Biden, más cerca de la Casa Blanca; afina agenda de gobierno

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La Jornada

El demócrata Joe Biden se acerca lentamente, pero cada vez con más seguridad, hacia el triunfo, según todos los indicadores al continuar el conteo, mientras Donald Trump sigue amenazando con descarrilar el proceso en tribunales y nutriendo temores de violencia en las calles.

Tres días después de las elecciones, todos los ojos del país estaban enfocados en Pensilvania, que con sus 20 votos electorales es la puerta de los demócratas a la Casa Blanca, así como en otros tres estados más que seguían contando boletas, todo esto mientras en cualquier otro país el demócrata ya habría sido proclamado triunfador.

Una vez más se dejó al descubierto ese singular detalle estadunidense en el planeta de las democracias, en el que un candidato ya cuenta con la mayoría del voto popular, con un margen de más de 4 millones sobre el otro, pero eso no define el resultado, sino que todo depende de unos cuantos miles de votos en cuatro o cinco estados para ganar en el llamado Colegio Electoral.

A lo largo del día, Biden incrementó una ventaja casi irreversible con el goteo de nuevas cifras, y anoche estaba a punto de ganar Pensilvania, con lo cual sería presidente electo, e igual si gana Arizona y Nevada. En Georgia, el margen es tan cerrado que las autoridades estatales ya decidieron que se realizará un recuento.

Vamos a ganar esta contienda, declaró Biden esta noche, resaltó su triunfo en el voto popular con un total de más de 74 millones –el número más alto en la historia– y proclamó que el pueblo ha hablado y ha elegido el cambio sobre más de lo mismo. Aseguró, en respuesta a Trump, que se contarán todos los votos. La democracia funciona: tu voto será contado.

Afirmó que él y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, se están preparando para abordar la pandemia, la crisis económica y el desempleo, así como el cambio climático y el racismo sistémico, y para unir al país. No tenemos tiempo que perder en guerra partidista, indicó.

Para Trump, la ruta al triunfo en el Colegio Electoral se volvió cada vez menos viable, y todos lo sabían.

Durante este día, el magnate evitó actos públicos, pero emitió unos cuantos tuits y una declaración presentándose como el guardián de la democracia en nombre del pueblo. “Creemos que el pueblo estadunidense merece tener transparencia plena en todo el conteo de votos y la certificación de la elección… Esto se trata de la integridad de nuestro proceso electoral entero”, afirmó una vez más. Con ello, todo indica que procederá con su peligrosa estrategia de cuestionar la legitimidad del proceso, acusar a sus contrincantes de fraude y corrupción sin ninguna evidencia, y buscará obstaculizar el conteo por medio de la intervención de tribunales.

La estrategia no es una sorpresa; él mismo anunció que si pensaba que iba perdiendo, buscaría la intervención del poder judicial en el proceso, acusando que los resultados son parte de un gran fraude. Pero por ahora, por falta de evidencia alguna de irregularidades de las dimensiones que según él están ocurriendo, su maniobra es cada vez más difícil. Según un analista, Trump tendría que lograr que los tribunales revirtieran los resultados en cuatro de los estados ahora en disputa para poder ganar la elección.

Fuentes cercanas al presidente, según reporta The Washington Post, están abordando con Trump cómo prepararse para la derrota. Al parecer, la idea es ceder, pero jamás reconocer la legitimidad del resultado, continuando con las acusaciones de que la elección fue robada y no ofrecer el tradicional discurso de admisión de derrota después de una pugna electoral.

Ante las tendencias, decenas de opositores de Trump empezaron a bailar en las calles de Filadelfia cerca del centro de convenciones, festejando la cada vez mayor posibilidad de que Biden ganará la presidencia con el voto de ese estado.

Pero a la vez cunde la preocupación por incitaciones a la violencia de partidarios extremistas de Trump, quienes ya han participado en aislados incidentes de intimidación cerca de salas donde se cuentan boletas en varias partes del país, incluyendo Detroit, Atlanta y Phoenix, reportan medios locales y The Washington Post.

Este viernes en Filadelfia, dos hombres fueron arrestados por estar armados cerca del centro de convenciones, donde se efectuaba el cómputo de votos para presidente. El FBI alertó a la policía local de un grupo armado que había viajado desde Virginia.

La agrupación ultraderechista conocida como Proud Boys también ha estado preparando actividades para frenar el fraude en Florida y Michigan, entre otros lugares. Su líder, el cubano-estadunidense Enrique Tarrio, también director estatal en Florida de Latinos por Trump, continúa difundiendo teorías de conspiración y hablando de cómo tenemos que mantenernos en las calles. Mientas tanto, la disputa por el control del Senado está por ahora empatada, con el equilibrio del poder en la cámara alta en duda, y que podría resolverse sólo en las contiendas en Georgia, cuyas dos curules en el Senado federal se resolverán en una segunda vuelta en enero. En la cámara baja, los demócratas mantendrán su dominio, pero con un margen más reducido.

Y una vez más, el hecho de que la elección se decida con un margen muy reducido en el Colegio Electoral, mientras el voto popular tiene un margen de más de 4 millones, provoca el debate sobre reformar este sistema de sufragio indirecto en una democracia representativa. Por ahora, en lugar de coronar a quien ha ganado millones de votos más que su rival a escala nacional, se sigue con el conteo lento de unos cuantos miles de votos en cuatro estados.

Así, ese contraste de que a pesar de una clara definición de los votantes a favor de Biden, esta elección no se determinará por la voluntad de la mayoría nacional, sino por la compleja matemática e indirecta del Colegio Electoral.

La pandemia rompió otro récord más con 121 mil nuevos casos registrados el jueves y este viernes algunos medios reportaron que entre los nuevos casos está el jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, quien estaba en la fiesta la noche de las elecciones en la Casa Blanca con cientos de invitados, muchos sin cubrebocas. Mientras tanto, todos esperan la próxima ronda de mentiras, acusaciones y berrinches presidenciales, o peor, si siguen las cosas como van. Greta Thunberg, al burlarse del tuit que Trump le dirigió a ella en 2019 (que decía: Tan ridículo. Greta debería trabajar sobre su problema de manejo de ira y debe ir a ver una buena película vieja con una amiga. Cálmate, Greta, cálmate), le envío una a Trump ayer: Tan ridículo Donald, repitiendo palabra por palabra el mismo mensaje.