Lila Downs dará concierto para honrar a muertos

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Reforma

Los muertos nunca se van porque se quedan en la memoria, en el corazón, los tenemos en la mente, viven con nosotros”, expresó Lila Downs sobre el que le parece uno de los días más agridulces, festivos y genuinos del año para los mexicanos.

Alrededor de esta tradición, y como ya es costumbre en la oaxaqueña, Downs dio un concierto en el Auditorio Nacional para conmemorarla.

Fue grabado el 21 de octubre y será transmitido este domingo por Canal 22, a las 20:00 horas, así como en sus redes sociales.

“Fue de impacto, estaba yo concentrada en las cámaras y sin público. Ese vacío en las butacas, ver un lugar tan majestuoso solo, me causó un vacío en el corazón. Y me agarró la ‘llorona’ desde que llegué, sí me puse a llorar. Antes de salir a cantar me sequé las lágrimas y dije ‘a darlo todo’, y fue todo”, platicó la intérprete, en entrevista exclusiva.

Actriz, cantante, compositora y filántropa, la originaria de Tlaxiaco, de 52 años, convocó a su equipo de trabajo para ofrecer un recital con un vasto bagaje de sonidos regionales: sones, boleros, corridos, baladas y rancheras.

Con piezas como “Yo Ya Me Voy”, “La Campanera” y “Cariñito” armó un programa pensado para que sus admiradores la sintonicen y disfruten de su canto.

“Nuestra inspiración fue el sentimiento de hoy, lo que vivimos por el Covid, lo que nos ha llevado a reflexionar. Es por Día de Muertos, pero va más allá. Hay una canción a la que le hicimos un versito al Covid, en ‘El Son de Difuntos’, no podíamos dejarlo pasar.

“Ya ves, así somos los mexicanos, tomamos muy en serio la muerte, pero también nos reímos y la lloramos. Esta sátira era necesaria”, adelantó La Downs, como le dicen en redes sociales.

Colorida, folclórica, festiva esas definiciones embonan con la personalidad de la intérprete de “La Cigarra” y “Mezcalito”. Paul Cohen, su esposo, se encargó de la realización del show y, además, contó con especialistas para el vestuario de su ballet y músicos virtuosos que la acompañaron en la banda.

“Paul tuvo una idea muy bonita sobre todo lo que hicimos, fue muy creativo. Fue algo básico, ahorramos en producción, en robótica, en zanqueros, pero salió algo exquisito y contamos con el Ballet Folclórico de Querétaro.

“Sí, tenemos estos vestuarios (con el ballet), con este trabajo tan interesante (de vestuario) que hace el maestro (Juan Carlos) Sosa Martínez. Es conocedor de los trajes tradicionales del País, investiga los orígenes, lo que usan en las comunidad rurales, se contacta con los abuelitos, es muy, muy interesante”.

Y este año recordó a dos difuntos entrañables para ella: el pintor Francisco Toledo y el trovador Óscar Chávez. A uno le sigue profesando su admiración y devoción por su arte, y al otro lo conoció y compartieron amistad y bohemias.

“Quedé muy agradecida con la familia del maestro Toledo, que nos prestó un poco de su obra para el show, y bueno, ¿qué puedo decir de mi maestro Óscar Chávez? Le rendimos tributo, lo adoraré siempre”, platicó sobre las canciones que les dedicó, “La Martiniana” y “Por Ti”, respectivamente.

“Celebrar el Día de Muertos, es la magia de ser mexicano, una manera de ver la tragedia con otra óptica: nos apasionamos con la tristeza y nos da alegría reconectar con quien ya se fue. Honramos a los que ya se fueron físicamente pero están con nosotros”.

¿Y a quién recuerda ella en esta fecha tan característica de la cultura mexicana? A su padre, a su abuela materna, a algunos conocidos que ya fallecieron y a personajes que siempre ha admirado, como Rufino Tamayo, Benito Juárez y Frida Kahlo.

Con alguna canción del show, como “Cruz de Olvido”, “La San Marqueña”, “El Último Trago” y “Son de Chile Frito” los vuelve, involuntariamente, presentes.