Japón habría decidido la cancelación definitiva de los Olímpicos: The Times

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La Jornada

El gobierno de Japón habría decidido la cancelación definitiva de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que siguen amenazados a seis meses de su apertura, al tiempo que el Comité Olímpico Internacional (COI) aseguró que “no hay un plan B” para la justa que se disputará en la fecha aplazada, 23 julio-8 agosto de 2021.

De acuerdo con la información publicada por el diario británico The Times, un miembro del comité organizador de los Juegos reveló que el gobierno japonés ha sostenido reuniones de análisis en torno a los Juegos Olímpicos y decidió privadamente que tendrán que ser cancelados debido a la pandemia por el coronavirus.

“Nadie quiere ser el primero en decirlo, pero el consenso es que es demasiado difícil (la realización de los Juegos). Personalmente, no creo que vayan a suceder”, señaló la fuente del comité organizador al diario británico, según la cual, Japón cancelará Tokio 2020, pero pretende asegurarse de ser sede nuevamente de los Juegos en 2032, la siguiente fecha vacante en el calendario del COI, ya que están asignadas las siguientes dos ediciones de París 2024 y Los Ángeles 2028.

Interrogado por un diario japonés ante la posibilidad de la cancelación, Yoshiro Mori, presidente del comité organizador de Tokio 2020, dijo que la decisión definitiva sobre los Juegos Olímpicos será tomada antes del 25 de marzo.

“Nada a cambiado”
“Nada a cambiando. Por supuesto, estamos considerando una variedad de peores escenarios. El futuro de los la justa se aclarará dependiendo de si celebrará el recorrido de la antorcha olímpica o no”.

El presidente del COI, Thomas Bach, declaró ayer que está convencido de que el certamen se disputará este año. “No tenemos en este momento ningún motivo para creer que los Juegos no se vayan a inaugurar el 23 de julio en el estadio Olímpico de Tokio”, dijo Bach en una entrevista a la agencia japonesa Kyodo.

“Por eso no hay un plan B y por eso estamos totalmente comprometidos a hacer que sean unos Juegos seguros y exitosos”, aseveró.

Sin embargo, Bach insinuó que el número de espectadores podría ser reducido, afirmando que su organización debe ser “flexible” y debe estar dispuesta a hacer “sacrificios” para proteger la vida de la gente.

En el mismo sentido se expresó esta semana el director del comité organizador, Toshiro Muto: “La disputa de los Juegos es nuestro punto inflexible y, partiendo de esa base, no hablamos de nada más”, dijo, aunque no excluyó que la justa tenga que disputarse con un número limitado de espectadores, o incluso sin nada de público.

Dick Pound, ex vicepresidente del COI Dick Pound, estimó que el certamen se realizará este año aunque sin público. “Es bonito tener espectadores. Pero no es imprescindible”, dijo Pound en entrevista con Kyodo.

Aunque el ex directivo ya no forma parte de la junta del COI que toma las decisiones, últimamen-te ha hecho declaraciones públicas para generar entusiasmo en torno a los Juegos aplazados.

Ante los casos récord de infecciones por Covid-19, el gobierno ja-ponés decidió este mes la reinstauración del estado de emergencia en una parte importante de Japón, que incluye Tokio y su enorme periferia.

Más de 80 por ciento de los japoneses, según un sondeo reciente, estarían en contra de la disputa de los Juegos Olímpicos este año y desearían su aplazamiento o directamente su cancelación.

Antiguos deportistas también se han mostrado favorables a esta posición, como el británico Matthew Pinsent, ex campeón olímpico de remo, quien consideró “ridículo” celebrar los Juegos e instó a un aplazamiento a 2024.

Los máximos responsables de Tokio 2020 ya han asegurado que otro aplazamiento es “absolutamente imposible” y planean medidas contra el nuevo coronavirus que, según ellos, garantizarán la celebración segura, incluso sin vacunas.

Thomas Bach también habló el jueves a Kyodo sobre los Juegos Olímpicos de Pekín, previstos para principios de 2022. Igualmente aseguró que los planes continúan con el certamen en China.

Cuando hace casi un año se pospusieron los Juegos de Tokio, los organizadores prometieron que su celebración en 2021 sería la prueba de la victoria sobre el Covid-19, pero a seis meses de la cita olímpica el triunfo todavía parece lejano.

Altos costos
Un informe de 53 páginas publicado en diciembre describe medidas que incluyen desde prohibir la presencia de público a realizar regularmente pruebas a los deportistas y limitar las estancias en la Villa Olímpica.

A todo ello se añade el incremento de los costos. Las medidas sanitarias y el aplazamiento han aumentado el gasto previsto en 2 mil 800 millones de dólares para un total, mínimo de 15 mil 800 millones, lo que haría de Tokio 2020 la edición de los Juegos de verano más cara de la historia.

Los esfuerzos por reducir costos, como “abaratar” la ceremonia de apertura o “retocar” a la baja la imagen de la justa, sólo han servido para lograr ahorros mínimos.

A medida que los casos de Covid-19 aumentan en todo el mundo, muchos deportistas están luchando aún por conseguir su clasificación, con numerosas pruebas preolímpicas aplazadas o alteraciones de los planes de entrenamiento por la crisis sanitaria.

Los miles de voluntarios que planean colaborar en la organización de los Juegos también han queda-do en el limbo, pese a que se mantiene el recorrido de la antorcha olímpica a través de todo el país a partir de marzo, aunque con refuerzo de las medidas de distancia social.

El 8 de septiembre de 2013, Tokio recibió el encargo de ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2020. El país lo celebró y presentadores de televisión llegaron a llorar de emoción. Muchos habían temido que el accidente nuclear de Fukushima, fruto del gigantesco sismo y tsunami de 2011, arruinara el proyecto olímpico. El gobierno apostó entonces por el éxito de lo que llamó “los Juegos de la reconstrucción”.

Japón lucha contra el reloj por no perder por tercera vez en la historia la organización de unos Olímpicos, después de las ediciones de Verano e Invierno de 1940 por la Segunda Guerra Mundial. No obstante, fue sede de la justa veraniega en 1964.

La cancelación de Tokio 2020 supondría un duro golpe para el movimiento olímpico y un ataque al orgullo nacional japonés, sin hablar del enorme impacto financiero.