En México, el estrés ha alcanzado niveles alarmantes, siendo uno de los países más afectados a nivel mundial. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75% de los trabajadores mexicanos experimenta estrés laboral, una cifra superior a la de países como China (73%) y Estados Unidos (59%). Este alto nivel de estrés está relacionado con la sobrecarga laboral, la cultura del trabajo y la falta de equilibrio entre la vida personal y profesional.
Además de los efectos negativos en la salud mental, como la ansiedad y el agotamiento emocional, el estrés también está vinculado a problemas físicos, como dolores musculares y riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares. La situación es preocupante, pues más del 85% de las organizaciones en México no brindan las condiciones adecuadas para prevenir el estrés, lo que afecta tanto la productividad como la calidad de vida de las y los empleados y no tenemos la cultura del ocio y esparcimiento “agendado”, por decirlo de alguna manera, en donde planeamos tiempo para relajarnos de las preocupaciones y la vida agitada de la actualidad.
El ocio y el esparcimiento no solo son momentos de descanso, sino elementos esenciales para el desarrollo personal, en donde incorporamos a nuestra vida, actividades que no tienen relación con nuestras responsabilidades, por ejemplo: clases de música, lectura, caminatas en áreas naturales, por citar algunas. Estas actividades permiten la renovación mental y física, fomentando la creatividad, el bienestar emocional y la calidad de vida. El descanso y el tiempo libre son fundamentales para mantener la salud mental y emocional. Al desconectarse de las responsabilidades diarias, las personas pueden reflexionar sobre sus metas personales y lograr un mejor equilibrio en sus vidas.
Por otro lado, el esparcimiento también potencia la creatividad y la resolución de problemas. Según un estudio publicado en Psychology Today, las actividades recreativas como el arte, la música o los deportes permiten a las personas encontrar nuevas perspectivas y enfoques creativos en su vida diaria. Las pausas mentales ayudan a que el cerebro procese la información de manera más eficiente, lo que contribuye al desarrollo personal y profesional.
En cuanto a las relaciones sociales, el ocio compartido las fortalece, lo cual es fundamental para el bienestar emocional. Pasar tiempo con amigos y familiares mejora la comunicación y genera una red de apoyo emocional que impacta positivamente en la salud mental.
Incorporar el ocio en la rutina diaria es crucial para el crecimiento personal. No solo mejora la calidad de vida, sino que también fomenta la creatividad, fortalece las relaciones y mantiene la salud mental en equilibrio.
Es importante que en las empresas y desde nuestros gobiernos, se genere una cultura en la que se priorice la salud mental, que en los últimos años se ha visto muy afectada por los altos niveles de estrés en nuestra población, las actividades de ocio y esparcimiento no son un lujo, son una necesidad para ser productivos y creativos, sumando así, al desarrollo de nuestra sociedad. Por ello, es necesario priorizar el tiempo de esparcimiento como parte de nuestrobienestar integral.