Alfredo Martínez de Aguilar
Atribuida a Maquiavelo, fundador de la ciencia política moderna, la conseja “Piensa mal y acertarás” coincide con su aviso a los Médicis, de quienes aprendió sus prácticas para dominar Florencia durante tres siglos.
Según Niccolò, para tener éxito en la política, el gobernante debe saber que “todos los hombres son perversos y están preparados para mostrar su naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasión para ello”.
La advertencia de Maquiavelo, hoy más que nunca vigente en México, implica que, cuando se trata de lograr el poder o permanecer en él, los actores ocultan sus verdaderas intenciones para confundir al pueblo y engañar al príncipe ingenuo.
¿Será este acaso el probable autoatentado que podría sobrevenir tras el asalto y toma de Palacio Nacional por los presuntos milicianos de la Normal de Ayotzinapa para justificar después declarar el estado de excepción y anular las elecciones?
El objetivo de esta genial maniobra perversa del oficialismo no sería otro que impedir y no reconocer el inminente triunfo de la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz.
Lo cierto es que vendrán cosas peores. Según el Manual Populista del Foro de São Paulo cuando la figura del dictador va en declive se recomienda organizarse un autoatentado, para salir triunfante ante los ojos de sus fanáticos y los radicalizará más en contra de los ciudadanos.
Siguiendo el libreto populista del Foro de São Paulo así lo hicieron los presidentes autócratas Hugo Rafael Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros en Venezuela, y Evo Morales Ayma en Bolivia.
Milicianos normalistas encapuchados de Ayotzinapa rompieron la Puerta Mariana, lateral de Palacio Nacional. Utilizaron una camioneta con logotipo de la CFE. Los presuntos normalistas tenían planeado un mitin a las 10:00 horas en el Zócalo.
De manera más que extraña e inexplicable los militares que resguardan el Palacio Nacional no aplicaron el protocolo de seguridad para proteger al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien continuó su conferencia mañanera en el Salón Tesorería.
El contraste en la reacción de la guardia pretoriana del Presidente López Obrador tiene una diferencia abismal con el día del temblor en el que lo sacaron de inmediato de Palacio y dejaron a todos los periodistas con cara de y, ahora, qué hacemos.
Es otro montaje para tapar la regada del video del Cártel del Noroeste. Por qué los ayotzinapos no llegaron hasta la conferencia, por qué no pusieron a salvo a AMLO de algún atentado. Si no existe un protocolo para salvaguardar al presidente, estamos jodidos.
El Palacio Nacional es inexpugnable, si se acerca la oposición hay vallas de 6 metros y soldados por todos lados, estos manifestantes encapuchados tumbaron la puerta con una camioneta de la CFE.
Este es otro distractor para cambiar el trending topic #NarcoPresidente. Lo cierto, es que continúa pudriéndose el desarrollo del actual proceso electoral federal concurrente como resultado de la radicalización de la división entre los mexicanos fomentada por la permanente polarización desde el púlpito de la mañanera.
Desde hace meses diversos analistas advierten que si ven perdidas las elecciones recurrirán a sus amigos, socios, compas del crimen organizado para crear caos y así anular las elecciones, declarar un estado de excepción y perseguir opositores. Al tiempo.
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