ERNESTO REYES
Todo está listo para que este domingo 1 de agosto, en un hecho histórico, las y los ciudadanos que desean contribuir a que nuestro país empiece a sanar de los males heredados de gobiernos autoritarios, expresen libremente su derecho a decidir si llevan o no a juicio a expresidentes y ex funcionarios de alto nivel quienes, en el ejercicio de su encargo, traicionaron la voluntad popular y cometieron diversos delitos.
En un horario de 8 a 18 horas, y armados solamente de su credencial de elector, podrán cruzar una papeleta en cualquiera de las mil 869 mesas receptoras a instalarse en los sitios previamente designados por el INE. Esto en el estado de Oaxaca. Previo a la jornada dominical, debe consultarse la ubicación de los centros de votación (o casilla) en: https://ubicatumesa.ine.mx
¿Y por qué a través del INE, preguntarán algunos? Sencillamente, porque como este ejercicio está respaldado por un mandato constitucional, no hay otro organismo que garantice su viabilidad. La inteligencia de las y los mexicanos sabrá hacer a un lado a quienes, en la estructura del INE, han conducido el proceso, más a fuerza que de ganas. Esta es la razón, por la que hubo escasa difusión y por haberse opuesto, anteriormente, a que este ejercicio se realizara el pasado 6 de junio. Como consecuencia, desde ahí dentro y en los organismos locales electorales, nunca hubo la suficiente voluntad, arguyendo motivos económicos y de logística.
La pregunta a la que deberá responderse, positiva o negativamente, es la siguiente: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”
A decir de especialistas, este ejercicio es una forma de enriquecer la participación directa de las y los ciudadanos en los temas y decisiones de interés nacional. Además, contribuye al empoderamiento social, en el que el pueblo toma las decisiones y no solo los partidos, los gobernantes o, bien los congresos o el mismo Poder Judicial.
Previo a la consulta, diversos grupos de izquierda o de la sociedad civil, incluyendo los zapatistas, han llamado a sumarse a la Consulta, estén o no de acuerdo, porque con su participación se dará pie a crear mecanismos, como las comisiones de la verdad, que indaguen en el pasado de impunidad que dejaron los malos gobernantes, a fin de reparar el daño a las víctimas. Y valdrá hasta para los exgobernadores.
Conseguir la voluntad de 37 millones de personas, que equivalen al 40% de la lista nominal nacional, es una vara muy alta en el horizonte legal para que tenga validez la Consulta. Sin embargo, y pese a los malos augurios esparcidos por opositores, es posible alcanzar la meta, si la gente no se queda en casa ya sea por apatía, o por falta de información.
Los resultados, a cargo de las juntas distritales, se darán a conocer el mismo domingo a partir de las 21:00 horas, Hay un ánimo positivo de que dicho ejercicio logre movilizar a la gente, a pesar de que el Instituto redujo, por cuestiones económicas, el número de mesas receptoras, con lo cual se desalienta a quienes deberán trasladarse hacia lejanos lugares. Incluso no habrá casillas especiales, para quienes estén en tránsito, lo que generará protestas. Lo anterior, sumado al temor por los contagios de la pandemia.
Si se triunfa, los resultados serán vinculatorios para los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y puedan iniciarse procesos en contra de personajes como: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, por las políticas económicas equivocadas, privatizaciones, masacres, actos de corrupción y decisiones políticas en contra de los intereses nacionales.
Y si no se alcanza, habrá una presión social más allá de una mera solicitud para que se integren los expedientes, y las instituciones actúen.
Contra el conservadurismo que alardea de que “la ley no se consulta”, como si se hubiera aplicado en los regímenes que añoran, en otras naciones son comunes las consultas populares, referéndums o plebiscitos, por considerarse auténticos y legítimos los ejercicios de democracia directa y participativa. En México este será uno de los primeros. Pero nunca es tarde. Yo voto por el sí. La Consulta va.
@ernestoreyes14
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