Alfredo Martínez de Aguilar
A un año de la elección presidencial 2024 resurgió el infierno tan temido de la violencia política y seguirá presente a lo largo de la controvertida precampaña, campaña y post campaña electoral.
El empresario operador político y amigo del exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, Daniel Flores Nava, falleció al desplomarse en Veracruz la avioneta en la que viajaba a Toluca.
El lamentable hecho ocurrió la noche del viernes 28 de julio después de las 20:00 horas. La tarde del sábado, el Gobierno de Veracruz confirmó el hallazgo de restos humanos en la zona.
Adán Augusto López, quien busca convertirse en coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y candidato presidencial de Morena, suspendió su gira por Oaxaca.
Se cancelaron actos en los municipios de Tlacolula de Matamoros y San Antonio de la Cal. Adán tuvo el sábado un mitin en el municipio de Tuxtepec, en la región de la Cuenca del Papaloapan.
Y la noche del sábado, presuntamente en un asalto en la Autopista del Sol tramo Chilpancingo-Cuernavaca, fueron asesinados el empresario José Fuentes Brito y su hijo, Manuel Fuentes Calvo.
No se descarta la presunción del “modus operandi” de ejecución, que dejó herida a la esposa del empresario, al ser Brito operador político del aspirante presidencial Marcelo Ebrard en Guerrero.
Llama poderosamente la atención que, según las últimas encuestas de las “corcholatas” el ex Secretario de Relaciones Exteriores ha desplazado como puntera a Claudia Sheinbaum Pardo.
Quizás para “camuflar” la probable ejecución, los criminales se llevaron la camioneta en que viajaba la familia y dejaron abandonadas a las víctimas, después del ataque en la autopista.
Sin embargo el presidente Andrés Manuel López Obrador fortaleció la hipótesis de ejecución al revelar que un conductor fue asesinado tras presenciar el homicidio del empresario y su hijo.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros, a partir de estos hechos, agravados por el alza de la inseguridad y violencia, se fortalece la posibilidad que ejecuten a un candidato presidencial.
No debemos pasar por alto el hecho confirmado por la terca realidad que finalmente termina por imponerse que en política no hay casualidades y sí causalidades. A quien estorban Adán y Marcelo.
Entretanto, guardadas las debidas proporciones, el terrorismo presente en Jalisco y Guanajuato llegó a Oaxaca, en un mes dos negocios fueron atacados con explosivos en el Istmo y la capital.
Un hombre encapuchado ingresó ayer en la madrugada al cajero de Banco Azteca en la sucursal Elektra de Plaza Oaxaca en la capital y detonó un artefacto explosivo para robarse el dinero.
Sin embargo, el fallido ladrón no logró robar nada, solo causó daños estructurales en el sitio y escapó. La alerta de la sucursal se activó y se retiró caminando sobre avenida Universidad.
A pesar que no es común utilizar explosivos en delitos, por perversidad más que por ingenuidad, el Fiscal “florero” descartó la injerencia del crimen organizado o de alguna célula criminal.
A Bernardo Rodríguez Alamilla debe llamar la atención el “modus operandi” atípico del supuesto solitario encapuchado al utilizar un artefacto explosivo, lo que pudiera tratarse de terrorismo.
Al mismo tiempo, debe investigar a fondo por qué la Policía Municipal y la Policía Estatal no intervinieron de inmediato para detener al probable responsable que tranquilamente escapó.
Salvo que exista complicidad de la Agencia Estatal de Investigaciones y de la propia Fiscalía del Estado deben profundizarse las investigaciones de los autores intelectuales y materiales.
No debe pasarse por alto que en menos de un mes es el segundo ataque con explosivos en el estado. El primero ocurrió en Juchitán al arrojar un explosivo contra la sucursal de Domino’s Pizza.
@efektoaguila
