Con música de mariachi, vivas y loas, más de 300 neolaredenses recibieron el cuerpo de Ramiro Hernández Llanas, quien fue ejecutado el 9 de abril en Texas, Estados Unidos.
El cuerpo llegó a las 19:00 horas, a tres cuadras de distancia de la avenida Carlos Osuna, donde nació Ramiro, el mariachi se encaminó para entonar las melodías que le gustaban como el “Son de la Negra”, entre otras.
Nos dijo en las cartas, no lloren, los quiero siempre alegres, porque yo me voy feliz y quiero que ustedes lo sean también, yo me voy a Nuevo Laredo y allá los veo”, señaló el hermano de Ramiro.
Para entrar a la casa de ladrillo de Ramiro Hernández, misma donde vivió durante su infancia, se observaban globos, serpentinas y papel de colores que fueron colocados, sin que la familia se diera cuenta, lo que los tomó por sorpresa.
El mexicano será sepultado el domingo en el panteón del norte, ubicado a unas cuadras de su casa en la colonia Las Alazanas.
