El estadio de futbol que David Beckham quiere construir en el puerto de Miami se enfrenta a dificultades legales, ya que los terrenos que en su día cedió la ciudad sólo pueden destinarse a actividades portuarias, según declaró el alcalde Tomás Regalado.
La cláusula es muy específica y muy clara legalmente. Dice que si los terrenos del puerto no son utilizados para actividades portuarias, esa propiedad revierte a la ciudad de Miami”, explicó el alcalde.
Regalado subrayó que no tiene intención de acudir a los tribunales “y crear un litigio”, pero sí advirtió que la ciudad de Miami quiere “ser parte de esa conversación”.
El alcalde incluso se mostró partidario de consultar a los ciudadanos “en un referéndum”, para que “el público diga si efectivamente quiere o no un estadio en el Puerto de Miami”.
Desde hace más de 20 años, cuando se hizo la transacción de los terrenos, el contrato de venta dejó claro que desarrollo del puerto y sus actividades están controladas por el condado de Miami-Dade, siempre y cuando el terreno se dedique a actividades puramente portuarias.
Según el portavoz del condado, Fernando Figueredo, desde hace varios años se ha buscado qué hacer con la esquina suroccidental del puerto, justo donde estaría el estadio, pues “no se puede usar para barcos de carga o cruceros porque es poco profunda”.
A juicio del condado, el texto del contrato “está muy abierto a interpretaciones”.
El gobierno del condado ha contemplado alternativas como una marina de yates, acompañada de tiendas, restaurantes y un hotel, entre otros, lo cual sería “un complejo similar al que casi todos los grandes puertos del mundo tienen”, dijo Figueredo.
Beckham, a quien le adjudicaron a principios del año una nueva franquicia de la Liga Mayor de Futbol (MLS), ha dicho que el estadio puede cumplir con esos requisitos, e incluso ya presentó los bocetos.
De acuerdo con el alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Giménez, cualquier proyecto que presente el jugador y su grupo de inversionistas Miami Beckham United “tiene que convencerme de que es el mejor para el puerto y para los residentes del condado”.
Hasta el momento, el jugador no ha presentado la iniciativa de forma oficial al legislativo de Miami-Dade, que le exigió incluir un espacio público, carreteras y otras instalaciones, y dejar claro que no usará fondos del condado.
Por otro lado, Giménez expresó que es prematura cualquier oposición, de las empresas de cruceros y legisladores, porque Beckham debe primero enfrentar los obstáculos puestos por el mismo condado.
Las primeras muestras de oposición surgieron entre compañías de cruceros, especialmente Royal Caribbean, y unos cuatro miembros de la Comisión de Miami-Dade, entre ellos su presidenta Rebeca Sosa, que temen un mayor tráfico de vehículos y la interferencia con la futura expansión del puerto.
Royal Caribbean Cruises, la única empresa de cruceros que tiene su sede administrativa en el puerto y que colinda con el sitio, ha mostrado su temor a un mayor tráfico de automóviles y la interferencia con desarrollos que ellos tienen previstos en el mismo terreno.
Por otro lado, el condado ha dicho que son infundadas las informaciones que señalan que el cambio en la directiva del Puerto de Miami fuera para buscar un administrador más amigable con el proyecto de Beckham.
Esta semana Juan Kuryla, segundo al mando del puerto, reemplazó a Bill Johnson, quien pasó a la dirección del Departamento de Aguas y Alcantarillado.
Johnson había promocionado a principios del año ante autoridades de Asia un complejo comercial para los terrenos del puerto, que incluían hotel, apartamentos, oficinas y espacios para exposiciones, pero no un estadio.