Alfredo Martínez de Aguilar
Por segunda ocasión, José Bernardo Rodríguez Alamilla recibe la herencia maldita del permanente rechazo a su antecesor, Arturo de Jesús Peimbert Calvo, por politizar e ideologizar su desempeño.
Toca en suerte, una vez más, a Rodríguez Alamilla sustituir al controvertido Peimbert Calvo en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca y, ahora, en la Fiscalía General del Estado.
Acremente cuestionado por colectivos y feministas por esa pesada lápida sobre sus espaldas, consideró que es una línea de opinión, pero hay otras que hablan positivamente de su desempeño.
“Respeto muchísimo a las compañeras, es una línea de opinión, hay otra línea de opinión, que hay un trabajo completamente distinto a eso, estamos a la altura de las circunstancias que tiene una Fiscalía”, dijo.
Irónicamente, el heredero de los cargos públicos de Arturo de Jesús Peimbert Calvo tiene, sin embargo, la gran oportunidad histórica y social de pasar a la historia si se decide a combatir la impunidad.
Y lo conseguirá siempre y cuando dé de inmediato un golpe de mano en el errático y vacilante rumbo del timón del órgano autónomo representante de la institución de buena fe del Ministerio Público.
Solo de esta manera el nuevo Fiscal General del Estado logrará su legitimación en el poder como resultado de su cuestionada legitimación de origen en la selección por el Congreso del Estado.
Al combatir la escandalosa impunidad, la discutible legitimidad de origen de José Bernardo Rodríguez Alamilla, se convalidará con la legitimidad de ejercicio como Fiscal General del Estado.
Para conseguirlo, José Bernardo Rodríguez Alamilla tendrá que enfrentar a enemigos y traidores representados por las mafias familiares, amigos y compadres, enquistados en las áreas de procuración de justicia.
De manera especial, uno de sus principales retos será detener y consignar ante los Jueces a los probables responsables de asesinatos, desapariciones y feminicidios de más de 700 mujeres.
El nuevo Fiscal General del Estado aseguró que se retomarán también los casos del llamado “Cártel del despojo”, con 1400 carpetas de investigación por apropiación ilegal de predios y casas.
También será su obligación legal abrir carpetas de investigación por la venta de plazas laborales en el Gobierno del Estado y, sobre todo, por los fiats, así como por las concesiones otorgadas irregularmente.
Generosa como ha sido la vida con José Bernardo Rodríguez Alamilla, su presentación ante los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones da oportunidad de realizar su bautizo de fuego.
La AEI Alfonsa Martínez Valdivieso, digna y valiente, denunció los probables delitos de abuso sexual, abuso de autoridad y tráfico de influencia del comandante del FERI, Teófilo Ruiz Carmona.
Con 16 años de experiencia en la AEI, refirió que en 2019 el comandante del Grupo Fuerza Especial de Reacción Inmediata (FERI) la atacó sexualmente en un hotel, durante una comisión de trabajo a Matías Romero.
La mujer policía explicó a detalle los hechos y denunció que “fiscales vienen y fiscales van”, y la agresión sexual en su contra quedó sepultada por cuatro años, por la impunidad y el tráfico de influencia.
A pesar que Alfonsa Martínez Valdivieso presentó una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos y ante los anteriores fiscales del estado, no ha logrado justicia, y está amenazada por el comandante Ruiz Carmona.
El nuevo Fiscal General del Estado tiene la invaluable oportunidad de demostrar de qué está hecho y si realmente cumplirá su compromiso de procurar justicia, empezando como buen Juez por casa.
@efektoaguila