La ilusión de la verdad y la moderación de contenidos

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Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos

En el momento en que leí que Mark Zuckerberg planeaba desmantelar los mecanismos de moderación y verificación de noticias falsas en Meta (es decir, Facebook, Instagram y WhatsApp), mientras que Sam Altman, CEO de Open AI (es decir, Chat GPT), ya había anunciado respaldo financiero al presidente electo, Donald Trump, supe que se avecinan tiempos complicados en internet. Hoy parece ser que todos los gigantes de la tecnología parecen alinearse con Trump, marcando un antes y un después en el entorno digital que conocemos.

 

Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, a través de un video hecho por su CEO han declarado recientemente que abandonaran el uso de verificadores de datos independientes, labor que hasta ahora se había delegado a organizaciones externas y será sustituida por “notas comunitarias”, un sistema que deja en manos de los usuarios la tarea de comentar y verificar la exactitud de las publicaciones.este movimiento no puede pasar desapercibido pues tan solo con corte a marzo de 2024, se reporta que mas de 3.2 BILLONES de personas usan algún servicio de la empresa ubicada en Menlo Park, California.

 

Zuckerberg justificó este cambio argumentando que los moderadores eran “demasiado tendenciosos políticamente” y que era hora de “volver a nuestras raíces en torno a la libertad de expresión”, un mensaje que parecía mimetizarse con el discurso de Trump, no es broma. Esta decisión ha generado una ola de críticas, especialmente de quienes defienden la lucha contra la incitación al odio y la desinformación en línea y para muchos, el anuncio es un intento descarado de congraciarse con el gobierno entrante de Trump, con repercusiones potencialmente peligrosas.

 

El nuevo enfoque de Meta se asemeja al sistema implementado en X (antes twitter), donde los usuarios contribuyen con notas y comentarios que buscan ofrecer contexto o aclaraciones sobre contenido controvertido. La empresa afirma que esta estrategia ha funcionado en X, pero ¿será ésta una solución efectiva para combatir la desinformación en plataformas con millones de usuarios?

 

El cambio también incluye la relajación de restricciones en temas como inmigración y género, justificándolo como una medida para fomentar el debate político, pero críticos, entre los que me incluyo, advierten que esto podría abrir las puertas a un incremento en el contenido ofensivo y potencialmente peligroso.

 

Y es que la eliminación de los verificadores independientes no solo refleja un cambio en las políticas de Meta, sino también un claro acercamiento a la administración de Trump, no es casual esto ya que en noviembre pasado, Zuckerberg cenó con Trump en Mar-a-Lago (el centro cuasi espiritual del presidente electo norteamericano), y la empresa también donó un millón de dólares a su fondo para la investidura.

 

Este acercamiento no es exclusivo de Meta. Sam Altman, CEO de OpenAI, también anunció una donación personal de un millón de dólares al mismo fondo, señalando su entusiasmo por el liderazgo de Trump en la época de la inteligencia artificial. Amazon y Jeff Bezos también se sumaron a esta tendencia, con donaciones y declaraciones optimistas sobre los posibles recortes regulatorios en el nuevo mandato.

 

Estos movimientos reflejan una transición hacia una época de menor regulación y mayor “libertad de expresión”, al menos desde la perspectiva de las grandes tecnológicas pero ¿qué significa esto para el ciudadano promedio?

 

La libertad de expresión es fundamental, pero en un entorno digital donde la desinformación puede propagarse rápidamente, también es crucial contar con mecanismos que garanticen la veracidad de la información, la desregulación cuasipredatoria, por solo buscar las interacciones a cualquier costo, podría llevar a un aumento de contenido engañoso o peligroso, con consecuencias reales para la sociedad.

 

En un momento en que las redes sociales son una fuente primaria de noticias para millones de personas, dejar la moderación en manos de los usuarios podría ser una apuesta peligrosa. El futuro de la información en línea está en juego, y dependerá de nosotros, los usuarios, y de la presión social, el asegurar que estas plataformas no se conviertan en herramientas de desinformación masiva.

 

¿Qué nos queda? Dudar, informar y compartir información de fuentes fidedignas y que cuenten con respaldo verosímil, para tratar de que toda la información falsa sea menos que la información que en verdad vale la pena.

 

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