La Jornada
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la entrega directa a los municipios mineros del fondo que se obtiene de los impuestos a la extracción y dijo que ya no se otorgarán más concesiones a empresas, pero se mantendrán los que se entregaron en el pasado, que comprometen la tercera parte del territorio.
“El impuesto debe utilizarse para beneficio de las comunidades. Estamos negociando que se entregue de manera directa, que no pase por muchas manos, porque suele no llegar a su destino”, expresó.
Las comunidades recibieron la noticia con expectación, debido a que por el impuesto minero se recaudan casi 4 mil millones de pesos, y de ese monto aproximadamente 800 le corresponderían a esta región.
Resaltó que “no se van a cancelar las concesiones, pero ya no vamos a seguir entregando nuevas”.
A cambio solicitó que las compañías cuiden el medio ambiente y paguen mejores salarios, así como están obligadas en sus países de origen. “Que apliquen las mismas leyes que cumplen en Canadá y Estados Unidos. ¿Por qué pagan salarios diez veces menos que en Canadá y Estados Unidos”, cuestionó.
El Presidente señaló que “habrá recursos extraordinarios” para los municipios donde existen minas, que se destinen para mejorar los centros educativos que están en el abandono, centros de salud y obras de bienestar para los habitantes de las regiones mineras.
Acusó que en el período neoliberal se aplicó una política para concesionar las regiones mineras a empresas particulares, nacionales y extranjeras.
“Una política que se impulsó desde la época de (Carlos) Salinas de Gortari y se entregaron 80 millones de hectáreas de territorio para la explotación minera”, refirió.
Ejemplificó que el territorio de México es de 200 millones de hectáreas. Esto es que se entregó una tercera parte de la República.
“Nunca en la historia se había enajenado tanto el suelo patrio y por eso se reactivaron las zonas mineras. Fue mucho lo que se entregó. Ni en mil generaciones se terminarían de explotar las 80 millones de hectáreas”.
Explicó que las empresas mineras no obtuvieron los títulos de concesión para la explotación, “sino para la especulación financiera”.
