La Jornada
Durante casi dos horas, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo un encuentro con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, a fin de abordar temas relacionados con la agenda bilateral en materia de seguridad.
Acompañado de integrantes del gabinete de seguridad, el mandatario enfatizó en la necesidad de la cooperación como ruta para abordar lo relacionado con la inseguridad y enfrentar los problemas que afectan a ambas naciones.
Al finalizar, en sus redes sociales López Obrador calificó de buena la reunión efectuada en Palacio Nacional, durante la cual la delegación mexicana puso énfasis en la importancia de la colaboración respetuosa entre ambas naciones. Como abogado, (Barr) comprende que nuestra Constitución nos obliga a ceñirnos a los principios de cooperación para el desarrollo y a la no intervención en política exterior.
En esta lógica de respeto a la soberanía, el Presidente rubricó su mensaje de Twitter: De este modo siempre podremos trabajar juntos.
La delegación estadunidense, integrada además por el embajador en México, Christopher Landau, y el jefe de gabinete del fiscal, Brian Rabbit, arribó a Palacio Nacional poco antes del mediodía bajo importantes medidas de seguridad que incluyeron el desalojo de los representantes de los medios de comunicación del inmueble.
Durante casi dos horas se centraron en la problemática asociada a la operación del crimen organizado, el trasiego de drogas, el tráfico de armas y el lavado de dinero con sus pares mexicanos, encabezados por los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, y de Marina, Rafael Ojeda Durán, así como el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra.
Por la mañana, al referirse al encuentro, en su conferencia López Obrador informó que se había integrado un documento que serviría de marco de referencia para la reunión y en la que el punto básico de la propuesta mexicana era la cooperación y el respeto.
La reunión se realizó después del amago del presidente estadunidense, Donald Trump, de considerar a las bandas mexicanas del crimen organizado como terroristas, con las implicaciones intervencionistas que derivarían de esta etiquetación, particularmente después del ataque a la familia LeBarón.
Por ello, apenas el domingo pasado, durante la celebración del primer aniversario de su gobierno, desde el Zócalo López Obrador aseveró que el gobierno de México cumplirá su responsabilidad de hacer justicia (en el caso LeBarón). No aceptamos ningún tipo de intervención; somos un país libre y soberano.
