Andrés Martínez, el diputado mexicano que podría ir a Marte y no volver

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Existe una pequeña posibilidad de que para el 2025 un diputado mexicano llegue a Marte, pero el precio que deberá pagar es nunca regresar a la Tierra.

Su nombre es Andrés Eloy Martínez y, además de ser diputado por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), es divulgador de la ciencia y astrónomo aficionado.

Mars One se define como “una fundación sin fines de lucro que establecerá un asentamiento humano permanente en Marte”. Según su página web, la fundación considera que ya existe la tecnología necesaria para la vida en este planeta.

“Es un proyecto ambicioso que va a requerir todas las habilidades científicas y tecnológicas disponibles. Todos los pasos tienen que darse con una precisión matemática. No lo veo descabellado, quizás podría sufrir algún retraso dada la magnitud del reto, pero no es imposible”, dijo Martínez en entrevista con Efe.

El 22 de abril de 2013, Mars One lanzó una convocatoria abierta a todo el mundo para encontrar a sus astronautas. Los aspirantes tenían que enviar un video explicando sus motivaciones y por qué creían que eran los mejores candidatos para la misión.

En esta primera etapa la fundación recibió más de 2 mil solicitudes, de las cuales 4% provenían de México.

“Siempre procuro seguir la información más reciente sobre el planeta Marte y sobre la astronomía en general, así fue como me enteré. Mandé el video y el 30 de diciembre pasado me notificaron que había sido elegido entre los mil 058 del mundo para pasar a la segunda fase”, cuenta Martínez Rojas.

Además de la política y la astronomía, el diputado se dedica a colaborar en varios medios de comunicación mexicanos haciendo periodismo científico. Confiesa que su gusto por la ciencia viene desde la infancia.

“Empecé coleccionando insectos y ya de adolescente cambié a la astronomía cuando me regalaron un telescopio y un libro. Donde yo vivía gozaba de cielos despejados para poder identificar constelaciones, y fue así como me comencé a interesar, observando el cielo y leyendo mucho para saber qué era lo que veía”, señala.

Su afición dio frutos en 2006, cuando la Unión Astronómica Internacional, la única con la facultad de nombrar cuerpos celestes, aprobó su propuesta de nombrar a un cráter ubicado en el polo norte de Marte como “Jojutla”.

“Ese bautizo fue una propuesta que enviamos en el año 2003 y en 2006 se aprobó que se nombrara al cráter ‘Jojutla’, que es una población al sur del Estado de Morelos, en el centro de México, en donde yo habito y conocí la astronomía. Fue un gusto y un orgullo”, agrega Martínez Rojas.

Unas de las características del viaje que plantea Mars One es que, en caso de realizarse, ninguno de los colonizadores podría volver a la Tierra.

“Es difícil dejar a la familia, a la Tierra misma. No tomas en cuenta el azul del cielo, las nubes, la vida animal, los mares, hasta que lo pierdes. Cuando piensas en la magnitud de lo que vas a hacer pues es difícil, pero todavía tenemos 11 años para pensarlo bien”, comenta el diputado.

“Mi familia apoya esta decisión, algunos le apuestan a que no suceda por obvias razones, es lógico, pero vamos a ver hasta dónde llegamos”, agrega.

A pesar del entusiasmo de Martínez, la fundación Mars One no parece contar con un respaldo académico o científico serio.

“Desde mi punto de vista creo que el viaje todavía no es viable. Esto suena más bien a un negocio planeado, pero sin muchas bases bien pensadas”, comentó a Efe la académica de la Universidad Iberoamericana Lorena Arias.

“No es viable ni desde el punto de vista tecnológico, ni para realizar el viaje, ni para establecer la colonia, ni mucho menos para la supervivencia. Por eso ni la NASA ni los científicos serios se han pronunciado al respecto”, apunta la maestra en ciencias.

La académica reconoce que las investigaciones en Marte sí tienen un interés científico, sobre todo para determinar si hubo vida anteriormente en el planeta, y confiesa que quisiera que le “tocara dentro de algunas décadas ver realmente al hombre llegar a Marte”.

Por su parte, Andrés Martínez ve en esta misión una oportunidad para construir una sociedad menos desigual y más justa, con una sola unidad política.

“Creo que Marte puede ser una oportunidad para demostrar que los seres humanos sí podemos vivir juntos y avanzar en la colonización del espacio. Con Marte no terminaría la conquista humana del universo, sería seguir adelante en lo que ha sido la evolución de la humanidad”, resalta.