Jara escuchó al pueblo pobre y recuperó los autobuses retenidos por milicianos de CENEO

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DETRÁS DE LA NOTICIA

Alfredo Martínez de Aguilar

* Repudio y condena popular a los gobernadores de Sinaloa Rubén Rocha Moya y de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos, por no garantizar la seguridad, integridad física, vida y patrimonio de sus gobernados.

* En Oaxaca, el gobernador Salomón Jara escuchó al pueblo pobre y la Policía Estatal recuperó los autobuses que retenían activistas y milicianos de las Normales. Falta aplicar la ley a quienes mecen la cuna desde su gobierno.

Al alza en Sinaloa el repudio y condena al gobernador Rubén Rocha por su complicidad con el narcotráfico y no garantizar la seguridad, integridad física, vida y patrimonio de sus gobernados.

Miles de sinaloenses piden al presidente Andrés Manuel López Obrador, a la presidenta electa Claudia Sheinbaum y al gobernador Rubén Rocha no claudicar en su obligación de protegerlos.

Son empresarios, asociaciones civiles, colegios de profesionales y escuelas de los diversos niveles que publican una Carta Abierta porque están hartos de la “parálisis” en su vida cotidiana.

Temen no ser escuchados porque no fueron a Acapulco ni a Chalco. ¿Irán a Sinaloa que no es zona de desastre natural, sino zona de guerra, y si ya dijo el ejército que ellos no pueden hacer nada?

La violencia del pasado 23 de diciembre se replicó en Tabasco, la tierra de López Obrador: robos, asaltos a bancos, comercios, incendio de vehículos, ponchallantas en las calles y carreteras.

Y el código rojo de la policía no surtió efecto. Le preguntaron al gobernador Carlos Merino de los bloqueos por el mal servicio de luz y se enojó. Que él “no contesta pendejadas”. ¡Vaya nivel de gobernante!

Lo que se temía, dejan amenazas en una primaria contra la SSPC y el gobernador, y la amenaza de que los grupos criminales locales harán alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Mientras tanto, en Oaxaca el gobernador Salomón Jara escuchó las demandas del pueblo pobre y la Policía Estatal recuperó los autobuses que retenían los activistas y milicianos de las Normales.

No basta, sin embargo, la intervención de los elementos de la Policía Estatal, si no se investiga y aplica la ley a los autores intelectuales de las presiones y chantajes contra pueblo y gobierno.

Nadie ignora los nombres de los incendiarios de ayer, que hoy desde el propio Gobierno del Estado y de la bancada de Morena en el Congreso del estado tiran la piedra y esconden la mano.

El gobierno de Salomón Jara en general debe apoyar a los concesionarios del transporte urbano afectados por la retención de sus autobuses, y a los empresarios a los que roban mercancía.

Es obligación insoslayable de la Fiscalía del Estado y de su titular “florero” abrir carpetas de investigación de oficio para perseguir los delitos cometidos por activistas y milicianos de la CENEO.

Urge que la Secretaria de Seguridad y de la Policía Estatal apoye en los operativos a sus elementos con Visitadores de la Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos y de la Defensoría.

En una actitud hipócrita los activistas y milicianos pseudo revolucionarios de la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) traicionan al pueblo pobre y lo agreden.

La primera obligación del revolucionario es educar al pueblo, no joderlo, sobre todo, al pueblo pobre, al que utiliza el servicio de transporte público, indígenas, campesinos, obreros, colonos.

Los revolucionarios auténticos, honorables, porque tienen palabra de honor, saben por convicción que es pecado social joder a los jodidos, al pueblo pobre, a los proletarios, a los desheredados.

Bloquear calles y retener autobuses del transporte urbano jode a los hijos del pueblo pobre, que se ven obligados a caminar y llegar tarde a su trabajo y provocar descuentos en sus salarios.

Estas acciones pseudo revolucionarias de los activistas y milicianos de las Normales afectan también a la clase media baja, micro y pequeños comerciantes, y profesionales independientes.

Más allá del encabronamiento, no afecta, en cambio, a los dueños del capital, medianos y grandes empresarios, mucho menos a los funcionarios públicos federales, estatales y municipales.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila