Dos investigaciones científicas publicadas este fin de semana ofrecen como conclusión que la sangre de organismos jóvenes puede ayudar al rejuvenecimiento de organismos más viejos. De probarse esto en humanos, podría ofrecer soluciones a enfermedades cardiacas o al Alzheimer.
La idea de que la sangre joven beneficia a los viejos no es nueva. En 1950 el Doctor Clive McCay llevó a cabo un experimento en ratones con el que sus sistemas circulatorios fueron unidos en un proceso llamado parabiosis.
Como conclusión se encontró que los cartílagos de los ratones viejos no presentaban el envejecimiento acorde a su edad, mientras que los de los ejemplares jóvenes presentaban envejecimiento prematuro.
Con los avances tecnológicos y médicos se encontró que las células madre juegan un rol vital en la creación y reparación de nuevos tejidos. Además, contrario a lo que se pensó en un primer momento, éstas celulas no se reducen en número con la edad, sino que les hacen falta estímulos que las estimulen de manera correcta para continuar con sus funciones.
Así, los investigadores se preguntaron qué pasaría se las células recibían sangre más joven.
En 2005 se dieron a conocer los primeros resultados del experimento. Al igual que en el experimento de McCay, los tejidos de los ratones viejos se recuperaron más rápido, mientras que las células madre de los jóvenes no se convirtieron en células nuevas con la misma velocidad.
Con los experimentos cuyos resultados se difundieron este fin de semana, se encontró que la causa de este fenómeno de rejuvenecimiento se debe a la proteína GDF11, la cual se encuentra en grandes cantidades en los ratones jóvenes, pero disminuye entre los viejos.
La primera de las investigaciones difundidas, liderada por la Dra. Amy Wagers, encontró que la GDF11 reactivó las células madre en músculos, lo que dio a los ratones mayor fuerza y resistencia a actividades físicas.
En la segunda, el Dr. Saul Villeda encontró que la misma proteína aumenta la presencia de neuronas en el hipocampo.
Pese al descubrimiento, los médicos recomiendan cautela, ya que despertar células madres durmientes podría generar que se multiplen sin control, lo que podría aumentar los casos de cáncer.
Los investigadores esperan que los resultados den paso a una eventual investigación en humanos.