La Jornada
El ex presidente Felipe Calderón anunció la cancelación de su asistencia al Tecnológico de Monterrey para dar una conferencia prevista para mañana miércoles, luego de que la señora Rosa Elvia Mercado, madre del estudiante Jorge Antonio Mercado -asesinado por militares en 2010-, expresó su desacuerdo con la visita del ex mandatario a esa casa de estudios.
En una carta enviada al rector David Garza Salazar, así como a la comunidad del Tecnológico, Calderón expuso que tras escuchar el comentario de Mercado, encontró que “es razón más que suficiente para que suspenda mi visita al Tec. Considero que es de la mayor importancia atender esta opinión de la señora Mercado, y en todo caso poder reunirme con los familiares de Jorge y Javier, para poder dialogar con ellos, escucharlos de viva voz y precisar también alguna de la información que se ha divulgado”.
Añadió que “para mí, es fundamental respetar ese dolor, independientemente de que haya quien utilice esa circunstancia con propósitos mediáticos y políticos”.
El ex mandatario fue invitado a dar una conferencia al campus Monterrey del Tecnológico por parte de la Sociedad de Alumnos de la Licenciatura en Derecho (SALED).
Desde que se supo de esa invitación se desató una polémica. En ella “se han vertido diversos puntos de vista, muchos de ellos atendibles. También hay versiones imprecisas y algunas verdades a medias que es necesario aclarar. Y me gustaría poder hacerlo en persona, directamente en el Tec”, indicó.
La madrugada del 19 de marzo de 2010, en el contexto de la guerra iniciada contra el crimen organizado por el gobierno de Felipe Calderón, Jorge Antonio Mercado Alonso -hijo de Rosa Elvia-, y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado del Tec campus Monterrey, salieron de la biblioteca a buscar comida.
En ese momento, sobre la avenida Eugenio Garza Sada, se enfrentaban militares del grupo Néctar Urbano 4 de la IV Región Militar y delincuentes, que para escapar hicieron uso de fusiles de asalto y granadas e ingresaron al campus.
Jorge y Javier cayeron abatidos por las balas de los militares, quienes les colocaron armas, escondieron sus identificaciones y consignaron en el parte oficial que eran dos sicarios.
El pasado 20 de marzo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ofreció una disculpa pública por el daño a la imagen, el honor y la buena fama de los dos estudiantes, así como por las falsas imputaciones que se les hicieron.
