Monarquías: ni tan caras ni tan malas

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Palacios, reyes, princesas, carrozas, coronas… como en los cuentos de hadas. En pleno siglo XXI, las monarquías en Europa se las han arreglado para sobrevivir, pese a los escándalos y las críticas por los gastos que generan. Renovarse o morir, ha sido la fórmula mágica que encontraron para conseguirlo, hasta ahora, con éxito.

Después de Asia, Europa es la región con más Estados monárquicos (10, de los 28 que hay en el mundo). En su mayoría, se trata de monarquías constitucionales —Dinamarca,Noruega, Países Bajos, principados deLiechtenstein y Mónaco, ducado deLuxemburgo—, en las que el poder del soberano está sujeto a la Constitución.

Bélgica, España, Suecia y Reino Unido tienen monarquías parlamentarias, donde el rey ejerce la función de jefe de Estado, pero no gobierna, y sus poderes están más limitados.

Pero en medio de la crisis económica europea, vientos de cambio comenzaron a soplar. Llegaron primero a Holanda, donde, en plenos preparativos para las celebraciones por el 200 aniversario de la monarquía, la reina Beatriz, de 75 años, anunció el 29 de enero de 2013, luego de 32 años en el trono, que era momento de “tomar distancia” y ceder su lugar a su hijo Guillermo Alejandroy Máxima de Holanda.

Seis meses después, el rey Alberto II de Bélgica anunciaba, a sus 79 años, su decisión de abdicar en favor de su hijo Felipe, alegando razones de salud, aunque la renuncia se produjo en momentos en que el país se encontraba en medio de una crisis que obligó al gobierno a recortar la asignación que recibía la Casa Real y luego de una serie de escándalos fiscales protagonizados por la reina Fabiola y las revelaciones de que el rey tenía una amante desde 20 años atrás, con la que procreó una hija.

Ahora ha tocado el turno al rey Juan Carlos, de España, quien, 39 años después de haber sido proclamado rey, y pese a haber repetido en múltiples ocasiones que un rey “se muere, no abdica”, decidió dejar en manos de su hijo, Felipe, la monarquía peor valorada en Europa, con crecientes llamados de la izquierda para ponerle fin.

Los “destapes” sobre la vida amorosa del rey y la costosa cacería en Botsuana realizada en plena crisis económica española provocaron el desplome de la popularidad de Juan Carlos. El escándalo de corrupción protagonizado por su yerno, Iñaki Urdangarín, que salpicó al propio monarca, y su salud debilitada, fueron la estocada final.

“Conforme la democracia española se fortaleció… una nueva generación que veía a la democracia como algo natural exigió más transparencia y estándares éticos más elevados. La familia real no se dio cuenta de ello”, resumió el diario The Economist sobre algunas de las razones que llevaron al rey a abdicar.

En abril pasado, una encuesta publicada por El País revelaba que 53% de los españoles desaprobaba la manera en que el rey ejercía sus funciones, mientras que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dio a conocer un sondeo según el cual, los españoles valoraban a la monarquía con 3.72%, en una escala del uno a 10.

Aun así, un sondeo que ayer dio a conocer El País indica que si bien 62% está a favor de convocar un referéndum para que los españoles decidan si quieren poner fin al gobierno monárquico, 49% dijo que, de darse dicha consulta, elegiría una monarquía, con Felipe como rey. Un 36% se decantaría por una república.

Otra casa real en declive es la sueca, encabezada por el rey Carlos Gustavo. En 2010, el diarioDagens Nyheter publicó datos alarmantes: 46% de apoyo a la monarquía, con respecto al 74% registrado el año anterior. Sólo 40% de los suecos aprobó la labor de la familia real.

Lo cierto es que no todas las monarquías europeas son mal valoradas, ni funcionan negativamente, como representaciones del Estado. Destaca el caso de Holanda, considerada la monarquía “más cara de Europa” (un informe de 2011 cifraba en 50 millones de dólares los gastos anuales de la realeza).

En este país, Beatriz llegó al fin de su reinado con índices de popularidad superiores al 70%. Y en abril pasado, cuando su hijo Guillermo estaba a punto de cumplir un año en el trono, una encuesta local indicó que 80% de los holandeses confiaba plenamente en su reinado, mientras que 83% se declaraba “fascinado” con la reina Máxima. Sólo 15% se dijo partidario de cambiar el sistema de gobierno a una república.

La monarquía más popular es la noruega, liderada por el rey Harald V: 91%, según un sondeo publicado por el diario Dagbladet en 2013. La más antigua de todas las monarquías (mil años), la de Dinamarca, que encabeza la reina Margarita, disfruta también de una gran popularidad: 80%, según un sondeo que publicó en 2012 el diario Berlingske.

A decir de expertos, esta valoración positiva tiene qué ver con el hecho de que, cada año, la Casa Real publique a detalle sus gastos, incluyendo los de luz, teléfono y hasta mantenimiento de jardines.

Quizá por ello, en 2011, los reyes de España publicaron, por primera vez, sus gastos, en los que constaba que el rey Juan Carlos recibió 292 mil 752 euros brutos anuales, 140 mil 519 en sueldo personal y 152 mil 233 en gastos de representación.

En Reino Unido, un sondeo que publicó en 2013 The Guardian indicó que 69% considera que al país le iría peor sin la monarquía.

España, la más barata

Tratándose de costos, el estudio “El coste presupuestario de las monarquías en Europa”, que cada año realiza el profesor belga Herman Matthijs, reveló este año que la española es la monarquía más barata en el continente con respecto a su PIB (con un presupuesto de 8.2 millones de euros), en tanto que la holandesa, la británica, la noruega y la belga son las más caras.

Comparándola con gobiernos donde no hay monarquía, el estudio indica que la dotación más costosa a una jefatura de Estado es Francia, con 111.7 millones de euros (mde) —con un gobierno más grande y funciones más amplias, vale decir—. En segundo lugar se ubicó la holandesa, con 39.4 mde, y en tercer lugar el Reino Unido, con 38.2.

Comparando los sueldos de los monarcas, el salario neto de Juan Carlos, casi 176 mil euros anuales, según el estudio de Matthijs en 2012, es cinco veces inferior, por ejemplo, al de la reina de Holanda (829 mil euros). El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, gana el equivalente a 355 mil euros al año.

Más allá de los costos, el Índice de Desarrollo Humano que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló este año que el país con mayor expectativa de vida, mejores niveles de escolarización e ingresos nacionales brutos es… Noruega. En segundo lugar se ubica Australia y Estados Unidos en tercero. En total, en los primeros 20 lugares aparecen ocho monarquías —constitucionales y parlamentarias— y doce repúblicas.

Así, mientras hay quienes consideran a las monarquías un “anacronismo histórico”, otros, comoJosé Ignacio Torreblanca, Profesor de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relation, destacan que a este tipo de sistemas “democráticamente le hemos asignado un papel de árbitro, de moderador y simbólico como representante del Estado” y que es posible cambiarlos, “pero no porque no sea democrático que exista una monarquía, sino porque consideremos que hay otra manera mejor de hacer ese papel, o que ese papel ya no es necesario”, señaló en un artículo publicado en El País.

Quizá por ello, mientras miles han tomado las calles en España reclamando un referéndum para poner fin a la monarquía —ayer hubo manifestaciones en hasta 40 ciudades—, algunas voces corean: ¡El rey ha abdicado! ¡Que viva el rey!