En los primero días de agosto del 2014, Oaxaca amaneció con una gran cantidad de carteles pegados en el centro y en otras partes de la periferia de la ciudad donde aparecía la figura del pintor César Chávez en el que se podía leer la leyenda, “¡cuidado! se busca, artista gráfico y violador”.
Se hizo público entonces el proceso penal que Chávez enfrentaba por la supuesta violación sexual de una ciudadana estadounidense, además se comenzó a mencionar en las redes sociales por parte de un grupo que se identificó como Machos a la Hoguera, el nombre de ASARO (Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca, organización de artistas gráficos surgida en el conflicto social del 2006) y a la cual Chávez pertenece o pertenecía, como potencial encubridora.
Hoy, Mario Guzmán, pintor y representante del colectivo responde a las preguntas sobre el tema, asegurando de antemano que una vez que el proceso contra su compañero concluya y se dé una sentencia, ellos (ASARO) harán públicas pruebas físicas de la no culpabilidad de Chávez.
“Hemos sido pacientes en respetar el proceso jurídico para no perjudicar al compañero” asegura para afirmar después que todo se trató de un linchamiento contra Chávez y contra ASARO, e identifica a Yesica Sánchez Maya y a la organización en la que trabaja, Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, como los que estuvieron detrás de la supuesta campaña en su contra.
Asegura que fue Consorcio quien presionó al juez que llevaba la causa, para que este al no encontrar pruebas en el caso, en lugar de que lo regresara al ministerio público, lo subiera al Tribunal de Justicia.
“Consorcio fue quien dirigió esta campaña, fueron más de doscientos carteles. Fue una campaña armada, no fue algo espontaneo de una o dos gentes”.
“No se le ve de otra forma (a la supuesta campaña) que fines políticos, los panfletos y todo lo que despegaron acusando a ASARO generalizaron e hicieron parecer que aquí era un nido de violadores”.
Guzmán identifica al “estado” como quien está detrás de estos grupos. “La gente no sabe que reciben dinero del estado. El financiamiento de Consorcio es del estado”.
“Hacen lo que el estado no ha podido hacer, que es desmembrar a ciertas organizaciones”.
El representante declara que fueron Sánchez Maya y Consorcio quienes filtraron a la opinión pública la información de que Chávez ya no iba a ser detenido.
“No es casual que a los cuatro días de que a ellos se les da conocimiento de que no va a proseguir la detención por falta de elementos, se desata la campaña de linchamiento”.
Guzmán identifica a Mare, de Advertencia Lirica, a la que califica como “una rapera con un discurso indígena, de izquierda pero que apoya las campañas de Mancera en el D.F” y a otro persona a la que identifica como el Queso, y de quien cuenta “que trabaja en el magisterio y daba clases sin cubrir el perfil, y ahora creo que es intendente”, como las personas que estuvieron detrás del pegado de carteles en la ciudad que calificaban a Chávez como artista gráfico violador.
Sobre el grupo de feministas que pudieron haber estado detrás de Machos a la hoguera, el representante de ASARO comenta.
“Los problemas psicológicos de estas mujeres vienen de que son madres solteras, etcétera. Pareciera ser que su rompimiento de relaciones no los achacan a todos los hombres”.
“Hay que aceptar que vivimos en una sociedad machista donde el hombre ha predominado, pero esto no significa que los hombres por ser hombres seamos culpables de ello”.
Guzmán cuestiona que estos grupos no actuaron con el mismo rasero en otros casos parecidos, como el de un pintor que hace más de dos años fue acusado de abusar sexualmente de sus hijas y que hoy se encuentra preso y condenado.
“O el caso de un compañero de un colectivo llamado Proyecto Ambulante al que se le acusó de acoso sexual. Una compañera lo denunció por las redes, ¿dónde estaban esos grupos entonces?”
Se le cuestiona a Guzmán sobre la versiones que hablaban de orgias hacia el interior de ASARO, y este termina por aceptar que estas si existieron, pero que se “han magnificado”.
El pintor cuenta que estas empezaron como sesiones de body paint, pero que “ese tipo de fiestas no se daban acá” (en el Espacio Zapata, galería del colectivo) y que en ellas no participaban todos los miembros del colectivo. “La mayoría no venimos de ese tipo de cuestiones”.
Guzmán cuenta además que dichas sesiones de sexo grupal se daba exclusivamente con chicas extranjeras, a quienes califica como “mentalmente más abiertas”.
Sobre el señalamiento de que miembros de ASARO habían amedrentado a mujeres participantes en la guerra de carteles, el artista gráfico asegura que los amedrentados fueron ellos.
“Vinieron un par de chicas aquí a decirnos que nosotros éramos esto y lo otro. Al final lo que hicieron con todo esto lo que crearon fue una polarización”.
Respecto a la acusación de que ASARO era un ente machista y misógino y prueba de ello es que no tenían mujeres entre sus integrantes, Guzmán cuenta que la última mujer que formó parte del colectivo fue una artista ex novia de César Chávez, con quien él y el colectivo terminaron en muy malos términos.
“No hemos amenazado a nadie, pero si estamos molestos porque como muchos compañeros no fueron capaces de abrir una discusión al colectivo, fueron amigos cercanos. Los apoyamos en algunas cosas, y en el anonimato se sumaron a esta campaña. No fueron capaces de firmar sus acusaciones”.
Guzmán asegura que hoy por medio de la implementación de talleres hay ya mujeres en ASARO y que la situación terminó por fortalecer al colectivo, pues los volvió a cohesionar y los llevó a salir nuevamente a la calle con su propuesta de arte de militancia social.
“La lucha no es entre géneros, la lucha es entre clases, nuestro enemigo no es la mujer, como lo visualizan las feministas, Nuestro enemigo es quien ostenta el poder político y económico”.
Guzmán sostienen que Cesar Chávez no es culpable del cargo que se le imputa. ”Hay que darle su cauce jurídico en algún momento vamos a dar nuestro posicionamiento jurídico”.
