Socioformación: Felicidad es el estado de grata satisfacción espiritual y física

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• El Reino de Bután, en Asia, la mide desde 1972; la OCDE desde 2011 en Índice para una Vida Mejor.

Amira Azucena Cruz Ramírez

Como una de las metas que la Socioformación permite alcanzar a través del conocimiento y las competencias es la Felicidad, y aprovechando que esta es la primera entrega del año 2015, ¡he querido desearles a todas y todos, Felicidad!

¿Qué les estoy deseando?

En el artículo enmendado -correspondiente a la vigésima tercera edición del Diccionario de la Lengua Española de octubre de 2014-, podemos descubrir: Felicidad. 1. f. estado de grata satisfacción espiritual y física. (http://lema.rae.es/drae/?val=felicidad).

¡Les deseo Felicidad! ¡Lo que ello signifique para cada una y uno de ustedes!

Y es que los elementos de la Felicidad y los grados de ella se han medido de diversas maneras, como nos narró Rodrigo Gallegos, director de proyectos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) en “¿Cómo se mide la Felicidad?” (disponible en: http://imco.org.mx/articulo_es/como_se_mide_la_felicidad/ rodrigo.gallegos@imco.org.mx): Los economistas utilitaristas dirían que llevamos más de 200 años midiendo la Felicidad. Lo cierto es que la medición de la Felicidad y el bienestar han evolucionado significativamente.

La Felicidad comenzó a medirse de forma sistemática en 1972, en el Reino de Bután –ubicado en Asia, en la cordillera del Himalaya y sin salida al mar- donde se inventó el Índice Nacional de Felicidad. Hoy dicho índice es el centro de la política nacional y otros países, como Francia, pretenden seguir sus pasos.

El Premio Nobel de Economía, Amartya Sen (1998) de hecho se destacó por crear nuevas métricas de bienestar sobre las que se construyó el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Más recientemente muchos académicos y universidades como la de Illinois, Oregón y Victoria en Canadá, entre otras, se han centrado en entender y medir la Felicidad bajo principios más amplios, como los de Bután. La métrica de Bután cuenta con nueve componentes en dos grupos:

• El primer grupo, consta de información tradicional que se encuentra en diversos índices internacionales, incluyendo el de competitividad del IMCO:

1. Salud.- Mide la atención médica y las barreras de esta, así como la calidad de los servicios de salud, etc. Destaca por indicadores sobre los conocimientos básicos de la población en salud.

2. Educación.- Evalúa el aprovechamiento, calidad, escolaridad, y nivel de educación y destaca por indicadores de educación comunitaria.

3. Diversidad ambiental.- Cuantifica el acceso a servicios ambientales, el conocimiento ambiental de la población y destaca por el indicador de árboles sembrados por persona.

4. Nivel de vida.- Mide los consumos de los hogares y el número de casas propias, entre otros. Destaca por medir la inhabilidad de hacer remodelaciones por hogar.

5. Gobernanza.- En este se evalúa la calidad de los servicios públicos, la confianza en las instituciones y los niveles de seguridad, entre otros.

• El segundo grupo, el más innovador, mide:

6. Bienestar psicológico.- Donde se estiman los niveles de estrés, prevalencia de emociones como celos, frustración, generosidad, y tranquilidad, entre otros.

7. Uso del tiempo.- Que cuantifica el tiempo que dedicamos a dormir, a la participación comunitaria, a la educación, al deporte, al cuidado de los demás y a meditar, entre otros.

8. Vitalidad comunitaria.- Estima la confianza y apoyo social entre los miembros de una comunidad, así como los niveles de seguridad, entre otros.

9. Cultura.- Valúa el conocimiento de la cultura propia (deportes tradicionales, festividades comunitarias, labores artesanales, etc.), así como el respeto y conocimientos de otras culturas.

Para el año 2011, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) –de la que México es integrante- creó una herramienta que permite medir de manera personal la calidad de vida: El índice “Vivir Mejor”.

La métrica tiene 11 diferentes categorías que buscan medir el bienestar, la Felicidad y el progreso de los 34 países miembros de la organización. Esta herramienta puede ser útil para medir el verdadero estado de ánimo de la población y sus demandas, y para desarrollar mejores políticas sociales.

