Uriel Pérez García
El pasado domingo cuatro de abril dieron inicio formalmente las campañas electorales para la renovación de la Cámara de Diputados federal, en un contexto sumamente complejo en el que concurren no solamente con la renovación de cargos en los 32 estados del país, sino además una serie de elementos que harán de esta elección un fenómeno por demás interesante y digno de análisis desde diversas ópticas.
En un primer plano, como ya se había visualizado, llegaremos a una jornada electoral aún en medio de una contingencia sanitaria, de tal forma que el riesgo de contagios con la concentración de personas sigue latente, lo que al parecer no ha significado un punto de preocupación para el rediseño significativo de las estrategias de campaña, ya que por lo visto en los primeros días, más de un candidato o candidata han realizado actos que implican eventos que rebasan la cantidad de personas permitidas.
Un segundo elemento que llamó la atención en las últimas semanas en el marco del fenecimiento de los registros de candidaturas fue el descontento generado al interior de los propios partidos políticos, especialmente Morena, donde se manifestaron inconformidades evidentes ante los señalamientos de imposiciones de candidaturas con base en acuerdos cupulares y claro desdén a la militancia y los métodos de selección previstos para este proceso electoral.
Lo anterior derivó además en una serie de desencuentros entre la misma dirigencia de dicho partido, así como de militantes y simpatizantes tanto a nivel nacional como en varios estados de la república donde además lanzaron diversas convocatorias para manifestarse contra la imposición de candidaturas.
En el análisis de los resultados que arrojen las próximas elecciones no habrá que perder de vista en qué medida afectaron estas imposiciones de candidaturas y el disgusto de las bases del partido, por lo que jugará un papel importante la llamada “operación cicatriz” para evitar un voto de rechazo hacia estas candidaturas o quizá se refleje en una menor participación ante la decepción de la ciudadanía por las prácticas empleadas en un partido que prometía ser distinto.
En tercer lugar, no puede pasar desapercibido un tema sumamente delicado que se refiere a la violencia política que se ha manifestado prácticamente desde el inicio del proceso electoral y que de acuerdo al titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, José Agustín Ortíz Pinchetti, ha cobrado la vida de cerca de 70 aspirantes a diversos cargos de elección popular.
Este contexto siempre resulta sumamente preocupante, pues no solo impone un reto enorme a las autoridades encargadas de velar por la seguridad pública, sino que además significa un latente riesgo que vulnera el Estado Democrático y la integridad de la ciudadanía en su conjunto, puesto que busca imponerse por medio de las armas la voluntad de grupos que pretenden limitar la libertad del ejercicio de los derechos políticos y sobre todo someter a su voluntad la renovación de autoridades.
En este sentido es importante que las instituciones en el marco de su competencia establezcan los mecanismos de coordinación necesarios para edificar un escenario de estabilidad y seguridad que permita el ejercicio libre de quienes participan en el proceso electoral, incluyendo los medios de comunicación.
Por último, pero no menos importante, un elemento central en el que se debe poner especial énfasis, es el de la participación ciudadana, ya que las estadísticas han mostrado que por lo regular las elecciones intermedias despiertan menos interés en la ciudadanía, situación que se debe agregar al contexto actual.
No obstante que con las últimas reformas la concurrencia con la elección de presidencias municipales ha influido significativamente en la participación, lo cierto es que hoy las condiciones son distintas, no hay que perder de vista que al escenario de pandemia se suman las diversas fracturas en los partidos políticos, la reelección que veremos cómo impacta en el ánimo del electorado, así como la violencia política.
Por lo pronto la oportunidad para hacer el llamado al voto ha comenzado, los aspirantes a una curul federal tendrán 60 días; al Congreso local 40 días a partir del 24 de abril y por último; el 2 de mayo arrancarán las campañas en los ayuntamientos, lo que se espera son propuestas y no descalificaciones, recae en ellos y ellas la responsabilidad de motivar salir a las urnas el domingo 6 de junio, faltan 60 días y la cuenta regresiva ha iniciado.