Alfredo Martínez de Aguilar
Las once organizaciones de la sociedad civil del Consejo Ciudadano de Oaxaca (CCO) precisaron las razones para participar en la Marcha por Nuestra Democracia el próximo domingo 18 de febrero.
A nombre de las OSC convocantes a la Marcha del 18F de manera contundente, César Chávez Ávila, enumeró en conferencia de prensa, en el Restaurante Catedral, la justificación ciudadana:
“¡SÍ al perfeccionamiento de las instituciones de la democracia mexicana; NO a la autocracia! ¡SÍ a la defensa del pluralismo político, NO a la hegemonía de partido único de estado!”.
“¡SÍ a la división de poderes y a los contrapesos. NO a la anulación de la constitución! ¡SÍ a la consolidación de un árbitro electoral imparcial y autónomo. NO a la captura del árbitro electoral!”.
“¡SÍ al respeto a las minorías políticas. NO a la desaparición del pluralismo político! ¡Sí al fortalecimiento de la guardia nacional como fuerza civil. NO a la militarización de la seguridad pública!”.
El obligado Posicionamiento fue suscrito por Comunidad Diversa, Azul Montealegre; Objetivo Oaxaca, Rocío Aragón; Lola, Reina Carreño; Red Nacional de Mujeres Chingonas, Rebeca Cervantes.
Conciencia Social y Política, José Ernesto Ruiz; Acción Colectiva por Oaxaca, Roberto Alfredo Montañez; Apoyo Comunitario de Oaxaca, Benjamín Calvo; Más X Más Oaxaca, Ignacio Herrera.
También suscribieron el documento las organizaciones Verbo Andante, Benjamín Méndez Martínez; #UNO, Alfredo Martínez de Aguilar; Consejo Ciudadano de Oaxaca, César Chávez Ávila. A continuación publicamos el texto íntegro:
“El próximo domingo 18 de febrero, en más de 100 ciudades del país y del extranjero, los ciudadanos saldremos a la calle y a las plazas públicas en defensa de la autonomía de las instituciones, de la Constitución, de la Democracia y de la división de poderes en México”.
“Venciendo el temor a expresarse que se percibe en el ambiente, como producto de los ataques sistemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a quienes tienen una opinión diferente a la suya, los mexicanos nos manifestaremos para señalar nuestro desacuerdo con las iniciativas de reformas a la Constitución que presentó el pasado 5 de febrero, en una intentona para llevar al país a una autocracia”.
“Los ciudadanos defendemos el sistema electoral construido a partir de 1996; año en que se inició la transición a la democracia en México y que llevó a la construcción de un andamiaje institucional que hizo posible la convivencia y el respeto entre quienes no pensamos igual”.
“La autonomía del Instituto Federal Electoral (IFE) fue la piedra angular para acceder al poder mediante elecciones libres y limpias, organizadas por un Consejo Ciudadano”. “Para que eso fuera posible debemos tener presente los más de 600 dirigentes perredistas que fueron asesinados por impulsar la apertura hacia un régimen democrático, al lado del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (CCS)”.
“Volviendo al presente, en el ocaso de su gobierno, el presidente pretende anular a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como Tribunal Constitucional. Busca una Corte que no tenga herramientas para verificar que la actuación de los poderes Ejecutivo y Legislativo se apegue a lo que establece la Constitución, violentando el principio de separaciones de poderes”.
“La captura del Poder Judicial es la única motivación que se trasluce que la idea de elegir a los ministros de la SCJN, así como jueces y magistrados, mediante el voto popular”.
“El presidente pretende que el árbitro electoral reproduzca la voluntad del partido gobernante y particularmente del titular del Ejecutivo. Que el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Federal Electoral (TEPJF) obedezcan las indicaciones del partido mayoritario”.
“El Presidente pretende nuevamente organizar las elecciones y resolver las controversias. Sin embargo, los mexicanos han expresado de distintas maneras su confianza en el INE, un organismo que por supuesto puede y debe ser perfectible para seguir siendo el garante de que no volverán aquellos tiempos donde la parcialidad del gobierno en favor de una fuerza política tuvo como resultado disputas postelectorales que enlutaron los hogares mexicanos”.
“El presidente desea restaurar el hiperpresidencialismo del siglo pasado. Por ello, su malestar con todos los organismos autónomos que vigilan la actuación del Poder Ejecutivo, que limitan la discrecionalidad y que impiden la arbitrariedad del gobierno. Se busca regresar el país a un momento superado donde todas las decisiones venía de una sola fuente: el presidente de la república”.
“Los organismos autónomos han sido parte del entramado institucional que le ha dado viabilidad a las políticas públicas de un país moderno como México. El Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública (INAI), la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre otros, fueron organismos que en su momento posibilitaron atacar dos de los problemas más grandes del país: la corrupción y la opacidad”.
“Hoy, como nunca, ambos problemas laceran las finanzas del país y el buen nombre de México por las trabas que se ponen desde el gobierno para desarrollar sus funciones”.
“Por otra parte, el titular del Ejecutivo desea limitar o, de ser posible, eliminar la pluralidad democrática. El presidente quiere un Congreso dominado a placer por una sola fuerza política, la suya. Hacia allá tiende su propuesta de eliminar la representación plurinominal en el poder legislativo”.
“La apertura democrática de finales del siglo XX hizo posible que las minorías legislativas fueran escuchadas y tomadas en cuenta. Hoy, desde la presidencia de la república se pretende de un plumazo borrar las luchas de las fuerzas políticas democráticas de la izquierda, del centro y la derecha, para lograr un Congreso plural”.
“Bienvenido el debate de ideas, si lo que pretende el presidente Andrés Manuel López Obrador es perfeccionar la democracia en México. Esa voluntad, sin embargo, no está acreditada en los cinco años que lleva como mandatario”.
“Al presidente no le gusta dialogar o debatir ideas, una condición básica de la política; le gusta imponer, avasallar. Sin embargo, el contexto político actual parece indicar que el país de un solo hombre no tiene cabida en México”.
“Los diputados y senadores de la fuerza política del presidente y sus aliados no tienen los votos necesarios en el Congreso para aprobar las iniciativas presentadas el 5 de febrero. Dicho lo anterior, que los partidos políticos opositores tomen nota que los ciudadanos estaremos vigilantes de su actuación”.
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