El Financiero
Alrededor de las 4 de la madrugada del 15 de febrero, en el Observatorio Mount Lemmon, los astrónomos Kacper Wierzchos y Theodore Pruyne vieron cómo las pantallas de sus computadoras registraban un punto que se movía contra un fondo estático de estrellas: observaban una nueva luna.
Los expertos estadounidenses del programa Catalina Sky Survey dijeron que el asteroide al que denominaron 2020 CD3 es pequeño, poco mayor que un automóvil, pero entró hace poco a formar parte de la colección de satélites naturales que acompañan a nuestro planeta.
“La Tierra tiene un nuevo objeto capturado temporalmente/posible mini-luna llamada 2020 CD3”, que podría ser un asteroide tipo C (con una importante composición de carbón, por lo tanto muy oscuro), escribió Wierzchos en Twitter el miércoles.
Las observaciones han descartado la posibilidad de que el objeto fuera artificial. Es el segundo satélite temporal de la Tierra descubierto, después de RH120 en 2006. Sin embargo -afirman los expertos- se espera que pronto nos abandone.
La nueva luna tiene entre 1.9 y 3.5 metros de diámetro, por lo que no es rival para el principal satélite de la Tierra. Gira alrededor de nuestro planeta una vez cada 47 días en una amplia órbita ovalada que la lleva periódicamente a estar mucho más cerca de nosotros que la Luna.
Según su órbita preliminar, puede haber sido capturado por la Tierra alrededor de 2016-2017. Si el descubrimiento se mantiene, el 2020 CD3 por ahora, sería la segunda mini-luna que se haya encontrado.
“No parecía ser diferente de los otros asteroides cercanos a la Tierra que descubrimos”, dijo el doctor Wierzchos, “excepto que se descubrió que orbitaba la Tierra en lugar del Sol”.