Pandemia no detiene elaboración de trajes regionales en Oaxaca

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La Jornada

Sentada en su butaque bajo la sombra de un árbol de frutos de guaya, la artesana muxe Pilar de Belén Morales elabora trajes regionales, los pedidos no se cancelaron ahora en pandemia, al contrario tiene otros que bordará para lo que resta del año.

En Santa Rosa de Lima Oaxaca, agencia municipal de San Blas Atempa, donde vive Pilar, los artesanos que son mujeres, hombres y muxes – como se les llama a las personas de la diversidad sexual- continúan elaborando estas prendas que usan las mujeres del Istmo de Tehuantepec, por lo que a ellos la pandemia no les afectó, como a otros artesanos que desafortunadamente cerraron sus talleres por la falta de clientes y cancelación de pedidos.

Todos los días desde hace más de 20 años Pilar y Cecilia, su madre, bordan la ropa tradicional que usan las mujeres zapotecas en esta zona de Oaxaca, que tienen un valor económico de más de 25 mil pesos y que elaboran en aproximadamente cinco meses.

“De esta artesanía sobrevivimos” cuenta Cecilia, madre de Pilar quién a los nueve años comenzó este oficio, que es su principal ingreso económico desde hace cuarenta años.

En esta comunidad cien por ciento hablante del zapoteco, el 90 por ciento se dedica al bordado, los hombres por ejemplo van a la pesca y al campo por las mañanas y al medio día toman su bastidor y costuran, mientras que las mujeres combinan el oficio con la elaboración de totopos de maíz.

De hilo en hilo van hilvanando en la aguja y van pasando en la tela que está sobrepuesta en un bastidor de madera, y van formando flores y hojas; el diseño es de acuerdo al gusto de los clientes , quienes son los que eligen la textura de la tela y el colorido que tendrá su ropa.

Es un mosaico de flores los que plasma Pilar y Cecilia en cada uno de los bordados, para ellas no es difícil, sin embargo este oficio es laborioso y requiere de mucha creatividad.
“Nos gusta tejer, además de mi mamá viene otra amiga, somos tres las que ya estamos sentadas todos los días elaborando estos trajes, por fortuna todo el año tenemos trabajo, este pueblo es reconocido por confeccionar trajes a mano, aquí ponemos toda nuestra creatividad, diseñamos los colores, los estilos, y todo”, explicó Pilar.

Es común que en las calles de Santa Rosa de Lima se observen personas reunidas, a veces son puras mujeres y otras se juntan hombres y muxes, pero todos bordando, por que con este oficio han sobrevivido.

“Aquí la gente llega de todos lados, e inclusive del extranjero se han llevado nuestros trajes regionales”, comenta orgullosa Pilar, quién reconoce que por fortuna se valora su trabajo, por que el traje regional para ella elaborar una obra de arte.

Agregó que la dificultad que tienen en su mayoría de los artesanos es la compra de hilo y tela, debido a que las tiendas cerraron por la pandemia, sin embargo ellas lograron adquirir con anticipación su material, y ahora tejen sin mayor complicación.

Confía que las cosas mejoren y que las tiendas de telas y accesorios pronto reabran. “Hace falta seguir con la vida normal, aquí en este pueblo la vida sigue, tenemos que trabajar para vivir, es nuestra única forma de vida”.

En Santa Rosa de Lima pareciera no suceder nada relacionado a esta pandemia, aunque se han suspendido los eventos masivos y la autoridad municipal ha realizado labores de sanitización, en su mayoría no cree que exista el Covid-19 y solo algunos toman sus medidas, hasta el momento no hay un solo caso positivo de coronavirus.