En las últimas dos décadas la cantante se ha convertido en una de las máximas representantes de México en la industria musical y en la gran defensora de las culturas indígenas del país. El premio Leading Ladies of Entertainment reconoce esa conciencia social y su labor como ejemplo para las próximas generaciones de mujeres
“Es increíble conectar con otras mujeres que llevan la batuta en su trabajo y en su vida”, aseguraba Lila Downs el día que recogió, rodeada de otras artistas latinas, el premio Leading Ladies of Entertainment que los Grammy Latino le concedió.
Un galardón que se entrega para reconocer el poder de las mujeres en la industria musical latina, y con el que este año han reconocido a una de las artistas más importantes de la música mexicana de las últimas décadas.
Un lugar en la música latina que Lila Downs ha alcanzado por méritos propios y a pesar de todas las dificultades que las mujeres se encuentran también en la industria musical.
No en vano la estrella destacó como uno de los principales obstáculos que se encuentran las artistas femeninas en la música es llegar a ganarse el respeto de sus compañeros de profesión.
“Yo empecé con ‘jazzistas’ a cantar en los bares y recuerdo que era muy difícil lograr que se me respetara. Entonces, tuve que mostrar mi virtuosismo y así empezó el respeto. Creo que si queremos que nos respeten, también debemos respetarnos a nosotras mismas”, explicó.
Como una de las grandes representantes de la música y la cultura mexicanas, Lila Downs ha recibido un premio que la Academia destaca como “una distinción y reconocimiento que reciben mujeres profesionales y con gran conciencia social en el campo de las artes y el entretenimiento y que han hecho importantes aportes e inspiran a la próxima generación de mujeres líderes”.
La mexicana ha sido galardonada en la tercera edición, en un año en el que Lila Downs ha lanzado el disco “Al Chile” y ha estrenado el documental “El Son del Chile Frito”, dirigido por Gonzalo Ferrari, en el que la artista expone la cultura de las comunidades indígenas oaxaqueñas.
“Un viaje” a través de los valores culturales y espirituales de las comunidades oaxaqueñas a través del reconocimiento de las raíces y la diversidad cultural del estado de Oaxaca, que fue presentado en octubre en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Días después, la artista se presentó en concierto en el Auditorio Nacional de Ciudad de México en un espectáculo en el que se acompañó sobre el escenario de más de 200 artistas, entre músicos, coristas, bailarines y performers. La gira continuará los próximos meses por varias ciudades de Estados Unidos y México.
‘AL CHILE’
Hija de mixteca y estadounidense, Ana Lila Downs Sánchez (9 de septiembre de 1968) nació en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca) y, desde los comienzos de su carrera, reivindica esas raíces mexicanas, la cultura y las lenguas de los pueblos indígenas, así como la música regional de Oaxaca.
“Al Chile”, su último trabajo discográfico, es un aluvión de ritmos “para gozar”, según la propia artista, que una vez más recurre a la riqueza folclore indígena y latinoamericano para sus canciones, y es también una denuncia del trato que reciben los migrantes que llegan a Estados Unidos desde México.
Un disco en el que vuelve a hablar claro y por eso uno de los temas es la versión que hace de “Clandestino”, el éxito del cantante Manu Chao, en el que Downs traslada la canción a Lationamérica y México.
En él hace referencia a los guerrerenses, oaxaceñas o chiapanecas que buscan un destino mejor en Estados Unidos y denunciando las condiciones de los centros de detención de migrantes.
El disco incluye una nueva versión de “La Llorona”, en la que esta vez Lila Downs canta en chapoteco junto a una banda tradicional de niños.
CINCO PREMIOS GRAMMY
Esa defensa de las raíces ha convertido a Lila Downs en un ejemplo y es la clave de su éxito musical, que comentó hace ahora dos décadas con el lanzamiento del álbum “La Sandunga” (1999), uno de los primeros en fusionar música tradicional mexicana con otros ritmos como el jazz o el blues, y en el que la artista cantaba en español y mixteco.
Apenas un año después, la artista consolidaba su éxito internacional con el disco “El Árbol de la Vida”, en el que interpretaba canciones en diferentes lenguas indígenas y los sonidos prehispánicos se mezclan con los ritmos modernos. Licenciada en Antropología por la Universidad de Minnesota, esa reivindicación de las raíces es una constante en la trayectoria de Lila Downs, tanto en su música como en su presencia sobre el escenario con su célebre indumentaria de inspiración indígena.
Entre otros galardones, Lila Downs ha recibido un premio Grammy al Mejor álbum de música regional mexicana por “Pecados y milagros” (2013) y cinco Grammy Latino: al Mejor álbum folclórico por “Una Sangre” (2005); “Pecados y Milagros” (2012); “Raíz” (2014) y “Balas y chocolate” (2015); y al Mejor álbum vocal pop tradicional por “Salón, Lágrimas y Deseo” (2017).
Entre sus canciones más destacadas están: “La Sandunga”, “La Iguana”, “Arenita Azul”, “La línea”, “La cumbia del mole”, “La llorona”, “Zapata se queda”, “Mano Negra” o “Balas y chocolate”.
Dedicada a dar voz a los migrantes y los indígenas, Lila destaca también por su defensa de las mujeres, una lucha a la que, según la cantautora “mucha gente tiene miedo”, por lo que se ha confesado en alguna ocasión encontrarse “un poco desencantada por el mundo”, como apuntó antes.
A SABER:
‘Al Chile’, su último trabajo discográfico, es un conjunto de ritmos “para gozar”, según la propia artista, que una vez más recurre a la riqueza folclórica indígena y latinoamericana para sus canciones, y es también una denuncia del trato que reciben los migrantes que llegan a Estados Unidos desde México.
“Empecé con ‘jazzistas’ a cantar en los bares y recuerdo que era muy difícil lograr que se me respetara. Entonces, tuve que mostrar mi virtuosismo y así empezó el respeto. Creo que si queremos que nos respeten, también debemos respetarnos a nosotras mismas”.
En el documental “El Son del Chile Frito”, dirigido por Gonzalo Ferrari, la artista expone la cultura de las comunidades indígenas oaxaqueñas.
Con información de EFE