ha dedicado a la lucha social y política, siempre con vocación de izquierda, y la mayor parte de su trayectoria ha ido en mancuerna con el tabasqueño López Obrador. Asegura que el movimiento, que comparte con Bejarano, siempre ha sido “muy fuerte” y, por ello, los han intentado destruir.
Apostada ahora como partido en el gobierno, Padierna Luna afirma que su responsabilidad política es dejar como legado de Morena las reformas estructurales que sepulten el neoliberalismo contra el que luchó, como maestra normalista, desde la década de 1970.
Padierna Luna es, en efecto, maestra normalista, con estudios en Economía. Desde los 20 años, incursionó en movimientos sociales y políticos, entre ellos, en la conformación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Formada en el marxismo, enarboló causas feministas y, al ligarse emocionalmente con Bejarano en su paso por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y, políticamente, con el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), de Heberto Castillo, fortaleció su liderazgo en la capital del país al crear la Coordinadora Única de Damnificados, tras el sismo de 1985, de carácter vecinal.
El trabajo de Padierna Luna se orientó a la fundación del PRD unos años después, a raíz de la escisión del PRI con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Alineada con Cárdenas, cuándo éste fue jefe de Gobierno del DF, forjó, en ese tiempo, su cercanía con López Obrador, a quien acompañó en el combate al Fobaproa, el programa de rescate del sistema financiero implementado por el gobierno tras la crisis de 1994.
La vicecoordinadora de Morena llegó por primera vez a la Cámara de Diputados y encabezó a un grupo de 127 diputados de oposición que empujaron cambios a la Ley Orgánica para desaparecer la Gran Comisión y democratizar San Lázaro.
En 2000, el movimiento (al interior del PRD) de Padierna y Bejarano, denominado Izquierda Democrática Nacional, generó cuadros políticos como el de Martí Batres, hoy presidente de la Mesa Directiva en el Senado, o Ariadna Montiel, subsecretaria de Bienestar.
En el sexenio de López Obrador en la Ciudad de México, la pareja Padierna-Bejarano tuvo uno de sus mejores momentos en la política, al operar como el brazo territorial del jefe de Gobierno, contar con diputados locales y controlar delegaciones como Cuauhtémoc, gobernada, precisamente, por Padierna Luna.
Sin embargo, ahí la maestra enfrentó también el momento más difícil de su carrera política, luego de que se hicieran públicos los videoescándalos: grabaciones que mostraron a Bejarano recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada, a raíz de lo cual, él estuvo nueve meses en la cárcel.
En ese momento, Padierna Luna era, por segunda vez, diputada federal, y enfrentó el escarnio público, al grado de que no le permitían hacer uso de la tribuna. Se dedicó a la defensa legal de Bejarano, hasta que logró su libertad.
En 2000, Padierna y Bejarano fueron determinantes para el triunfo de López Obrador en la capital del país y, seis años más tarde, para que Marcelo Ebrard llegara al mismo cargo, gracias al control territorial que habían retomado, al tener en sus filas a diputados locales y a que aliados suyos gobernaban delegaciones como Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Tlalpan y Coyoacán.
En 2012, fueron impulsores de la candidatura de Miguel Ángel Mancera, y Padierna se jactaba de influir en su designación (la cual se basó en una encuesta), dado que tenían presencia territorial en 1,400 de las 1,790 colonias de la urbe.
En ese año, Padierna y Bejarano recuperaron su fuerza al llegar a gobernar hasta ocho delegaciones de la capital, tener 20 diputados locales (casi un tercio de la entonces Asamblea Legislativa) y representantes populares en estados como Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Michoacán. Padierna asumió la secretaría general del PRD nacional.
