Paridad, simulación y definiciones

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Uriel Pérez García

En las últimas semanas del año la agenda pública estuvo marcada por acontecimientos que sin duda marcarán definiciones importantes en el ámbito político electoral para los próximos días tanto en el terreno local como en el plano nacional; por un lado se comienzan a perfilar las candidaturas para la sucesión gubernamental, mientras que por otra parte los órganos electorales libran sus propias batallas tanto al interior como en la abierta confrontación con el ejecutivo en el caso del INE.

Los principales reflectores sin duda se situaron, además de las fuertes criticas a una administración municipal que finaliza en total crisis en la capital, en la definición de quien encabezará la candidatura del partido que hasta hoy lidera las preferencias electorales, con lo que parecieran desmoronarse los discursos triunfalistas que afirmaban se había transitado de la simulación hacia la paridad en la participación política de las mujeres de manera real.

A partir de las reformas constitucionales de 2014 y 2019, esta última conocida como paridad en todo, la paridad de género se erige como uno de los principios que rige la materia electoral, de modo que tanto los partidos políticos como todos aquellos entes que intervienen en el desarrollo de un proceso electivo deben garantizar la efectividad de dicho principio con relación a la renovación de todos los cargos de elección popular.

No obstante en la reforma al texto constitucional de junio de 2019 mediante el cual se incorporó dicho principio de paridad en la postulación de candidaturas, quedó reservada la regulación puntual a los órganos legislativos tanto a nivel nacional como a las legislaturas locales, sin que esto se haya cumplido para dar certeza a los comicios locales del año que finaliza y los que están en puerta.

Lo anterior derivó en un vacío legal que dio al traste desde el proceso electoral pasado en el que se suscitó una controversia por la obligación de los partidos de postular a mujeres en por lo menos siete de las 15 entidades que renovaron la titularidad de poder ejecutivo, lo que trajo consigo que el máximo tribunal en materia electoral en el país sentara precedente al respecto.

Sin embargo, aun con todo lo que se ha analizado en la materia, sigue evidenciándose que los partidos políticos se niegan a transitar hacia una auténtica inclusión de las mujeres en la toma de decisiones como quedó demostrado en Morena, al postular candidatas en los estados donde son menos competitivos, situación que seguramente será revisada por el Tribunal Electoral, en este y todos los demás partidos que aun con todo y sus procesos internos solo redunden en la simulación.

Además del criterio de competitividad, otro elemento importante a considerar ante este vacío legal es que, de acuerdo a criterios sostenidos por el propio TEPJF, las directrices que adopten las legislaturas locales para la regulación del desarrollo de las elecciones en condiciones de paridad, deben establecerse a partir del contexto histórico, político, social y cultural particular de cada entidad.

Es decir desde este enfoque es menester resaltar que el criterio que debiera aplicarse para el caso de Oaxaca es que desde la perspectiva histórica, no ha existido una mujer gobernadora, mientras que desde la esfera política y social es indispensable subrayar que la estructura patriarcal prevaleciente en la entidad acentúa la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres en diversos aspectos de la vida pública y privada, condición que se debe ponderar si de deconstruir un sistema y eliminar desigualdades se trata.

Al margen de todo lo que pueda suscitarse en los próximos meses con una agenda por demás efervescente que definirá el rumbo de la entidad; aprovecho para agradecer en primer lugar a ustedes lectoras y lectores que tan amablemente destinan unos minutos de su agitado día para leer estas sencillas líneas.

En segundo lugar, pero no menos importante, mi agradecimiento especial a Reflexión Informativa Oaxaca por la oportunidad de compartir algunas ideas con ustedes, puesto que sin este espacio no sería posible expresar las opiniones que no tienen otro fin más que el de construir ciudadanía a través de generar opinión, disentimiento y reflexión.

A todas y todos les deseo que este año que está por iniciar esté lleno de felicidad. Hago votos por tiempos mejores y para que en todos los hogares perdure la llama de la esperanza por construir un mejor Oaxaca para nosotros y nuestros hijos. Feliz año 2022.