Alfredo Martínez de Aguilar
Cada día preocupa más el déficit en el suministro de agua, por el cambio climático, la destrucción de los bosques, la contaminación y el aumento de la población, lo que eleva las tensiones.
En una afirmación audaz por la creciente escasez de agua potable, el exvicepresidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, predijo en 1995 que «las guerras del próximo siglo serán por el agua».
El Atlas de Riesgo de la Agenda Global contempla que la Tercera Guerra Mundial será por la disputa de los acuíferos, sobre todo, por el agua para consumo humano presente y futuro.
En tales condiciones, en la geopolítica del siglo XXI el agua está llamada a ser lo que fue el petróleo en el siglo XX, por lo que se convertirá en motivo de grandes conflictos en amplias zonas políticas.
Los amargos conflictos en las «guerras por el agua», ya cobran un precio muy alto en términos de vidas y el bienestar a nivel regional en algunos puntos del planeta. Y pueden ser más mortíferos.
México no es ajeno al problema, como lo puso de manifiesto el conflicto social vivido en diversos estados del país, particularmente Nuevo León, por la grave falta de agua por la prolongada sequía.
En el mundo, más de 1,000 millones de personas no tienen acceso al agua. Entre las 11 ciudades que podrían quedarse sin agua potable en el mundo, se encuentra la Ciudad de México.
Diversas regiones del estado de Oaxaca, pero especialmente los Valles Centrales, corren el grave riesgo de enfrentar un “estrés hídrico” por la creciente demanda de agua y la falta de suministro.
Sin embargo, hay diversas opciones de solución y una alternativa altamente positiva, por sus ventajas y fortalezas, sustentables, y sostenibles, es la construcción de Presas Bajo Tierra.
Creador de las patentes de la tecnología de presas subterráneas, el ingeniero Miguel Álvarez Sánchez, fue entrevistado en Detrás de la Noticia Televisión por Regeneración Pluralidad.
Tras años de investigación en el proyecto, el director general de la empresa queretana Presas Bajo Tierra obtuvo su primer patente el 10 de abril del 2017, primera en su género en el país.
La innovadora tecnología hidráulica de presas bajo tierra se aplicó por primera vez en Chihuahua, en Samachique, municipio de Guachochi, con una inversión superior a los 6.4 millones de pesos.
El experto hidráulico originario de Querétaro y capacitado en Japón resaltó las ventajas de las Presas Bajo Tierra: Previene el abatimiento del nivel freático y recarga los mantos acuíferos.
El almacenamiento subterráneo evita la evaporación, previene la intrusión salina, el grado de contaminación puede ser igual a cero y se respetan las condiciones naturales del terreno.
Mayor infiltración, no existe el riesgo de provocar inundación, la parte superior del terreno de la presa se puede utilizar de manera normal y su costo no es oneroso por su mínimo mantenimiento.
La presa bajo tierra crea el sistema de captación, bloqueo, control y almacenamiento, sistema que, recalcó el ingeniero Miguel Álvarez, se tiene patentado, es sustentable y autónomo.
Los objetivos a alcanzar, son: Crear bienestar, desarrollo, calidad de vida en comunidades y polos de desarrollo urbano; Aprovechar, mejorar y gestionar el uso sustentable de los recursos hídricos.
La tecnología de las Presas Bajo Tierra aplican los resultados de los proyectos de investigación por parte de la academia y gobiernos hasta traducirlos en una realidad de campo con impacto social.