De 2006 a 2012, Padierna Luna destacó en el Senado por ser la principal opositora de las reformas estructurales (y del Pacto Por México en 2012), en especial, de la reforma energética, para lo cual se encerró 15 días en el órgano legislativo para intentar frenarla.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Padierna Luna seguía militando en el PRD, pero trabajó con Bejarano para construir el MNE, que, hasta antes del triunfo de López Obrador el año pasado, tenía la intención de convertirse en partido político. A la fecha, con este movimiento recorren el país tratando de explicar el proyecto de nación del tabasqueño.
Como presidente, ¿López Obrador tomó distancia de ustedes?
“Nosotros nunca nos separamos de Andrés ni él de nosotros. Cuando él decide salir del PRD y formar otro partido fue en 2013. En ese momento, yo lo busqué y le dije: ‘Nos vamos contigo todos’. Pero alguien tenía que quedarse para jalar a los que faltaban y, por esa razón o por otra, él salió del partido”.
Padierna Luna es una mujer respetada al interior de Morena. Con los demás partidos, su relación es abierta, a pesar de su visión radical. Fernando Lerdo de Tejada, ex legislador del PRI y quien tuvo a Padierna de colega en el Constituyente de la Ciudad de México, dice que la conoció cuando era una muy joven dirigente social y defensora de los damnificados de los sismos de 1985.
“Dolores es una mujer de ideas firmes y con una resuelta voluntad para sacar adelante las encomiendas de su encargo… una política madura y de gran experiencia”, dice Lerdo de Tejada.
En la Asamblea Constituyente, Padierna lidió con adversarios como Carlos Gelista, dirigente del PAN en la capital del país en la época de los videoescándalos.
Padierna es una mujer influyente en la política nacional, dice Gelista, cuya percepción de ella cambió al verla trabajar de cerca.
“En la Asamblea Constituyente, me pareció una persona muy aplicada en lo que estaba haciendo como coordinadora del PRD. Es alguien que traía una idea muy clara del proyecto de izquierda que representan, y con la idea de conciliar con las diferentes visiones de su grupo”.
Al Congreso, en 2018, llegó con el apoyo de 30 legisladores y su fuerza ha ido en aumento.
La agenda obradorista
Padierna cuenta que, en la aprobación de la reforma energética, López Obrador, aun estando enfermo, “estuvo viendo el debate del Congreso y vio nuestra lucha, nuestra argumentación; cómo dimos la vida ahí. Así somos nosotros y así es él. Yo sé que él sabe cómo trabajo, siendo muy congruente con la línea política que fijaba el partido”.
Aunque milita en Morena, Padierna empuja con Bejarano el MNE con el propósito de informar a la población sobre el proyecto de nación de la Cuarta Transformación.
Admite que van lento, porque se ha complicado la operación con la oposición y no pensaron que el proyecto neoliberal había avanzado tanto: “Fue demasiado, constitucionalmente hablando”.
Dolores Padierna afirma que, aun cuando tienen, como Morena, el Poder Ejecutivo, se requieren reformas constitucionales para lograr la Cuarta Transformación. Por ello, se abocaron a modificar la Ley Orgánica de la Administración Pública y a crear la Guardia Nacional.
Comenta que el primer paso consiste en pacificar el país y, para ello, definieron un presupuesto que plantea un nuevo modelo económico. “El cambio de modelo se va a explicar en el Plan de Nacional de Desarrollo”, añade.
Padierna explica que se van a enfocar en todo lo que no ha sido privatizado en el país. “Vamos a potenciar la economía nacional para el mercado nacional, es decir, hacer de México un país productivo para el mercado local. Fortalecer el ingreso de las personas para el mercado nacional. Pero vámonos con calma porque el neoliberalismo fue de 36 años y no se puede borrar de un plumazo”.
Detalla, por ejemplo, que, con el tren transpacífico, se va a generar economía de todo tipo. Aunque advierte que “no va a venir a poner Odebrecht sus negocios en cada parada; ahora van a ser los pobladores por donde vaya pasando el proyecto para desarrollar la economía local”.