Los resultados por país están a disposición de toda persona, y también toda persona puede realizar su propia evaluación en: Tu índice para una vida mejor http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/#/55555555555.

Aquí la descripción de los 11 elementos que la OCDE considera vitales para la una vida mejor y la Felicidad de toda persona:

1. SALUD. Para las personas es muy importante gozar de una buena salud, así como de los muchos beneficios que aporta; entre ellos, un mayor acceso a la educación y al mercado laboral, un aumento en la productividad y el patrimonio, la disminución en los costos de atención a la salud, buenas relaciones sociales y, por supuesto, una vida más larga. La esperanza de vida es la medida de la salud más utilizada, aunque solo toma en cuenta la duración de la vida de una persona y no su calidad. Los países de la OCDE que tienen la esperanza de vida más alta son Italia, Japón y Suiza con un promedio de 83 años. En el otro extremo de la escala, la esperanza de vida más baja en un país de la OCDE es en la Federación Rusa, con 69 años. Brasil tiene una esperanza de vida de 73 años y México, de 74 años. En 20 de los 34 países de la OCDE más de 50% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad.

2. SEGURIDAD. La seguridad es un factor determinante para el bienestar de las personas y en gran medida se refiere al riesgo de que sean víctimas de un asalto físico o de otro tipo de delito. El delito puede llevar a la pérdida de vidas y propiedades; causar dolor físico, estrés postraumático y ansiedad. A pesar de una reducción general en las tasas de asalto en los últimos cinco años, en muchos países de la OCDE la sensación de seguridad ha bajado. Cerca del 69% de las personas en estos países dicen sentirse seguras en la calle al caer la noche. Sin embargo, el mayor impacto que el delito tiene en el bienestar de las personas es la sensación de vulnerabilidad que les infunde. Según la información más reciente de la OCDE, la tasa media en los países de la Organización es de 4.1 homicidios por cada 100 000 habitantes. Según datos recientes, el 3.9% de las personas en los países de la OCDE afirman haber sufrido un asalto o robo durante los pasados 12 meses.

3. EDUCACIÓN. La educación desempeña un papel clave para proporcionar a las personas los conocimientos, las capacidades y las competencias necesarias para participar de manera efectiva en la sociedad y en la economía. Además, la educación puede mejorar la vida de la gente en áreas como la salud, la participación ciudadana, el interés político y la Felicidad. Diversos estudios muestran que las personas con un buen nivel educativo viven más, participan más activamente en la política y en la comunidad en la que viven, cometen menos delitos y dependen menos de la asistencia social. En una economía basada en el conocimiento y en rápido proceso de cambio, la educación tiene por objeto enseñar competencias para la vida. Pero, ¿cuántos años en la escuela, la universidad o un centro de formación esperarán estudiar las nuevas generaciones? La respuesta es que, en promedio, en la OCDE las personas pasan 17.7 años en el sistema educativo, a juzgar por el número de habitantes entre 5 y 39 años de edad que actualmente asisten a la escuela o a la universidad. Los resultados varían entre 14.1 años de educación en Luxemburgo, y casi 20 años en Finlandia.

4. EMPLEO. El trabajo aporta obvios beneficios económicos, pero tener empleo también ayuda al ser humano a permanecer conectado con la sociedad, fortalecer su autoestima y desarrollar capacidades y competencias. Las sociedades con altos niveles de empleo son también más ricas, más sanas y más estables políticamente. En la OCDE, cerca del 65% de la población en edad laboral (15 a 64 años) tiene un empleo remunerado. Los niveles de empleo son más altos en Islandia (80%), Suiza (79%) y Noruega (76%), y más bajos en Turquía (49%), Grecia (51%) y España (56%). Por lo general las tasas de empleo son mayores para las personas con un nivel educativo más alto. En la OCDE, cerca del 80% de la población con educación superior tiene un empleo remunerado, en comparación con cerca del 47% de la población que no cuenta con educación secundaria.

