“Casi el Paraíso” es como califica Carlos Pasaran Jarquín, periodista de profesión, sus casi 35 años de residencia en Santa Cruz Xoxocotlán, y es en ese “casi “en donde las dificultades y bondades de este municipio-pueblo se traslucen y sus contradicciones se hacen más fuertes. Pues como comentara otro de sus residentes “pareciera como si Xoxo fuera urbano en el papel y rural en la práctica”.
La principal queja de los xoxeños para su municipio tiene un nombre: baches.
Estos han sido un dolor de cabeza constante de los habitantes que ninguna administración ha alcanzado a terminar de resolver. El boulevard Guadalupe Hinojosa de Murat , el cual comunica al municipio con la ciudad de Oaxaca, invariablemente siempre termina por parecer una serie de trincheras en las que ni el más avispado automovilista se salva de arriesgarse a terminar con su automóvil en el taller.
“No hay presupuesto que alcance para componer esta calle. A partir del mercado nuevo se pone del asco. Apenas lo componen y el pavimento se vuelve a levantar. Dicen que es porque hay una filtración subterránea, o una falla geológica a la que encima hay que sumarle el tráfico que nunca para” comenta Elisa Chávez, estudiante que llegó a vivir a Xoxo hace dos años “porque ahí los cuartos son más baratos”.
“Una noche me agarré a golpes en un bar, cuando llegue a la casa le dije a mi esposa y mi suegra que un bache del boulevard me había tirado, no lo dudaron ni tantito”, rememora divertido un ingeniero agrónomo que gusta de moverse en bicicleta y que por obvias razones prefiere el anonimato.
Oscar Martínez, restaurantero y fotógrafo se muestra más directo. “Las calles sin mantenimiento son como parte de un entendido entre automovilistas y autoridades de Xoxo, es como si lo baches tuvieran que estar ahí para delimitar nuestro territorio”. “Es común ver gente rellenando los agujeros con tierra y pidiéndole a los automovilista para el chesco” comenta Carlos Pasaran, al mismo tiempo que rememora las ventajas de vivir en Xoxo,”no fallan los servicios, al menos en la cabecera del municipio, hay agua diario, aunque sea un chorrito”.
Menos amable, Oscar Martínez prefiere abundar sobre otros detalles del estampado urbano de su municipio. “El crucero de la ex garita no tiene cruces peatonales, he visto a gente aventarse buscando que los carros se detengan y los dejen pasar. Tal vez tenga que ver con que la gente ha aprendido que debe cuidarse sola, que no puede confiar en los agentes de tránsito o en la semáforos que no sirven”
“Los semáforos están tan mal ubicados que en lugar de ayudar al tráfico, lo entorpecen” explica Aleyda Tiburcio, maestra de profesión que gusta de salir a manejar pero que en Xoxo a veces ese gusto le hace para enojarse. “Además están los mototaxistas, son como una tribu sin Ley, no hay reglas para ellos. Se meten en sentido contrario y te avientan el mototaxi como si trajeran un tráiler. Se supone que son para estar adentro de la población, pero salen a la carretera y causan accidentes“, dice. Al respecto Pasaran Jarquín complementa “los mototaxis, como en todos lados, son la anarquía”.
Al menos hay algo que el residente promedio de Xoxo tiene muy claro y eso es que siempre podrás contar con un bache, un semáforo mal ubicado o la ausencia de cruces peatonales, o una banqueta inexistente, y eso es que hay que estar siempre alerta. De las autoridades, ellas, están organizando bailes.
