Forbes
La Alianza México Sin Plásticos (AMSP) afirma que aunque se anuncia como responsable con el medio ambiente, la industria del plástico es uno de los actores que más se resiste a dejar atrás formas de producción que contaminan el planeta.
“No sólo se rehúsa a innovar y transformarse para dejar de producir materiales de un sólo uso, además inició una campaña contra las medidas que ya se aplican en la Ciudad de México y en otros estados para prohibir los plásticos de un solo uso”, advierte.
Señala que el objetivo es confundir y desinformar a la ciudadanía, que empieza a interesarse cada vez más en la protección del planeta, por lo que la Alianza se ha dado a la tarea de difundir y desmentir ocho mitos que utiliza la industria del plástico.
El primer mito es que “los ambientalistas dicen que todo el plástico es malo”, cuando lo que busca el movimiento ambiental y las legislaciones es acabar con la cultura de usar y tirar.
“No pedimos la prohibición de plásticos de larga duración o de uso médico, solo que se dejen atrás las bolsas, popotes, vasos, cubiertos, cápsulas de café, botellas y envases, que son innecesarios y pueden sustituirse por productos más durables y menos contaminantes.”
Lo que se debe promover es el uso de empaques y materiales durables, reutilizables, no tóxicos ni dañinos para el planeta. Corresponde a las empresas y a los gobiernos no caer en soluciones falsas que sigan promoviendo la cultura de lo desechable.
Si bien estima que existe un gran problema en el manejo de residuos en las ciudades, cree que no es la causa principal de la contaminación plástica, sino la cultura de usar y tirar, impulsada por las compañías refresqueras y de alimentos, que no promueven soluciones libres de plásticos y tienen una baja responsabilidad en el manejo de sus residuos.
Problema mundial
Desestiman que se trate de una moda, ya que es un problema a nivel mundial que cobra la vida de miles de especies y, de no actuar urgentemente, la ola plástica afectará la salud de las personas.
En torno al mito de que el plástico es una solución ecológica por su bajo consumo de recursos y emisiones al ambiente, menciona que si se toma en cuenta todo su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas (combustibles fósiles), la producción, la liberación de sustancias químicas peligrosas, hasta su disposición final, el plástico resulta mucho más dañino de lo que nos quieren hacer creer.
Al provenir de derivados del petróleo, las compañías petroleras ven un negocio en su producción, lo cual trae graves implicaciones para el medio ambiente y revierte los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Por ejemplo, de acuerdo al Centro Internacional de Derecho Ambiental, para 2050 la producción de plásticos y su disposición final generará emisiones a la atmósfera equivalentes al 14% del presupuesto de carbono que le queda a la tierra.
En cuanto al reciclaje, apunta que es bueno, pero no suficiente para solucionar el problema, ya que no todos los plásticos pueden reciclarse. En México se recicla el 6.07% del total de residuos valorizables, incluido el plástico, mientras que a nivel global sólo se recicla el 10% del plástico producido.
El negocio de reciclar
La Alianza indica que las corporaciones promueven el reciclaje porque es un negocio redondo, ya que los plásticos que más se reciclan son los que generan ganancias, como el polietilenotereftalato (PET), mientras se dejan de lado los que no tienen valor monetario, como las bolsas de frituras.
Además, el reciclaje también implica el consumo de recursos y la liberación de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera; aunque sea un proceso más amigable para el medio ambiente, también contamina.
Respecto a que la prohibición de bolsas y otros plásticos de un solo uso solo hará que se pierdan millones de empleos, afirma que es un argumento engañoso, al cual recurren las empresas contaminantes para manipular a los gobiernos. “Las bolsas plásticas representan para la industria solo el 1% de la producción de plásticos y los popotes equivalen al 0.05%, por lo que la prohibición solo afecta a una pequeña parte de la industria”.
Consciente de que prohibir el uso de plásticos no acabará con la crisis ambiental, señala que la prohibición de plásticos de un solo uso es parte de una solución que debe articularse con otras medidas.
Finalmente advierte que la industria tiene la obligación y la responsabilidad de innovar para ofrecer a los consumidores productos libres de plásticos, durables, y que no sean dañinos con el medio ambiente, pero también pide a la ciudadanía evitar consumir desechables, llevar bolsas reutilizables o carga su propio envase para tomar agua.