Alfredo Martínez de Aguilar
Con los altibajos y claroscuros del primer desencuentro con la nueva dirigencia de la Sección XXII del SNTE-CNTE, el balance del arranque del Gobierno de Salomón Jara es altamente positivo para Oaxaca y los oaxaqueños.
Es de lamentar la provocación del contingente del Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas (FUCO) que lidera Nino Morales Toledo, Secretario de Administración, al pretender evitar que el magisterio llegara al Zócalo.
A tiempo, no a toro pasado, advertimos del riesgo de provocación y confrontación entre la marcha magisterial y la calenda oficial, al confluir ambas en el Zócalo, agravado por la falta de operación política con la CNTE.
Después de 12 años de presiones, chantajes y extorsiones de los cuatro grupos de supuestos desplazados triquis, solapadas gubernamentalmente, finalmente, fueron retirados sus puestos del corredor del Palacio de Gobierno.
El secretario de Gobierno, Jesús Romero López, reveló que con base en las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se han otorgado 70 millones de pesos a los supuestos desplazados triquis.
Les entregaron camionetas que únicamente utilizan sus dirigentes; se rentaron casas acondicionadas para vivir con todos los servicios, y se les entregó recursos económicos directos para alimentos e insumos personales desde el 2013 al 2020.
Pese a que el grupo dirigido por Lorena Martínez solo está integrado por una decena de personas beneficiarias con las medidas de protección de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, esta exigió 40 lotes en la zona conurbada.
El Gobierno del Estado y Municipal logró, también, el retiro del Zócalo de los comerciantes informales de la Unión de Artesanos y Comerciantes Oaxaqueños en Lucha (UACOL) y de las organizaciones Sol Rojo y 14 de Junio.
Es tan trascendental a nivel nacional y mundial liberar el Palacio de Gobierno y el Zócalo de comerciantes informales que el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador apoyó la positiva decisión de del gobierno de la Primavera Oaxaqueña.
Es de destacar que Salomón Jara y la Nación Triqui acordaron trabajar por la unión, paz y desarrollo para sus pueblos, al reconocer la disposición y voluntad política de los líderes, y se anunció la reinstalación de las mesas de paz con justicia y bienestar.
En respuesta a sus demandas sociales, el Gobernador de Oaxaca dio a conocer en Constancia del Rosario, Juxtlahuaca, la construcción de caminos, la reforestación, la conservación de la música tradicional, entre otras acciones.
Para continuar restableciendo el orden y salvar al Centro Histórico, Patrimonio Cultural de la Humanidad, urge reabrir temporalmente el tiradero de Zaachila para resolver la Crisis de la basura y retirar el Memorial del atrio de la Catedral.
Para conseguirlo basta respetar y hacer respetar la ley, ya que la superficie donde se depositan las 850 toneladas de residuos sólidos urbanos de la zona metropolitana es propiedad del Municipio de Oaxaca de Juárez y la ley prohíbe instalar el Memorial.
El alcalde capitalino Francisco Martínez Neri está consciente de la imperiosa necesidad de respetar y hacer respetar la ley. “Hay lugar para todo. Hay que preguntar a la autoridad si es posible realizar alguna acción en el Centro Histórico”.
En medio de la avalancha informativa de las actividades del nuevo gobierno, hasta ahora ha sido poco dimensionada la trascendencia e impacto político, social, económico, de la búsqueda de un nuevo Pacto Social.
Los ejes prioritarios de las políticas públicas de las iniciativas que sustentan el cambio profundo que promueve Salomón Jara pretenden establecer un nuevo contrato social para la convivencia pacífica y segura.
Asimismo, se busca la profundización democrática, la lucha contra la corrupción, la solución de conflictos, el respeto y promoción de la cultura de los pueblos y comunidades desde una perspectiva intercultural
Otra ambiciosa meta del Gobierno de Salomón Jara es impulsar una nueva perspectiva de la relación entre estado y sociedad, a través de las instituciones y políticas que articulen nuevos vínculos y rescaten valores tradicionales comunitarios.
Pero, sobre todo, los ejes prioritarios de las iniciativas buscan luchar contra la desigualdad, sembrar la paz, combatir la corrupción y establecer mecanismos de protección a las mujeres y erradicar todas las formas de violencia institucional.