Cambio de era es violento para los escritores: Padura

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La crisis económica, la tecnología y las demandas de un mercado cada vez más exigente le han puesto “la vida difícil” a los escritores, que viven un cambio de era “tan violento” como cuando se inventó la imprenta, según el cubano Leonardo Padura.

“El mundo del libro esta sufriendo una transformación que no sé si llamar revolución o involución, pese a que está montada sobre el soporte revolucionario” de las tecnologías digitales, dijo Padura en una entrevista con Efe durante la II Bienal del Libro de Brasilia, en la que presentó su obra El hombre que amaba a los perros.

En opinión del autor cubano, esas nuevas tecnologías han afectado “a la literatura, a la relación del lector con el producto y a la relación del propio escritor con el lector”, que “antes” se daba a través de la figura del librero, que hoy es “como un dinosaurio” en extinción.

“El librero sabía qué le podía interesar a sus clientes y era un consejero” que junto con la editorial y los distribuidores servía de “puente” entre el lector y el escritor, pero casi ha desaparecido y “sólo quedan unos pocos en ciertos países como Argentina o España”, dijo Padura.

A las demandas de un mercado cada vez más voraz y las “prisas” que impone la tecnología, Padura añadió un “elemento ajeno a la literatura, que es la crisis económica”, que limita la capacidad de compra de las clases medias, que han sido tradicionalmente “los grandes consumidores de cultura”.

Padura sostuvo que “el papel” de la literatura, las editoriales y el lector “se está subvirtiendo” y que los escritores están hoy más sujetos a la “promoción” que alcancen en un mercado que “es un mal necesario”, pero se mueve por sus exclusivos intereses económicos.

“Ahora se depende mucho más de críticas literarias que escriben unos becarios, o de la promoción que hacen las editoriales según sus propios intereses”, indicó.

La crisis económica, por su parte, también ha impactado en lo que Padura calificó de “clase media” de los escritores.

“Están los autores pobres que venden mil ejemplares y los ricos que venden 200.000 o un millón de libros”, pero “el escritor que sostenía la literatura mundial era el que vendía entre 20.000 y 60.000 ejemplares, que cubría los gastos y producía ganancias”, explicó.

Pero esos autores de la “clase media” ahora “venden la mitad y se les exige producir el doble, sobre todo si trabajan con los grandes grupos editoriales mundiales”, afirmó Padura.

Aseguró que toda esa realidad también “supone una situación muy difícil” para los nuevos escritores, que sólo encuentran espacios si “son genios o personas con un empuje tan fuerte que abren un hueco donde no existe”.

De otro modo, pueden verse condenados a “ver pasar los años sin que llegue su oportunidad”, sentenció.

Padura indicó, sin embargo, que “afortunadamente todavía hay editoriales en las cuales el producto artístico tiene un peso importante”, que “no meten prisa por acabar un libro y no piden un libro por año”, como ocurre con los grandes grupos, en los que “si un autor tiene éxito, se le exige inmediatamente un éxito igual”.

A pesar de ese manifiesto “pesimismo” sobre el futuro del libro, Padura consideró que “la literatura aún es un espacio de reposo a la hora de hacer un análisis desde una perspectiva estética” y es una de las pocas “trincheras” que quedan para la creación intelectual.

También sostuvo que “si hay algo que no va a desaparecer, aunque se manifieste de otras maneras, es el escritor”.

Padura dijo estar convencido de que “las historias se seguirán contando” y que “la creación de mundos y de fábulas seguirá siendo parte de la naturaleza humana”.