LA IMPORTANCIA DE LA ECONOMÍA COLABORATIVA

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La economía colaborativa ha surgido como una nueva forma de intercambio que está transformando la manera en que las personas acceden a bienes y servicios. Este modelo económico se basa en el principio de compartir recursos de manera más eficiente a través de plataformas digitales. Empresas como Uber, Airbnb y BlaBlaCar son ejemplos emblemáticos de este sistema, que ha revolucionado sectores como el transporte, la hospitalidad y el consumo de bienes y servicios.
Pero ¿cuáles son los aspectos claves para entender esta nueva forma llamada economía colaborativa?
Acceso sobre propiedad
Uno de los principios fundamentales de la economía colaborativa es que las personas ya no necesitan poseer un bien para utilizarlo, sino que pueden acceder a él cuando lo necesiten. Este cambio de mentalidad ha sido posible gracias a plataformas digitales que conectan a personas dispuestas a compartir sus recursos con quienes los necesitan. Por ejemplo, una persona que cuenta con una propiedad amueblada y desocupada, pero que no busca contratos de arrendamiento a largo plazo, fácilmente sube la propiedad a Airbnb y la renta por unos días, semanas o meses a una persona del otro lado del mundo, que busca pasar unas vacaciones en un espacio diferente a un hotel en donde pueda cocinar o invitar amigos a cenar; esto es posible sin mayor complicación, abre su aplicación de Airbnb desde su móvil y listo.
La economía colaborativa optimiza la utilización de activos subutilizados, como coches o viviendas, lo que resulta en una reducción del consumo de recursos y una mejora en la eficiencia económica. Este enfoque no solo beneficia a los consumidores, que pueden acceder a bienes y servicios de manera más asequible, sino también a los proveedores, que encuentran nuevas fuentes de ingresos al compartir sus activos.
Impacto en la sostenibilidad
La economía colaborativa también tiene un impacto positivo en la sostenibilidad. Al compartir recursos, se reduce la necesidad de producir nuevos bienes, lo que contribuye a la disminución de la huella de carbono y al uso más eficiente de los recursos naturales.
Un estudio de la Universidad de Cambridge (México News Daily) demostró que la reducción en la fabricación de automóviles, por ejemplo, gracias a servicios de coches compartidos, puede contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático.
Además, este modelo fomenta el consumo responsable, donde las personas piensan más en el uso que le dan a los recursos antes de adquirir algo nuevo, contribuyendo así a una economía circular que maximiza el ciclo de vida de los productos.
Democracia económica
Otro aspecto relevante es que la economía colaborativa abre nuevas oportunidades para que cualquier persona pueda convertirse en proveedor de servicios o bienes sin la necesidad de grandes inversiones. Como es el caso de Uber, que quienes cuentan con un automóvil pueden habilitar este servicio, y generar ingresos con el bien que ya poseen. De igual forma, plataformas como Etsy o TaskRabbit permiten a los usuarios ofrecer sus habilidades o productos a un mercado más amplio, sin intermediarios tradicionales que a menudo limitan el acceso a ciertos sectores del mercado laboral. Esto democratiza la economía, permitiendo que más personas participen en la generación de ingresos.
La Fundación Bertelsmann (México News Daily) señala que la economía colaborativa contribuye a una distribución más equitativa de la riqueza al eliminar barreras de entrada y ofrecer oportunidades económicas a sectores de la población previamente excluidos​.
Y ¿cuáles son los retos y críticas que enfrenta la economía colaborativa?
A pesar de sus beneficios, la economía colaborativa no está exenta de desafíos. Uno de los principales retos es la regulación. Muchos de los servicios ofrecidos en plataformas colaborativas no están sujetos a las mismas regulaciones que las empresas tradicionales. Esto ha generado tensiones en sectores como el transporte y la hospitalidad, donde los proveedores tradicionales argumentan que los nuevos modelos colaborativos operan bajo reglas desiguales.
Además, existe una preocupación por la precarización del trabajo. Aunque la economía colaborativa ofrece nuevas fuentes de ingresos, muchos de los trabajos disponibles, como los conductores de Uber o los anfitriones de Airbnb, no están protegidos por derechos laborales tradicionales, como seguros de salud o pensiones. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es fundamental que los gobiernos encuentren un equilibrio entre fomentar la innovación y proteger los derechos de los trabajadores en este nuevo panorama económico​.

Sin duda, la economía colaborativa representa un cambio radical en la forma en que las personas consumen y acceden a bienes y servicios. A través de la optimización de recursos, la sostenibilidad y la democratización económica, este modelo tiene el potencial de generar grandes beneficios tanto para individuos como para la sociedad en general. No obstante, también es crucial abordar los desafíos regulatorios y laborales que plantea para asegurar que su desarrollo sea equitativo y justo. De cualquier manera, esta nueva forma de economía ha llegado para quedarse, por la accesibilidad para el usuario, sus costos más accesibles y por los agigantados avances tecnológicos que simplifican el consumo actual de bienes y servicios por medio de nuestros dispositivos móviles.