DETRÁS DE LA NOTICIA: Perseguidos, pide Arzobispo a los Periodistas: ¡No se dejen comprar!

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Alfredo Martínez de Aguilar

Monseñor Pedro Vásquez Villalobos puso el dedo en la purulenta llaga de la violencia contra los periodistas mexicanos y oaxaqueños, con asesinatos, desapariciones, agresiones y amenazas sinfín.

 

En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana señaló que los periodistas “son perseguidos por causa de la verdad, cuando denuncian injusticias que incomodan mucho a los gobernantes”.

 

El Arzobispo de Antequera Oaxaca amplió su señalamiento al pueblo, “se incomodan los comerciantes, los Obispos, los sacerdotes. Nos incomodamos todos cuando se nos dicen verdades”.

 

“Sentimos que la verdad incómoda nos toca a nosotros, ahí en nuestro interior, porque hemos fallado, y se nos denuncian ciertas situaciones que no están bien”, explicó el pastor católico.

 

Aludiendo a las enseñanzas de Jesús, recordó que este había advertido, que a causa de la verdad serían perseguidos sus seguidores y, los periodistas no son la excepción, la verdad es incómoda.

 

Vásquez Villalobos pidió a Dios “que los periodistas sean valientes y no escondan las verdades, pero también que no se dejen comprar, porque tienen una dignidad que es grande y no tiene precio”.

 

“Los quieren comprar, para que se callen la boca, para que no denuncien, para que no digan nada, para que no incomoden”, denunció con todas sus letras el Arzobispo de Antequera Oaxaca.

 

En la Jornada de Oración Mensual de la de la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica pidió a Dios “que no los compren y se mantengan firmes con la ayuda de Dios y la fuerza del Espíritu”.

 

El purpurado resaltó que la labor de los periodistas es sumamente importante, tienen que ser comunicadores de los acontecimientos que vive nuestro país, nuestros pueblos y nuestras ciudades.

 

Ante periodistas y fotorreporteros presentes en la Catedral Metropolitana, Monseñor Pedro Vásquez Villalobos pidió, a la vez, a Dios que los periodistas sean comunicadores solo de la verdad.

 

Por otro lado, reflexionó sobre la celebración del Bautismo de Jesús por Juan Bautista en la lectura del Evangelio, quien nos dice que Jesucristo es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

 

Jesús te invita en su enseñanza a que tú también perdones, y te dice muy claramente: “perdona y serás perdonado”. Ojalá y ninguno de ustedes me diga: “perdono, pero no olvido” ¿Usted perdona de corazón?

 

Entonces, tengo que perdonar de corazón. “Me cuesta”, dices. Sí, el corazón herido, el corazón ofendido, está dolido, tiene una herida, le duele. Pero no vas a sanar si no perdonas, vas a seguir herido si no perdonas.

 

Esa herida tiene que sanar y va a sanar el día que tú perdones de corazón. No digas “no puedo”, dile a Nuestro Señor: quiero perdonar como Tú me perdonas a mí, olvidando mis miserias, mis pecados, mis debilidades.

 

“Dame la gracia que necesito para perdonar al que me ha herido tanto, al que se ha burlado de mí, al que me ha humillado y me ha despreciado, al que no se cansa de ofenderme. Dame la gracia de perdonar, y Dios te va a dar la gracia, no dudes de ello”.

 

Y cuando sientas que has perdonado, podrás ir al encuentro del hermano que tal vez está en la misma situación que tú, con dificultades de perdonar, y vas a tener la experiencia de sentir el gozo y la paz de haber perdonado y le vas a enseñar cuál es el camino para ejercer la misericordia, para tener ese perdón que tanta falta hace al corazón humano.

 

“No pierdan la paz, no la pierdan. No pierdan el gozo, no pierdan la alegría de vivir”, subrayó en su homilía dominical Monseñor Pedro Vásquez Villalobos, Arzobispo de Antequera Oaxaca.

 

“No vivan con rencor, con envidia, con deseos de venganza, con deseos de que le vaya mal a mi prójimo, no vivan así, porque esa vivencia no es de un hijo de Dios, no es de un seguidor de Jesucristo, no es del que viene a Jesucristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

 

“Si el Señor me ha perdonado, ¿quién soy yo para no perdonar a mi hermano? Mi hermano es tan débil y tan miserable como lo soy yo. Ganas más perdonando que guardando rencor. Vendrá a ti el gozo y la paz y vale la pena vivir con libertad, no con las cargas, no con los dolores y las tristezas y las amarguras, por tanto, que nos han hecho. Sé feliz.”, concluyó.

 

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila