Milenio
La escultora, ceramista y pintora, Paloma Torres describe su primera exposición de textiles promovida por la Udlap, Recreaciones urbanas, como el resumen de dónde comenzó con el textil y dónde está ahora.
“En 21 piezas cierro un ciclo con esta técnica. Mi bitácora de trabajo que presento ahora en el Museo Textil de Oaxaca comenzó yendo para Puebla hace unos años.
Tomé una serie de fotografías del camino de la ciudad de México a Puebla por la salida de Calzada Zaragoza. Una de estas imágenes la convertí en un textil de 2.30 por 3.60 metros”, expresó.
La artista nacida en Cuba y nacionalizada mexicana ha conjugado diversos materiales en muestras realizadas en México y el extranjero.
“Volteé hacia atrás mientras cruzaba ciudad Nezahualcóyotl, y pensé que era como si hubieran aventado una serie de tapices de concreto en las montañas. Veías perfectamente bien el tejido de casas y calles.
Elaboré el textil Camino a Puebla. Esta pieza la vio el maestro Toledo y me invitó a producir una serie de textiles en afelpado en el taller del Casa”, expresó. Graduada en México y con estudios en escuelas y talleres de Francia y Canadá, Paloma Torres afirma que varios de los tapices que conforman Recreaciones urbanas surgieron de las fotografías que tomó durante las excavaciones para la línea 12 del Metro “Como becaria del Sistema Nacional de Creadores empecé a fotografías lo que era el estómago de la ciudad.
Las excavaciones del Metro me permitieron observar cómo funciona esta ciudad en el subsuelo.
De ahí hice cuatro fieltros de la Línea 12 en obra negra. Como no me considero fotógrafa traduje estás gráficas a través del hilo, de la lana, del bordado”, dijo. “Mientras estaba en el Casa comencé a trabajar con la merma del taller, y entonces el maestro Toledo me dijo ‘Por qué no hacemos un trato. Usted trabaja con la merma y a cambio imparte un curso de cerámica’, que es mi vocación”, agregó.
Torres cuenta que a partir de ese momento se fue a laborar a Teotitlán del Valle donde trabajó sobre unos grabados de planos de la ciudad de México con su maestro Román Gutiérrez, a quien considera “un artista extraordinario”.
“Eso lo traduje en telar. Los colorantes son orgánicos. Hacer textiles son proceso puro. Se teje pedacito por pedacito. Se basa uno en lo artesanal para crear arte contemporáneo.
El arte para mí es una forma de vida, y en la vida todo es un proceso. Uno como las piezas de arte nos vamos haciendo cada día, nos modifican nuestro estado de ánimo y vivencias. Las piezas se hacen a sí mismas”, expresó.
La creadora afirma que en Recreaciones urbanas hay petates intervenidos, afelpados, una cerámica y una pieza en madera, una estela con hoja de otro, y que se llama así porque reconstruye su realidad a través de los desechos que va arrojando la ciudad.
“Los vuelvo a imaginar y elaboro un paisaje imaginario. El tejido me sacó mi vena de escultura. En una pieza instalada al aire libre en Londres, monté un andamio y le tejí una nube de bronce encima.
Era una banca y era un cielo a la vez”, comentó. Esta y otras historias están implícitas en cada una de las piezas de Recreaciones urbanas que se exhibirán en el Museo Textil hasta el 18 de abril próximo, en Oaxaca, Oaxaca.