Cuba critica lo que considera laguna en medidas de Obama

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El gobierno cubano publicó hoy una reseña crítica del anuncio de Estados Unidos sobre el alivio de restricciones económicas a la isla, pero se quejó de que aún se mantiene el embargo económico a la isla caribeña.

El diario oficial Granma indicó que Washington informó que a partir de hoy viernes entrarán en vigor las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama el pasado 17 de diciembre de 2014.

Las medidas eliminan algunas restricciones al comercio y los viajes de ciertas categorías de estadunidenses a Cuba.

Sin embargo, según la nota oficial, las medidas anunciadas constituyen un paso en la dirección correcta, pero aún queda un largo camino que recorrer para desmontar muchos otros aspectos del bloqueo económico, comercial y financiero mediante el uso de las prerrogativas ejecutivas del presidente, y para que el Congreso de Estados Unidos ponga fin a esta política de una vez.

Una lectura preliminar de las regulaciones emitidas por los departamentos del Tesoro y Comercio indica que éstas modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo contra Cuba, dijo el vocero del Partido Comunista.

Aunque no se suprime la prohibición total de viajar a Cuba, lo cual requiere aprobación del Congreso, se eliminan algunas restricciones para los viajes de los ciudadanos estadunidenses y residentes permanentes en ese país que califiquen dentro de las 12 categorías autorizadas, explica la información.

Las decisiones de Obama, en el marco del acuerdo bilateral para normalizar las relaciones entre los dos viejos enemigos de la Guerra Fria, eliminan los límites de los gastos que los viajeros de Estados Unidos pueden realizar en Cuba.

También les permite usar tarjetas de crédito y débito, y autoriza a las líneas aéreas y a las agencias de viajes organizar visitas y contratar servicios de compañías de seguros.

El vocero oficial lamentó, sin embargo, que no se aprobó que los norteamericanos viajen a Cuba por la vía marítima.

Entre las medidas que se anuncian está que el límite en el envío de remesas aumentará de los 500 a los dos mil dólares trimestrales.

Pero se mantienen las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, en especial de productos de alta tecnología, con excepción de limitadas ventas de materiales de construcción, equipos e implementos agrícolas que se permitirán realizar a particulares, al parecer a través de empresas cubanas, deploró.

La nota oficial destaca que continúan prohibidas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadunidense, excepto un limitado número que los visitantes norteamericanos podrán llevar consigo de regreso a su país, por un valor que no exceda los 400 dólares, de ellos 100 dólares en tabaco y ron.

A juicio de Granma, las telecomunicaciones fueron abordadas con amplitud en las regulaciones porque, en su criterio, se corresponde con los objetivo de la política de Washington de tratar de incrementar su influencia en la sociedad cubana.

Al sector de las telecomunicaciones es al único que se le autoriza hacer inversiones en infraestructura y vender a empresas del Estado servicios, software, dispositivos y equipos, aunque no de alta tecnología.

Granma lamentó que mientras se permite a instituciones financieras norteamericanas abrir cuentas en bancos cubanos para las transacciones que sean autorizadas entre ambos países, a los bancos cubanos (todos bajo control del Estado) no podrán hacer lo mismo en Estados Unidos.

Las regulaciones no modifican las fuertes restricciones existentes para la transportación marítima, dijo.

Pero reconoció que a partir de este momento, barcos que transporten alimentos, medicinas, equipos médicos y materiales para situaciones de emergencia desde terceros países con destino a Cuba, no tendrán que esperar 180 días para tocar puertos estadunidenses, como hasta ahora.

Aspectos medulares de la política de bloqueo que afectan a Cuba no fueron modificados, entre ellos, el uso del dólar en nuestras transacciones financieras internacionales”, anotó.

Tampoco la adquisición en otros mercados de equipos y tecnología que contengan más de 10 por ciento de componentes norteamericanos, la posibilidad de comerciar con subsidiarias de empresas estadunidenses en terceros países y las importaciones por Estados Unidos de mercancías que contengan materias primas cubanas.