El Vaticano teme un posible ataque terrorista contra el papa Francisco por parte del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), según dejó entrever en una entrevista el cardenal Tarcisio Bertone a la web de noticias Huffington Post en su versión italiana.
“El miedo está ahí”, dijo Bertone, quien fue secretario de Estado del Vaticano entre 2006 y 2013.
“Pero hay una actitud tranquila y confiada y se han tomado las precauciones necesarias”, añadió el cardenal, apuntando que se han fortalecido los servicios de vigilancia policial e inteligencia, además de realizar esfuerzos para moderar a estos grupos.
“La primera defensa contra las amenazas provenientes del fanatismo como el Estado Islámico es el diálogo con los grupos más juiciosos y razonables de otras religiones”, agregó.
“No es la primera vez que la Iglesia (católica) se ve amenazada”, afirmó, recordando el intento de asesinato a Juan Pablo II en la plaza de San Pedro.
“Por supuesto, ahora las amenazas son más fuertes y más impredecibles en su implementación”, enfatizó.
Bertone fue secretario de Estado junto al papa emérito Benedicto XVI. Durante ese periodo la curia romana se vio aquejada de nepotismo y vivió luchas internas, además de verse expuesta al escándalo de filtraciones conocido como VatiLeaks.
El cardenal italiano fue acusado de ejercer una influencia indebida en el Instituto para las Obras de la Religión (IOR), popularmente conocido como Banco Vaticano por favorecer a amigos y contactos.
Por otra parte, el papa Francisco instó a los cardenales a cooperar con su reforma de la atrasada y disfuncional burocracia vaticana diciendo que los cambios le ayudarán a gobernar mejor la Iglesia católica, que tiene mil 200 millones de fieles, y a extender su fe de forma más eficaz.
Francisco convocó a los cardenales de todo el mundo para escuchar sus propuestas de reforma del gobierno central de la Iglesia. Las propuestas incluyen fusionar oficinas y reducir el despilfarro.
Al inaugurar la cumbre, Francisco dijo que el objetivo es fomentar una mayor armonía y colaboración en “absoluta transparencia” para ayudar a la Iglesia a extender su fe y llegar a otros.