Inicia el 2014 para Oaxaca Cine con la el ciclo de la 57 muestra internacional de cine, y la proyección hoy lunes 19 de enero en el Teatro Alcalá de Mapa a las estrellas, su primera entrega y la última película de David Cronenberg, uno de los cineastas de culto más trascendentales del cine contemporáneo.
Mapa a las estrellas, es una historia de fantasmas, de gente que está viva pero no del todo. Agatha (Mia Wasikowska) es una chica con las manos y la cara quemada que llega a Hollywood y encuentra chamba de asistente personal de una acabada estrella de cine con gusto por las orgias esporádicas (Julianne Moore) y con el ánima de su joven madre desnuda persiguiéndola por todos lados con ganas de fornicar.
Por ahí están también el chavo Benjie (Evan Bird) ídolo de quinceañeras en un programa tipo la Niñera al que, el fantasma de una chava enferma de cáncer con la que se tomó una foto para publicidad no lo deja ni a sol ni a sombra, y también están sus padres (John Cusack y Olivia Williams) corporativos con la carrera de su vástago y temerosos de que una hija psicópata a la que abandonaron hace años en un manicomio regrese para recordarles que los locos también son ellos.
Cronenberg, con un guion del televisivo Bruce Wagner, retoma las cosas donde Sunset Boulevard las dejó, si en aquella obra maestra de Billy Wilder de hace 65 años, Norma Desmond (Gloria Swanson) con gesto de monstruo abandonado reclamaba una celebridad que, solo vivía en sus recuerdos y en su mansión decadente con pinta de cementerio, en la cinta del director de La Mosca, el cementerio abarca todo Santa Mónica, con choferes de limusina aspirantes a ser Robert Pattinson (el mismo Robert Pattinson) y niños estrellas con mucha chispa que son estrangulados en baños de camper por la ley de la oferta y la demanda.
Cronenberg se mantiene fiel a su atmosfera enrarecida poblada por personajes desesperados que solo la enrarecen más. El creador de Cuerpos invadidos, Zona muerta, Crash, El almuerzo desnudo, Dead Ringers, Spider, Promesas del este y Una historia violenta, es un convencido que las obsesiones sobre el peso del pasado son el eje de una demencia controlada, que estalla el día que menos se espera, pero que más se necesita.
Mapa a las estrellas nos habla de las estrellas que están en el suelo, de la celebridad como síndrome de Estocolmo, de idolatrar eso que destruye, del juego de ser famoso que solo engendra perros muertos por balas perdidas y adolescentes idiotas que compran la mierda de su estrella favorita por E-Bay.
Este mapa pinta el camino a las estrellas que habitan la estratosfera con la óptica de un visionario de 71 años que, solo puede ver el polvo.
