Para la Secretaría de Salud, los mil 517 casos y las 135 muertes por influenza que se han presentado este año no ameritan declarar una alerta epidemiológica ni aplicar medidas especiales para inhibir los contagios como se hizo en 2009.
El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la SSA, Pablo Kuri, explicó que para emitir una alerta de este tipo se deben cumplir tres criterios: que se detecte la circulación de un nuevo virus; que el número de consultas médicas por influenza y otras enfermedades respiratorias rebase el 20 por ciento del total de consultas prestadas en instituciones de salud; y que los casos
positivos a influenza rebasen el 40 por ciento de las muestras que analizan los laboratorios del sistema sanitario. Según el funcionario, ninguna de las tres condiciones se ha presentado, como tampoco se ha disparado la demanda del fármaco para tratar este padecimiento.
“No tenemos elementos objetivos epidemiológicos para decir que estamos en una situación distinta a lo esperado para una temporada de alta circulación de influenza con predominio de A H1N1. No hay motivo en este momento para un alertamiento distinto o toma de medidas extraordinarias…
“El Gobierno de la República y la Secretaría de Salud no van a poner en riesgo la salud de la población… y si fuese necesario tomar medidas extraordinarias, las que fueran, el interés de la salud estaría por arriba de cualquier interés de otras características”, planteó.
Incluso descartó promover la instalación de filtros en las escuelas al considerar que no son un foco de contagio pues, dijo, se han
confirmado pocos casos en menores de 14 años.
El Subsecretario hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa citada a una hora y en un día inusual, en domingo al medio día. La Secretaría de Salud convocó con pocas horas de anticipación a una rueda de prensa dominguera para hablar del tema que ocupó el sábado los titulares de los principales periódicos nacionales: el aumento del número de muertos por influenza. Sin embargo, durante la hora que duró el encuentro con la prensa, Kuri se preocupó por reiterar que no había motivo de alerta.
Incluso, dijo que se espera que en las próximas tres a cinco semanas el número de muertos y de enfermos aumente, pues la temporada invernal podría terminar con cifras un 20 por ciento más altas que la de 2011-2012, cuando en su momento más álgido registró 7 mil 300 casos y 322 defunciones.
Hasta el jueves pasado se había detectado que los más afectados no han sido ni los niños ni los adultos mayores, como alertan las campañas de vacunación, sino adultos de entre 30 y 59 años, la mayor parte de ellos con comorbilidades como obesidad, diabetes y enfermedad cardiaca. El 85 por ciento de los fallecidos no se había vacunado.
La explicación de la dependencia es que los pacientes llegan tarde a los servicios de salud, en promedio seis días después de haber
comenzado con los síntomas, y el antiviral es más efectivo si se aplica en las primeras 48 horas.
En cuanto al rápido crecimiento en el número de fallecidos que se registró la última semana, el funcionario matizó el dato al afirmar que estas personas realmente no murieron en los últimos días, sino que se reportaron hasta entonces. En la primera semana del año, detalló, murieron 47 personas por todos los tipos de influenza, en la segunda 53, en la tercera semana 32 y en la cuarta tres.