Francisco Alejandro Leyva Aguilar
No hay duda que uno, suma. Sin embargo la salida el lunes de Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila y Nubia Mayorga del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ¿representa un descalabro para la institución?
Me parece que ese grupo se equivocó al llamarse “congruencia” por México justamente porque la batalla no la debieron dar fuera del PRI, sino desde dentro de sus filas para poder llamarse congruentes y, sin embargo siguiendo a su hígado más que a su cerebro, abandonaron las filas del Revolucionario Institucional para formar un grupo -no les alcanza para un partido político- que “seguirá trabajando por el bien de México”.
Contrario a la salida de esos 4 senadores plurinominales del PRI -ninguno de ellos hizo campaña para estar en el Senado- el PRI Nacional y sus dirigencias estatales, iniciaron el proceso de afiliación del partido que, aun sigue pero que solo el lunes sumó a miles de militantes más, por eso decía que no hay duda que uno, suma.
Lo mismo vale el voto de Osorio Chong, que el de cualquier militante priísta y aquí se trata de sumar, por eso no es tan importante la salida de cuadros que están acostumbrados a que todo se lo den, porque el coraje de esos expriistas no es otro, que la imposibilidad de agarrar una de las candidaturas plurinominales que habrá para senado y la cámara de diputados federal en 2024.
El lunes mismo se lo dijo Miguel Ángel Osorio Chong a Carlos Loret de Mola cuando éste lo increpó sobre la “conveniencia” de abandonar el PRI justamente cuando nos encontramos inmersos ya en el proceso de sucesión presidencial y en donde pareciera que ese grupo y no Alito Moreno, es el que se puso de acuerdo con López.
Osorio habló de 300 escisiones en todo el país, lo que representa 300 votos menos para el PRI, porque es claro que los personaje que ahí estaban, no representan mucho más que su propio voto, por eso no es tan preocupante su salida.
Un dicho popular reza: mientras menos burros, más olotes y me parece que incuso la salida de esos personajes, le abre la posibilidad a muchos otros militantes que estaban haciendo cola pero que no tenían ninguna posibilidad justamente porque antes estaban los “principales”, sus familiares, sus afectos y hasta sus novias, ahí en la foto se ve claro eso.
Lo que se le olvida a Osorio Chong que es quien lidera la inconformidad, es que -como me dijera un buen amigo- a un árbol lo puedes podar y quitarle muchas ramas, pero si sus raíces son fuertes, volverá a tener ramas y hojas, más fuertes y duraderas.
Yo diría que, aparte de incongruencia, los que se fueron también demostraron otro defecto humano: la ingratitud. Ninguno de ellos se formó fuera del PRI, ninguno de ellos habría hecho las fortunas que hoy poseen, si no hubiese sido por los cargos que el Revolucionario Institucional les brindó; ninguno de ellos habría tenido los negocios que tienen, si no fuera por el PRI y, la militancia que está desilusionada del Instituto Político, lo está justamente porque ese dan cuenta que solo unos, son los que se enriquecen con los cargos públicos.
Y si no me creen, solo hay que revisar la triangulación financiera de empresas fantasmas relacionadas con Miguel Ángel Osorio Chong en Hidalgo. El prestigiado portal Código Magenta documentó transacciones hasta por 510 millones de pesos de la familia Osorio Chong, transacciones en efectivo hasta por 89 millones de pesos para lo que uso a 29 personas y 49 compañías.
Dice Código Magenta que la red de tráfico de influencias alcanza hasta inversiones inmobiliarias dentro y fuera de México, prestanombres, retiros millonarios en efectivo, todo operado por los hermanos de Miguel Ángel de nombres Eduardo, Edgar y Luis Jaime.
Y posiblemente pase lo mismo con cada uno de los 300 que lo siguieron como las ratas al flautista de Hamelín, porque justamente lo que quieren, es seguir con su modo y nivel de vida y de gasto que, sin el amparo del poder no lo conseguirían nunca, por eso buscan guiñarle un ojo a quien hoy lo ostenta, haciendo un show mediático para desprestigiar al PRI.
Hicieron bien en irse, porque su talante se parece más al de Manuel Bartlett y el peje, que a los priístas de hoy. Los ladrones, todos, están en MORENA.
Y es bueno que -dijera el peje- de quiten las máscaras y así, habrá menos simulación en el PRI y, por tanto, mejores resultados.
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