Poco probable, frenar ejecución de Hernández: Cancillería

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El subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores considera poco factible recurrir a una medida de carácter judicial en EU.

Las probabilidades de detener la ejecución del mexicano Ramiro Hernández Llanas “son muy bajas”, consideró el subsecretario para América del Norte de la Cancillería mexicana, Sergio Alcocer Martínez.

El funcionario dijo que es poco factible recurrir a una medida de carácter judicial para suspender la pena de muerte, la cual está prevista para llevarse a cabo este miércoles en Texas.

“La ejecución del señor Hernández Llanas, lamentablemente los casos similares que en días pasados se han resuelto en la ejecución (…) indican que las probabilidades de que se pueda lograr alguna suspensión temporal sean muy pocas”, indicó.

Alcocer Martínez señaló que pese a ello, personal de la Cancillería está analizando junto con la defensa de Hernández Llanas alguna medida que les permita suspender la ejecución.

Luego de inaugurar el Seminario sobre Violencia de Género y Reforma Legal, el subsecretario dijo que en caso de llevarse a cabo la ejecución, el gobierno mexicano dará los apoyos necesarios a los familiares del ciudadano de origen tamaulipeco.

“El gobierno de México apoya en la medida que los familiares, en este caso del señor Hernández Llanas, lo solicitan. Lo hicimos en el caso de la ejecución del señor Tamayo y en caso de que los familiares del señor Hernández Llanas lo soliciten, apoyaremos con el traslado del cuerpo y con los trámites que conlleva el traslado del cuerpo”, destacó.

Alcocer Martínez reiteró que con estas acciones, los estados de la Unión Americana están incumpliendo con un fallo de la Corte Internacional de Justicia que los obliga a suspender las ejecuciones y revisar de nuevo los procesos, toda vez que los sentenciados no contaron con asistencia consular.

Ramiro Hernández Llanas es acusado de asesinar a un profesor y de violar a su esposa, el 14 de octubre de 1997 y fue condenado a la pena de muerte en 2000, en Kerville, Texas.