Si me destituyen puede haber una “guerra civil”: Trump

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La Jornada

El jefe del régimen estadunidense acusó a un diputado demócrata que encabeza una parte de la investigación en su contra por “traición”, advirtió que él y su gente están buscando desenmascarar al denunciante confidencial (sería ilegal) quien ahora teme por su seguridad personal y citó a uno de sus aliados quien alerta de una “guerra civil” en el país si el presidente es destituido continuando así su furiosa reacción ante su posible juicio político.

Al cumplir una semana del inicio del proceso de su impeachment detonado por revelaciones de que intentó presionar a un poder extranjero (Ucrania) para que interfiriera en el proceso polítiico-electoral doméstico contra uno de sus contrincantes demócratas (el candidato presidencial y ex vicepresidente Joseph Biden), Donald Trump está atacando a todos quienes se atrevan a cuestionar el ejercicio de su poder.

Mientras tanto, los comités de la cámara baja aceleran sus investigaciones para formular cargos para un juicio político al presidente lo más pronto posible -algunos calculan que podría ser en unas semanas. El Comité de Inteligencia junto con otros dos giraron órdenes al abogado y asesor personal de Trump, Rudolph Giuliani, por documentos relacionados con sus actividades con el gobierno ucraniano. En la carta de los legisladores, le afirman que la indagación incluye las alegaciones “de que usted actuó como agente del presidente en una maniobra para avanzar sus intereses políticas personales abusando el poder de la Oficina del Presidente”.

También, se está negociando la comparecencia del denunciante anónimo ante ese mismo Comité de Inteligencia, afirmó su presidente, el diputado demócrata Adam Schiff, quien indicó que se espera que eso ocurra muy pronto.

Schiff fue amenazado hoy, otra vez, por Trump quien sugirió vía un tuit que debería de ser arrestado “por traición”.

En la Casa Blanca, Trump comentó este lunes a reporteros que “estamos intentando averiguar” la identidad del denunciante, afirmando que ha reportado “cosas incorrectas”. El denunciante es un oficial de la CIA que estuvo asignado a la Casa Blanca y utilizó los canales oficiales para presentar su queja -denunciando que el presidente estaba usando su poder oficial para obtener la asistencia de otro gobiernos en beneficio de sus intereses políticos personales- y por lo tanto supuestamente goza de protecciones federales bajo la ley. Más aún, es notable que un mandatario investigado por abuso de poder se atreva hacer esto en esta coyuntura.

Sin embargo, sus abogados han expresado preocupación de que los comentarios de Trump en días recientes lo coloca en peligro personal. Peor, señalan que el presidente ha sugerido que los informantes del denunciante dentro de la Casa Blanca podrían ser considerados “espías”, y que ellos y el denunciante podrían ser culpables de traición”. Uno señaló que bajo la ley federal, el denunciante no puede enfrentar represalias ni intimidación.

Esta tarde, se reportó que el denunciante está ahora “bajo protección federal” por temores por su seguridad personal, según CBS News.

A la vez, otros comités están elaborando listas de otros testigos y solicitudes de documentos relacionados con el caso de Ucrania entre otros, y esta misma semana están esperando declaraciones por parte de la ex embajadora a Ucrania Marie Yovanovitch, quien fue retirada de su puesto por Trump de manera abrupta y del ex enviado especial a Ucrania Kurt Volker, quien renunció la semana pasada.

Por primera vez, algunos republicanos están expresando alarma ante los ataques del presidente.

Despues de que Trump envío un tuit la noche del domingo citando a un pastor cercano a él (quien participó en su toma de posesión) quien comentó que si los demócratas logran destituir al presidente, “eso causará una fractura tipo Guerra Ciivil en esta nación….”, el diputado republicano Adam Kinzinger respondió que eso era “más que repugnante”. Otros han empezado a titubear en su defensa del presidente, mientras un ex asesor del presidente consideró que no se puede descartar la gravedad de las acusaciones.

Más aún, hoy el líder de la mayoría republicana del Senado Mitch McConnell afirmó que “no tendría opción” más que permitir que procediera el juicio político de Trump en la cámara alta si la cámara baja aprueba el impeachment, aparentemente poniendo así fin a la especulación de que McConnell buscaría la manera de evitar el juicio.

En este proceso de impeachment, la cámara baja opera como fiscal y elabora los cargos que, si una mayoría los aprueba, el presidente es impeached -o sea queda formalmente acusado de delitos que ameritan su destitución, y entonces el Senado se convierte en un tribunal para realizar el juicio [ver guía del proceso: https://www.jornada.com.mx/2019/09/27/mundo/027n2mun].

Cada día se conocen nuevos detalles sobre la famosa llamada telefónica entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, en la cual Trump solicita el favor de impulsar una investigación sobre actividades de Biden relacionadas con ese país, y deja entender que la asistencia estadunidense a ese país dependía de su colaboración en este asunto.

En esa conversación, Trump pide que el ucraniano se coordine con Giuliani y con su procurador general William Barr para estos asuntos, con ello ambos ahora son parte de la investigación del impeachment. Hoy se reveló que el secretario de Estado, Mike Pompeo, participó en esa llamada, reportó el Wall Street Journal.

Y como suele suceder en estos casos, empiezan a brotar más revelaciones parecidas. Trump presionó al primer ministro de Australia Scott Morrison en una llamada telefónica reciente a que brindara asistencia al Procurador General Barr, quien está realizando una indagación para descalificar la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller contra el presidente y su equipo, reportó el New York Times.

Por otro lado, el Washington Post reveló que Barr ha sostenido reuniones privadas con oficiales de inteligencia de otros países para dañar las conclusiones de la investigación de Mueller, sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales.

Una semana después de anunciarse el proceso formal de impeachment, múltiples nuevas encuestas registran un incremento significativo entre quienes favorecen proceder contra Trump.