Excelsior
El municipio zapoteco de Unión Hidalgo, región del Istmo de Tehuantepec, lo conocen como “tierra de las mujeres bonitas”, pero éstas prefieren que ahora las conozcan como “mujeres defensoras de la vida y el territorio”, porque su mayor anhelo es recuperar los ríos limpios, los terrenos cultivados de maíz y las plantas curativas que usaron antes de la instalación de parques eólicos.
Mientras que han sido calificadas como rebeldes y opositoras al desarrollo, ellas se nombran como el colectivo Mujeres Gubiñas en Defensa de la Vida, que realizan visitas domiciliarias para conseguir aliados, motivar su lucha y reforzar su quehacer.
Las mujeres de “ranchu gubiña” (nombre antiguo de Unión Hidalgo) alternan sus quehaceres y actividades personales para informar a sus vecinos sobre el nuevo proyecto Parque eólico Gunaa Sicarú (mujer bonita, en zapoteco) que impulsa la transnacional Eólica de Oaxaca, que contará con 96 aerogeneradores con una producción anual estimada de 825.7 gigawatts por hora, por unos 30 años.
“Hablamos de los inconvenientes de la excavación profunda de cada uno de los aerogeneradores (más de siete metros de profundidad), toneladas de varilla, miles de metros cúbicos de concreto, esto en detrimento de los vasos de agua, aves, plantas endémicas y seguridad”, resume María Eugenia.
“Ya existe un parque en Unión Hidalgo. La empresa Desarrollos Eólicos de México (Demex), filial de la española Renovalia Energy, orilló a la comunidad a firmar contratos de arrendamientos con información en español, cuando la lengua predominante es el zapoteco; consta de 120 aerogeneradores instalados en el paraje Piedra Larga y únicamente tiene contratados a lugareños como peones”.
Aunque esta no es la primera vez que las mujeres de Unión Hidalgo se organizan, en esta cambiaron la estrategia que consiste a ras de tierra para defender la vida y el territorio, además de organizar reuniones de información.
Algunos vecinos les han dicho que de nada servirá lo que hacen, que no gasten su tiempo pero, sobre todo, que “tengan cuidado y que no arriesguen su vida”. También les dan su bendición y les piden que se cuiden.
El parque eólico Demex es uno de los 23 que hay en la región del Istmo de Tehuantepec. “Para la instalación de este parque, al igual que los otros 23, no se consultó a las comunidades indígenas”, asegura Diana.
Por esta razón, cuando en enero de 2017 el presidente municipal Wilson Sánchez confirmó la entrada de un nuevo parque, ahora de la empresa francesa EDF, miembros de la comunidad empezaron a pedir la consulta libre, previa e informada, a la vez que se presentaron los primeros amparos.
Luego del terremoto del 7 de septiembre de 2017 y sus réplicas, la autoridad federal señaló que iba a iniciar el proceso de consulta, pero “era obvio que no había las condiciones”, refiere la activista.
El municipio de Unión Hidalgo resultó ser el segundo más afectado, de 41 que conforman la región del Istmo de Tehuantepec; Juchitán de Zaragoza encabeza la lista de los más colapsados.
La consulta en la comunidad de Unión Hidalgo, convocada el sábado 24 de agosto pasado, para ver si era viable o no la construcción de un parque eólico en su localidad, fue suspendida por falta de quórum ante la escasa participación de los habitantes.
Entre las calles y corrillos del palacio municipal de Unión Hidalgo no descartan que la falta de quórum se debió a la campaña emprendida por el grupo de Mujeres Gubiñas en Defensa de la Vida.