5. INGRESOS. Aunque el dinero quizá no compre la Felicidad, es un medio importante para alcanzar estándares de vida más elevados y, por consiguiente, un mayor bienestar. Contar con recursos económicos más altos también puede mejorar el acceso a la educación, servicios de salud y vivienda de calidad. El ingreso familiar disponible neto ajustado es la cantidad de dinero que una familia percibe o gana cada año después de impuestos. Representa el dinero del que dispone una familia para gastar en bienes o servicios. El ingreso familiar disponible se compone de los ingresos provenientes de la actividad económica (sueldos y salarios); beneficios de aquellos que trabajan en su propia empresa; ingresos provenientes de propiedades (dividendos, intereses y rentas), beneficios sociales en efectivo (pensiones por jubilación, beneficios por desempleo, asignaciones familiares, subsidios para bajos ingresos, etc.) y transferencias sociales en especie (bienes y servicios como servicios de salud, educación y vivienda, recibidos de manera gratuita o a precios reducidos).

6. BALANCE VIDA-TRABAJO. Encontrar el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida diaria es un desafío que afrontan todas las personas trabajadoras. Las familias son las más afectadas. Algunas parejas quisieran tener (más) hijas e hijos, pero les parece que no podrían permitirse dejar de trabajar. Otras madres y padres están felices con el número de hijos que tienen, pero les gustaría trabajar más. Esto constituye un desafío para los gobiernos porque, si los padres no pueden lograr el balance que desean entre la vida personal y la laboral, no solo se verá afectado su bienestar, sino que también repercutirá en el desarrollo del país. Un aspecto importante del equilibro laboral-personal es el número de horas que una persona trabaja. La evidencia sugiere que un horario de trabajo largo puede resultar perjudicial para la salud personal, poner en peligro la seguridad y aumentar el estrés. La proporción de personas empleadas que trabajan más de 50 horas a la semana no es muy elevada en los países de la OCDE. Turquía es, por un gran margen, la nación con la proporción más alta de personas que trabajan muchas horas, con más del 43%, seguida por México con cerca del 29%, e Israel con una quinta parte de sus empleados. Además, cuanto más trabajen las personas, menos tiempo tendrán para dedicarlo a otras actividades, como el cuidado personal o el ocio. La cantidad y la calidad del tiempo libre son importantes para el bienestar general de las personas y puede generar beneficios adicionales para la salud física y mental.

7. VIVIENDA. Contar con una vivienda adecuada es uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona. La vivienda es esencial para cubrir las necesidades básicas, como la necesidad de abrigo, pero no se trata solo de tener cuatro paredes y un techo. La vivienda debe ser un sitio para dormir y descansar en el que las personas se sientan protegidas y gocen de privacidad y un espacio personal; en pocas palabras, un lugar donde puedan formar una familia. Todos estos elementos ayudan a hacer de una casa un hogar. Y, por supuesto, otro elemento clave es si las personas pueden costear una vivienda adecuada. En la OCDE, el hogar promedio tiene 1.6 habitaciones por persona. En términos de servicios básicos, el 97.9% de las personas de los países de la OCDE habitan viviendas con acceso privado a inodoros interiores con descarga de agua.

8. MEDIO AMBIENTE. La calidad del medio ambiente en que vivimos tiene un efecto directo en nuestra salud y bienestar. Un medio ambiente limpio es fuente de satisfacción, mejora el bienestar mental, permite a las personas recuperarse del estrés de la vida cotidiana y llevar a cabo actividades físicas. Por ejemplo, tener acceso a espacios verdes es esencial para la calidad de vida. Asimismo, nuestras economías dependen no solo de trabajadores sanos y productivos, sino también de recursos naturales como el agua, la madera, la pesca, las plantas y los cultivos. Por consiguiente, proteger nuestro medio ambiente y recursos naturales sigue siendo una prioridad a largo plazo tanto para nuestra generación como para las siguientes. Pese a las intervenciones nacionales e internacionales y a las reducciones de las principales emisiones contaminantes, a nivel global los efectos de la contaminación urbana del aire en la salud continúan empeorando, y la contaminación del aire podría convertirse en 2050, en la principal causa medioambiental de mortalidad prematura. Los niveles de partículas PM10 —partículas contaminantes del aire lo suficientemente pequeñas como para penetrar hasta la parte más profunda de los pulmones— se monitorizan en los países de la OCDE porque pueden dañar la salud humana y reducir la esperanza de vida. En las dos últimas décadas, las concentraciones de partículas PM10 se redujeron considerablemente en muchos países de la OCDE y, con 20.1 microgramos por metro cúbico en promedio, se encuentran ligeramente por encima del límite anual de 20 microgramos por metro cúbico establecido por la Organización Mundial de la Salud.

