Cancún, Quintana Rooo.- El secretario municipal de Seguridad Pública de Cancún, Arturo Olivares Mendiola, rechazó las acusaciones hechas hoy por familiares de Héctor Cacique Fernández, exonerado por un Juzgado federal, de los cargos de homicidio en el caso del múltiple asesinato en el bar “La Sirenita”, en esta ciudad, hace un año.
El jefe policiaco es señalado por Jazz Fernández -madre de Héctor Casique- como origen de la presunta venganza que llevó a la cárcel a su hijo.
De acuerdo con declaraciones de Fernández Ramírez, Olivares Mendiola -siendo director de la Policía Judicial de Quintana Roo- presuntamente ofreció a Casique una plaza como jefe de sus escoltas, a cambio de 150 mil pesos.
Luego de la entrega de la mitad de esa suma, Olivares Mendiola le dijo a Mendiola que “ni plaza, ni dinero”, por lo que Casique le comunicó que lo denunciaría con el procurador de Justicia, Gaspar Armando García Torres.
Una semana después, fue apresado afuera de la discoteca Mandala, en la zona turística, sin razón aparente y al día siguiente, lo presentaron como autor intelectual del multi-homicidio, acusó Fernández Ramírez, quien dijo que Olivares Mendiola fue premiado tiempo después, con el cargo de secretario de Seguridad Pública del municipio, encabezado por el alcalde Paul Carrillo.
“(…) las acusaciones carecen totalmente de fundamento y están fuera de tiempo, ya que se mencionan hechos que teóricamente ocurrieron en marzo del año pasado o incluso antes, y ahora este caso está en manos de la autoridad competente y será la que determine si hay responsabilidad o no del presunto”, expresó Olivares Mendiola, mediante un comunicado de prensa emitido por la Secretaría a su cargo.
En ese tenor, negó estar implicado en la presunta compraventa de plazas laborales cuando él era director general de la Policía Judicial y negó que los policías de la corporación que entonces encabezaba, hubiesen cometido actos de tortura.
“En todos los cargos que he ocupado me he conducido con total apego a la ley y no de ahora, mi carrera como militar así me lo exigía, así me comporté siempre y hasta ahorita”, subrayó.
A la par de asumirse dispuesto a responder ante las instancias oficiales que así se lo soliciten, dijo comprender la situación de la familia que, al sentirse agraviada trata de “utilizar cualquier argumento en el intento por desvirtuar el proceso”.
La noche del 16 de marzo del 2013, Héctor Casique, instructor en artes marciales y defensa personal, ex funcionario de la Policía municipal, de 28 años de edad, originario de Oaxaca y radicado en Cancún, salió con su novia a la discoteca Mandala, localizada en la zona turística de esta ciudad.
Al salir a comer un hot dog, fue sorprendido por elementos de la policía turística que lo quisieron detener, por lo que opuso resistencia. Se le acusó entonces de ultrajes a la autoridad y fue llevado a los separos de la Policía Judicial.
Al otro día, fue presentado como autor material del multihomicidio en el bar “La Sirenita”, en donde varios integrantes del Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo”, fueron asesinados y otros comensales resultaron heridos, el 14 de marzo de ese año.
“Después de torturarlo y encarcelarlo, resulta que nadie lo conocía, cuando se llevaba con todos ellos. Hasta lo bautizaron como ‘El diablo’, cuando nadie lo llamaba así. Todos se quisieron desligar de él, cuando comía con ellos, él los entrenó, les daba cursos, le pagaron cursos; convivía con ellos.
“Se llevaba con Mendiola, con (Arturo) Álvarez Escalera (entonces coordinador de Averiguaciones Previas), con Juan Ignacio Hernández Mora, quien era entonces el subprocurador de Justicia y luego fue nombrado director general de Vinculación y Seguimiento de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública (SNSP). A todos los premiaron”, acusó este viernes Jazz Fernández.
