Luis Fernando Aguirre Andriacci respondió desde su cuenta personal de Facebook, a la protesta que empleados del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) hicieran contra la invasiva omnipresencia de sus zoológicos bustos metálicos que, a últimas fechas han invadido la ciudad de Oaxaca, al ponerle a una de las tres esculturas colocadas enfrente del lugar (con forma de pez vela) el pizarrón con el menú del restaurante del instituto, dando la impresión de que aquella obra de arte era en realidad la entrada a una marisquería.
“Todo lo que pueda aportar a mi Tierra, será siempre pensando en el arte. Jamás instando a la violencia o actos de vandalismos como ciertos pintores”.
Resaltó Andriacci en su mensaje haciendo referencia a Francisco Toledo, quien puede haberle traspasado la administración del IAGO por un peso al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) pero que continúa en términos prácticos al frente del Instituto, y quien según versiones periodísticas atestiguó en silencio el acto de protesta por parte de sus antiguos empleados.
Las tres esculturas fueron colocadas frente al IAGO a raíz del evento de Mariana Trinitaria, con sede hace unos días en el Centro Cultural Santo Domingo, pero aun con dicho evento terminado nadie paso a removerlas, situación que suscitó la molestia del pintor juchiteco, hasta el punto en el que en la base de la propia escultura se pegó e hizo pública la respuesta que, la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) María Teresa Franco hizo de su queja de contaminación visual.
“Francisco, te asiste toda la razón. He dado instrucciones al Director del Centro INAH – Oaxaca para que proceda de inmediato a la firma de un acuerdo, entre esta institución y el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, a efecto de que este no vuelva a instalar esculturas u otro tipo de mobiliario en las calles del Centro Histórico sin la autorización del INAH”.
Vale destacar que este respaldo de Franco a Toledo es lo que buena parte de la ciudadanía parece haber soñado desde hace un tiempo, pues desde que las esculturas de águilas, camellos, leones, elefantes, y demás fauna metálica empezaron a dispersarse por las calles de esta ciudad de unos años para acá, el aluvión de señalamientos en redes sociales en cuanto a los cuestionables méritos artísticos y decorativos de las esculturas no se han hecho esperar.
“Andriacci es como un nuevo Sebastián, pero mal”
“No sé qué negocios hay con el gobierno del estado, pero este sexenio estuvimos viendo por todos lados esas cosas que parecen transformers”.
“El artista podría empezar por aportar una bodega, para todas las monstruosidades que ha colocado en la ciudad bajo su firma”
Son solo algunos de los comentarios que se pueden leer en las redes y que manifiestan una molestia pública por la contaminación visual que la obra “andriacciana“ le ha endosado a los oaxaqueños.
Donde un camello enjuto adorna el único puente a desnivel existente en la ciudad, un zancudo en drogas el periférico y un león con la garra en alto terminó hasta las mismísimas puertas de la Cámara de Diputados.
“Nunca trataré de dañar o afectar lo bello que es mi Estado, mi tierra. Orgulloso de mis raíces y de lo que estas representan” expresa Luis Fernando Aguirre Andriacci en su mensaje, aunque en la práctica parece haber hecho todo lo contrario.
“Me siento feliz de lo que Oaxaca representa y quisiera hacer mención a un buen dicho que dice. Si no vas a dar….Tampoco quites.” Vale decir que la ciudadanía parece estar completamente de acuerdo con la sensibilidad del artista.