9. COMUNIDAD. Los seres humanos somos criaturas sociales. Por consiguiente, la frecuencia de nuestro contacto con la gente que nos rodea y la calidad de nuestras relaciones personales definen nuestro bienestar de una manera determinante. Diversos estudios muestran que el tiempo que pasamos con las personas amigas está vinculado con un aumento en el nivel medio de sentimientos positivos y una reducción en el nivel medio de sentimientos negativos en comparación con los sentimientos que experimentamos mientras desarrollamos otras actividades. Ayudar a otros también puede aumentar nuestra Felicidad. Las personas que dedican parte de su tiempo a trabajos voluntarios tienden a estar más satisfechas con su vida que las que no lo hacen. El tiempo dedicado al voluntariado también contribuye a una sociedad civil sana. En promedio, las personas en los países de la OCDE dedican 4 minutos al día a actividades de voluntariado. En la OCDE, el 89% de las personas creen que conocen a alguien en quien pueden confiar cuando lo necesiten.

10. COMPROMISO CÍVICO. La participación electoral es el mejor indicador para medir el compromiso cívico y político por varias razones. Sin embargo, esta medida no es en absoluto la ideal, en particular debido a las diferencias institucionales de los sistemas electorales. Si bien la participación electoral es de hecho obligatoria (y aplicada con firmeza) en varios países, de todas maneras representa un parámetro útil para medir la participación ciudadana. La participación electoral promedió 72% en los países de la OCDE. Diversas investigaciones también han mostrado que la probabilidad de que las personas con mayor nivel educativo voten es más elevada que la de aquellas con un menor nivel educativo, y que es más probable que las personas de más edad voten que los más jóvenes. En la mayoría de los países de la OCDE hay escasa diferencia entre la tasa de votación de hombres y mujeres, aunque en Francia, Irlanda y Suiza los hombres superan en votos a las mujeres en más de cinco puntos porcentuales, en tanto que en Estonia y Reino Unido las mujeres superan en votos a los hombres en alrededor de seis puntos porcentuales y en la Federación Rusa en alrededor de ocho puntos porcentuales. La posición económica también influye en la probabilidad de votar. Por lo general la participación electoral aumenta según aumentan los ingresos personales y en promedio hay una diferencia estimada del 10% entre la población que ocupa el 20% superior de la escala de ingresos y la que ocupa el 20% inferior.

11. SATISFACCIÓN. Medir los sentimientos puede ser muy subjetivo, pero es un complemento útil de datos más objetivos a la hora de comparar la calidad de vida en diferentes países. Estos datos subjetivos permiten incorporar una evaluación personal de la salud, la educación, los ingresos, la satisfacción personal y las condiciones sociales de una persona. Las encuestas son el instrumento más utilizado para medir la satisfacción ante la vida y la Felicidad. La Felicidad, o el bienestar subjetivo, también se mide como la presencia en la vida de las personas de experiencias y sentimientos positivos como el gozo y el orgullo por los logros, y la ausencia de experiencias y sentimientos negativos como el dolor, la preocupación o la tristeza. En los países de la OCDE, el 76% de las personas manifestaron tener más experiencias positivas que negativas en un día normal.

Así que, aunque compleja, insisto: ¡Les deseo Felicidad!

Sobre la temática abordada, como siempre, me pongo a su disposición para cualquier observación o aportación que construya de manera colaborativa. Muchas gracias por la amabilidad de su lectura.

Sobre la autora:

Licenciada en Comunicación y egresada de la maestría en Mercadotecnia; Diplomada en Derecho de Acceso a la Información Pública, Transparencia y Rendición de Cuentas; Diplomada en Políticas Públicas con Perspectiva de Género.

Ha sido catedrática de Publicidad, Mercadotecnia, Marketing Político, Comunicación Política, Opinión Pública, Periodismo, Ética de la Información y Derecho de la Información (DI) en Instituciones de Educación Superior (IES) privadas de Oaxaca. cruzamir@gmail.com @CruzAmira