Las regiones Acapulco, Costa Grande y Tierra Caliente son las más afectadas por las delincuencia organizada: hay casos de compañeros asesinados y de compañeras violadas, y lo peor es que se sigue extorsionando, lo que ha provocado que en Acapulco se hayan suspendido clases, afirmó Ramos Reyes Guerrero, dirigente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg).
En el tiempo que se vive, indicó, hay un vandalismo contra el magisterio de Guerrero, que va contra la Ceteg, ayer lo vivimos en la caseta de cobro de Palo Blanco, de la Autopista del Sol: a las 20:30 horas había un grupo que actuaba (pedía cooperación) a nombre de la Ceteg, ahora habrá qué imaginar qué sucede en las escuelas de Acapulco.
Sin duda, las regiones de Acapulco, Costa Grande y Tierra Caliente son donde los maestros han sufrido el embate de la delincuencia organizada. En el puerto, decenas de escuelas no reanudaron clases el miércoles pasado debido a que los delincuentes están obligando a los profesores a que aporten recursos económicos; les pedían parte de su aguinaldo; se vive una situación preocupante, agregó.
Afirmó que incluso hay maestras y maestros asesinados, como en la región de la Costa Grande, debido a que se negaron a aportar su cooperación o cuota. Hemos pedido a los gobiernos federal y estatal que envíen personal para la seguridad de los maestros y de la población, pero no hemos tenido respuesta, está en riesgo la seguridad de los compañeros.
También en la zona centro y Tlacotepec (Heliodoro Castillo) haycasos en que se ha amenazado de muerte a maestras y maestros.
El profesor Marcos Flores coincidió con Ramos Reyes y dijo que la situación es más grave en los municipios de Atoyac, Tecpan, de la Costa Grande (que hacen colindancia) con los de San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Heliodoro Castillo y Chilpancingo, de la Tierra Caliente, y zona centro, por mencionar algunos.
Recordó que debido a la violencia en al menos 85 comunidades de los municipios de la Sierra adelantaron el cierre de cursos, o de plano suspendieron clases; los padres de familia temían en que en alguna fiesta de clausura se desatara la violencia, mediante enfrentamientos entre integrantes del crimen.
Incluso, en las escuelas ubicadas en la parte alta de la Sierra Madre del Sur “ya no ha habido encuentros culturales y deportivos, del Himno Nacional, de danza, de poesía, porque los mismos padres de familia, por temor, no dan permiso a los niños de asistir, porque saben que hay riesgo de violencia. Hay pueblos como Piedra Concha, Coronilla y Lindavista, del municipio de San Miguel Totolapan, donde operan hasta tres cárteles. Y aunque no se crea, para trasladarse a alguna comunidad “se tiene que sacar visa”.
Por la violencia, insistió, “ha habido casos de compañeras maestras que renunciaron a sus plazas, porque no quieren cubrir las vacantes en los pueblos de la sierra. El problema es que en este último año las cuotas o extorsiones que se cobra a los maestros se incrementaron. Un caso muy difundido fue el del presidente del PRI en San Miguel Totolapan, quien era maestro y fue ejecutado en el poblado de Santana del Águila”.
Entre noviembre y diciembre del año pasado se incrementaron los enfrentamientos de grupos delincuenciales, eso provocó una situación de crisis en el sector educativo de la sierra, como no se había visto en los pasados 10 años.
“Nunca un secretario de Educación ha visitado esa zona, como es la zona 166 del poblado de Coronilla; o la 164 y 165 de San Miguel Totolapan. Incluso a los médicos no los dejan pasar para realizar sus campañas de vacunación. En esta zona de la sierra los levantones están a la orden del día.”
José Luis N, profesor de primaria en la zona de la sierra, narró que están haciendo un estudio para presentarlo a la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), el problema en los municipios de esta zona tiene que ver con la educación, hay incomunicación por los caminos, a veces tanto maestros como alumnos no pueden llegar a las escuelas debido a que las comunidades están incomunicadas.
Lo más lamentable es que “los pueblos, por la violencia, han perdido el sentido de la convivencia, hoy viven enfrentados, son enemigos. Para un profesor es difícil trasladarse a otra comunidad porque ya es objeto de desconfianza, nos acusan de pasar información al cártel enemigo.
“Hay escuelas donde ya no llegan los niños y niñas, donde antes había 30 alumnos apenas llegan cinco o cuando mucho siete. Antes se hacían verbenas populares, torneos de basquetbol y futbol entre las comunidades, ahora hasta los festejos religiosos han disminuido, las tradiciones se están perdiendo.
Todas las comunidades de la zona serrana de Tierra Caliente y la Costa Grande han estado abandonadas, los gobiernos sólo utilizan a los pueblos cuando necesitan votos, tienen olvidada la sierra y ahí están las consecuencias, concluyó.