AMLO: va toda la fuerza del Estado para abatir adicciones

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La Jornada

Ante el infierno que representan las adicciones se utilizará toda la fuerza del Estado para reducir su incidencia, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario habló a los jóvenes de las alternativas a su alcance, las cuales, señaló, van más allá de ser halcón del crimen organizado.

Subrayó la importancia del tema en su gobierno, de ahí que por un periodo –a partir de noviembre– utilizará todo el tiempo oficial y el gasto gubernamental disponible en medios de comunicación para difundir la estrategia Juntos por la Paz. Al menos un día de la semana se hablará de los efectos de drogas como el fentanilo.

Advirtió que el aumento en la drogadicción es un saldo de la política neoliberal, cuyos gobiernos no visibilizaron este problema tan grave y, por el contrario, lo eclipsaron como tema tabú.

Primero en conferencia de prensa matutina y luego durante la ceremonia por los 50 años de la creación de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), López Obrador aseveró que si bien no se descarta ninguna estrategia, incluida la discusión sobre la eventual legalización de la mariguana o de otras drogas, por ahora la tarea central es atender las causas del consumo y sus consecuencias.

La otra cara de la moneda

La prevención incluye dar a conocer la otra cara de la moneda, la del sufrimiento que producen las adicciones –en especial de sustancias como el fentanilo, droga cien veces más tóxica que la morfina y la heroína–, mostrar una realidad distinta al mundo de fantasía del narcotráfico remarcado en series de televisión. “¿A ver, y el cristal? ¿y todo el dolor?, ¿el sufrimiento de las familias, de las madres? Eso es lo que queremos dar a conocer”.

Subrayó que ante el aumento en el consumo de drogas se aplicará toda la fuerza y razón del Estado.

“¿Se acuerdan cómo se decía antes para amenazar a opositores o adversarios? Se decía: ‘Vamos a usar toda la fuerza del Estado, la razón de Estado’. Pues así va a ser, la razón de Estado, toda la fuerza del Estado, todos los recursos del Estado, todos los instrumentos que tiene el Estado para atender a los jóvenes, informándolos sobre este asunto.”

El Presidente confió en el éxito del programa, con las particularidades del problema y la solución en México, pero también al garantizar a los jóvenes el derecho al trabajo y la educación. “Esto para que no se diga: ‘¿y qué voy a hacer si no tengo opciones, si no tengo alternativas?’ Sí hay alternativas, no es la única opción trabajar como halcón, ser enganchado para estar al servicio de la delincuencia. Hay formas de trabajar”, aseguró.

Convocó a los especialistas con el fin de evaluar las acciones y hacer un corte dentro de un año.

Tanto en la conferencia de prensa como en el acto en el patio de Palacio Nacional, donde ponderó la colaboración de la sociedad civil, el mandatario estuvo acompañado por funcionarios de la Secretaría de Salud, quienes alertaron de la insuficiente estructura para la atención de las adicciones y sus efectos colaterales.

La capacidad instalada del sistema nacional de salud como estaba y como aún sigue estando es muy limitada, sostuvo Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

Indicó que hay 45 centros integrales de salud mental en el país y para la atención de adicciones, poco más de 300 unidades, más casi 100 CIJ, así como tres hospitales siquiátricos federales. Pero toda esa capacidad está dispersa y con graves restricciones de presupuesto y de profesionalización, con lo cual se vuelve imposible atender la epidemia de salud mental y de adicciones, subrayó.

En los años 80, México pasó de ser país de tránsito a consumidor de drogas, pero lo más grave es el cambio a sustancias de alto impacto cuyo consumo no ha llegado ni siquiera a estabilizarse, pese a que están asociadas con trastornos emocionales, mentales y sociales, dijo López-Gatell.

Las adicciones y la violencia son la primera causa de muerte en los jóvenes.

Es por ello, añadió, que la realidad demanda una estrategia integral, más allá del combate al tráfico de sustancias.