Agrega: “El programa de infraestructura con 100 universidades va a generar empleo, se harán 300 carreteras y 400 caminos rurales, además del nuevo aeropuerto y 1 millón de viviendas. Se van a detonar 14 industrias nacionales”.
Afirma que los empresarios están muy contentos. “El neoliberalismo sólo veía una élite de empresas y, ahora, es ver a todos los medianos que sobrevivieron. Ellos son los que se van a ver muy beneficiados con estos programas… y la gente”.
En su agenda, hay reformas para la economía social y solidaria, y superar la dependencia del país respecto de Estados Unidos, de donde se importa 80% de la gasolina.
Considera que se va a aprovechar el nuevo Tratado de Libre Comercio y todo lo energético que no está privatizado. Ahora sí hay libre mercado; cada quien va y gana conforme a ello, señala, pero hicieron leyes para impedir que Pemex o CFE compitieran. “Vamos a quitar las leyes neoliberales. No habrá industria energética privada en su totalidad. Pemex va a competir; no será como en el gobierno anterior, donde se le impedía participar”.
Confía en que se puede avanzar porque se dejó 85% del petróleo. “Los 107 contratos están ahí, pero no hacen nada. Si ellos no invierten, nosotros sí vamos a invertir”. Precisa que, como parte del nuevo modelo económico, este año se le aligeró la carga fiscal a Pemex. “Si se firmó un contrato con una empresa X y éste dice que la ganancia para México es de 40%, va a entrar esa ganancia porque se van a respetar esos contratos firmados. Hoy entran cero pesos, porque se había pactado con el privado que se llevaran todo”.
En cuanto a reformas a la banca, Padierna dice que es un tema que no viene pronto; sin embargo, en este trienio, lo que se va a pedir es la inclusión financiera. “Se hizo la reforma financiera, pero no hay crédito a los pobres. Vamos a aprobar una reforma para que los jóvenes de 15 años puedan tener cuentas bancarias, porque se les van a dar millones de pesos y se quiere crear una cultura del ahorro y dosificar lo que se les da. Aunque sea poco, pero que ahorren”.
Explica que, hoy en día, no se puede abrir una cuenta si no tienes 10,000 pesos. Eso se eliminará, porque es excluir a los pobres. “La banca nacional se fortalecerá, pero va a permear a la banca privada. Vamos a poner el ejemplo”, afirma.
También plantea que habrá una reforma hacendaria nueva, ya que es muy pesado para las empresas pagar de 35 a 40% de impuesto, y eso motiva la evasión. En la reforma laboral, asegura, vamos a desaparecer los sindicatos charros; los patronales van para afuera. Todos se van a elegir ahora por voto directo, libre y secreto. “Es un cambio impresionante para la clase trabajadora”, añade.
El objetivo es desaparecer las Juntas de Conciliación y Arbitraje para que haya tribunales y sea el Poder Judicial el que lleve los juicios laborales, y ya no el Poder Ejecutivo. “Así, todos los trabajadores van a conocer sus contratos. Todo mundo está de acuerdo porque se firmó en el nuevo T-MEC y los empresarios dieron su anuencia”, afirma Padierna.
Dolores Padierna tiene una buena relación con su coordinador, Mario Delgado, pese a que tienen formación ideológica distinta. “Nos mensajeamos diario”, revela. Lo mismo con Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva, y Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado.
Con la oposición, se ha tratado de construir acuerdos para no usar la mayoría, señala. No obstante, agrega, ya entendieron que no van a transitar con el PAN. “Nos queda claro que el PAN será la oposición de ultraderecha radical y va a ser el no por el no”.
Dolores Padierna añade que, con todo y los bemoles, van a refrendar su triunfo en las urnas en 2021, porque habrá justicia social y avanzará la pensión universal en el país. “Somos un conjunto de líderes, y el legado que debemos dejar es darle viabilidad legislativa al Proyecto Alternativo de Nación”.